González Pedrero: un punto de referencia; también en el ejercicio periodístico

Viernes, 08 de Abril de 2022 19:50 Editor
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 Escala Crítica/Diario Presente, Ventansur, Horay20noticias, Avance

*Un encuentro con el político e intelectual en su aniversario
*La otra faceta de EGP: la de divulgador y memorioso
*Prepara AMLO acciones en la batalla por los energéticos
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
ESTUDIOSO de los grandes pensadores, filósofos y políticos, Enrique González Pedrero era también asiduo a las frases populares. Conocido es su dicho y recomendación a sus colaboradores: “para qué andar adivinando, si se puede preguntar”. También cultivó en lo que fueron los últimos años de su fructífera existencia un comedido trato y la máxima discreción al referirse a temas de Tabasco.
Decía también, al comentar los afectos y desafectos que podrían despertar sus ideas y actos: “no soy monedita de oro”. Nadie lo es, y mucho menos quienes tienen una estrecha relación con lo público. En este sentido, el también profesor universitario abogaba por la “alta política”, contraria a la grilla cotidiana.
Agradezco que Cirilo Antonio Guzmán, Mario Cerino Madrigal y Juan de Jesús López, hayan aceptado la invitación a participar en el sencillo, pero significativo encuentro, con las ideas y la obra de quien fue gobernador de Tabasco (1983-1987). También agradezco la colaboración de Stephanie Mandujano. Un encuentro que tuvo como designación “EGP, Punto de Referencia”, esto en dos sentidos: porque para estudiosos y políticos, González Pedrero es alusión necesaria como experiencia de servicio público, y también porque tituló a la colección de textos periodísticos –reseñas, crónicas, ensayos- que le publicó el Fondo de Cultura Económica (FCE, 2012)
 
PRUDENCIA Y PONDERACIÓN
SI ME PERMITE el amable lector, quisiera compartir los argumentos con los que explicó y justificó la publicación de una colección de sus colaboraciones periodísticas; son también una lección intelectual. Escribió González Pedrero: 
“Este libro fue, como se llamó la columna que lo albergó cuando estaba en proceso, un “Diario Público”. En él fui consignando todo aquello que me pareció digno de atención al correr de los días: lecturas, películas, acontecimientos nacionales y extranjeros, ponencias, personajes, recuerdos, vivencias; en fin, todo lo que suele anotarse en un Diario, y que fui publicando durante los años de 1996 al 2003 en El Universal (periódico de la Ciudad de México). Esa tarea, al principio semanal, mereció un premio del Club de Periodistas de México en el mes de diciembre de 1998, y ello me estimuló para perseverar en la trinchera”. 
Prosigue: “La idea surgió de la redacción de un diario (personal), que inicié cuando dejé el gobierno de Tabasco y empecé a escribir lo que iba ocurriendo en el quehacer cotidiano, como una manera de disciplinar y ordenar la memoria. Lamento no haberlo hecho antes. Naturalmente, pretextos no me faltaron: “no tenía tiempo”. Acababa la jornada tan cansado, que la sola idea de recapitular por la noche lo hecho durante el trabajo, me hacía bostezar. La verdad de las cosas es que me faltó disciplina… Algún día trataré de recordar los acontecimientos que merezcan la pena de mi trayectoria vital y saldar esa deuda que tengo conmigo mismo. Pero mientras eso ocurre, entra en funciones este “Diario Público”, que ya como libro no llevará ese nombre, porque a varios escritores  se les ocurrió el título antes. ¡Lástima! Por esa razón, este conjunto de escritos, esta suerte de potpourri, se llamará (para continuar con los galicismos) Puntos de referencia: los últimos del siglo XX y los primeros del actual”.  
Remata: “En todos los textos traté de pensar, de discurrir con ponderación, con prudencia, sin alzar (demasiado) la voz, y buscando siempre lo que creí que era la verdad. En todo caso: mi verdad. Espero haberlo conseguido. El lector juzgará”.   
El resultado es un completo muestrario del pensamiento y la vasta cultura e intereses intelectuales y vitales de quien pudo haber sido un excelente secretario de Educación (y Cultura). 
Habrá oportunidad de referirme a las participaciones de Cirilo Antonio, Mario Cerino y Juan de Jesús, como también a la colaboración especial de Patricio Patiño Arias, con quien antes compartí anécdotas diversas del gran tabasqueño.
 
LÓPEZ MATEOS y LÓPEZ OBRADOR
 
EN ESTE ESPACIO me referí al carácter simbólico de las reformas propuestas por Andrés Manuel López Obrador y cómo se deberían ver en el contexto del valor que el político tabasqueño concede a la nacionalización de la industria eléctrica decretada por el presidente Adolfo López Mateos en 1960. Lo mismo que en la perspectiva de la expropiación del sector petrolero decidida por el presidente Lázaro Cárdenas en 1938. (Escala Crítica, “Reforma eléctrica: su valor simbólico y estratégico; posible movilización popular”, lunes, 28 de Marzo de 2022)
Las recientes movilizaciones –como la encabezada por Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México-, no sólo confirman la ruta de un político como López Obrador que pone énfasis en ganar las plazas y la calle, sino que anuncian lo que será la contienda rumbo al 2024, y para concretar su proyecto en torno a la electricidad, el petróleo y el litio. El 17 de febrero de este año en varias localidades del país se realizaron mítines y marchas similares.
AL MARGEN
Las actuales circunstancias son diferentes a las que enfrentaron Lázaro Cárdenas y López Mateos, pero AMLO mantiene una pública identificación con aquellos procesos nacionalizadores. Vienen, pues, tiempos de movilizaciones populares. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )