Consulta popular, democracia directa: la batalla entre el centralismo y la distribución del poder

Lunes, 11 de Abril de 2022 00:00 Editor
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 Escala Crítica/Diario Presente, Ventanasur, Horay20noticias, 

*Un primer intento de 1983-1987, cuando iniciaba el neoliberalismo
*En el país un modelo tecnócrata; en Tabasco la democracia social
*Dilema: el desmantelamiento del Estado y el predominio del mercado
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
DURANTE más de 35 años se habló de la existencia de un “modelo neoliberal” en México. En 1983 ocurrió una transición que en su momento se le denominó la “tecnocracia mexicana”: los técnicos adiestrados en Estados Unidos –especialmente en las universidades de Yale y Harvard- desplazaron a los “políticos” formados en las escuelas del partido dominante (PRI) y en las plazas y mítines, así como en la enorme burocracia. En esta primera etapa, tanto los harvarianos como los priistas tradicionales, habían egresado de las aulas de la universidad nacional (UNAM). Vino el tiempo de los posgrados obligatorios y unos optaron por Estados Unidos y otros por Europa, en especial Francia.
Aunque se tiene a Carlos Salinas de Gortari como el primer tecnócrata o padre del neoliberalismo mexicano, en realidad el primer presidente con una visión empresarial y técnica de la política del Estado Mexicano fue Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), quien creció en una familia de banqueros y devolvió los bancos estatizados por José López Portillo. De alguna forma puede establecerse la transición con López Portillo (1976-1982) de una clase política desgastada que llegó a mostrar su crisis en el autoritarismo de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría. 
Fue López Portillo quien si bien había egresado de la UNAM hizo carrera en el sector público en áreas técnico administrativas hasta llegar a la Secretaría de Hacienda. Siendo Presidente, el primero que surgía del sector financiero (SHyCP), fortaleció la Secretaría de Programación y Presupuesto donde inclusive integró a su hijo José Ramón (el orgullo de su nepotismo, dijo) al lado de Miguel de La Madrid quien sería el sucesor. De la SSP salieron otros candidatos del PRI y a la postre presidentes (Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo).
¿A qué viene esto? 
 
DE CARNE Y HUESO
COMO USTED sabe, desde el arribo de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia se anunció que llegaba a su término el “modelo económico neoliberal” y se impulsaría un “modelo social de bienestar”. La vertiente política de este nuevo modelo tuvo ayer una de sus pruebas con la consulta de revocación de mandato, concebido originalmente como un ejercicio de democracia directa.
Pues bien, en ocasión del 92 aniversario del nacimiento de Enrique González Pedrero se realizó en Villahermosa, Tabasco, en reciente 7 de abril, hubo oportunidad de recordar aquella política de “carne y hueso” que impulsó el intelectual tabasqueño siendo gobernador. El sociólogo Cirilo Antonio Guzmán mencionó el “empoderamiento” de las comunidades a través de los llamados Centros Integradores, en tanto que uno de los asistentes también conocedor de la obra de EGP, Carlos Vera Díaz, recordó la consulta a las bases.
En lo que podríamos llamar un sustento de la democracia directa, los panelistas Mario Cerino y Juan de Jesús López, refirieron la importancia de la cultura, porque es en el quehacer cotidiano y en el conocimiento donde echa raíces la verdadera participación informada. El cambio profundo y verdadero.
Pero le comentaba al principio el choque de dos modelos: el neoliberal y el del bienestar social; otro es el tema de los modelos que ha expuesto de manera puntual y documentada el doctor Firdaus Jhavbala en estas páginas: el modelo imperial y el modelo democrático.
En el caso del modelo neoliberal en México quiero llamar la atención de los pacientes lectores sobre un hecho que a mi parecer aún falta por estudiar: precisamente cuando Miguel de la Madrid iniciaba en nuestro país la aplicación del modelo “neoliberal-tecnócrata”, Enrique González Pedrero en Tabasco buscó un modelo alternativo que muchos de sus críticos calificaron inclusive de “socialista” y que podría entenderse como “social demócrata”. Aunque opuesto a las etiquetas seguramente el autor de “La riqueza de la pobreza” simplemente habría sonreído.
 
EN LA CUERDA TENSA
UNA TESIS que he sostenido, basada si usted quiere en una mirada superficial, es que si bien la amistad –y el respeto- que De la Madrid y González Pedrero se tenían desde los tiempos de la universidad hizo que el primero “permitiera” que el segundo ensayara otro modelo en Tabasco, una oportunidad  que se había ganado a pulso. Al fin que se trataba de hacerlo en un espacio delimitado geográfica y políticamente: era en un estado y sólo por un sexenio.
Un sexenio que además fue interrumpido nada más y nada menos por la invitación que hizo a EGP el ex secretario de Programación y para entonces ya candidato presidencial –octubre de 1987-, incorporándolo al Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IEPES) del PRI, siendo el IEPES el que “elaboraba las plataformas de campaña de los nuevos presidentes y donde se perfilaban los nuevos ministros” (palabras de Marcos Rascón). Este instituto era “el tanque pensante” del partido en el poder y nadie mejor que un ideólogo como González Pedrero para encabezarlo…pero que no tardó en chocar una ideología como la de Carlos Salinas que pugnaba por el desmantelamiento del Estado y la privatización a ultranza con una propuesta de fortalecimiento de las funciones sociales del Estado y la redistribución del ingreso.  
El resultado ya lo conocemos: González Pedrero quedó fuera del gabinete salinista y la alternativa ensayada en Tabasco fue desmantelada a ciencia y paciencia, aunque muchas de sus aportaciones han resistido al embate. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )