Evaluación de gobierno: AMLO y los desafíos nacionales en seguridad, tiempos de definición

Viernes, 22 de Julio de 2022 00:24 Editor
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* Una realidad que cambió vertiginosamente en estos años
* Antineoliberalismo y COVID, dos factores que impactan
* El reto de resolver problemas viejos, no atendidos por décadas
  
Por Víctor M. Sámano Labastida
 
Los cuatro años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la denominada Cuarta Transformación (4T) incluyen tres años de pandemia, lo que significa gestionar recursos en tiempos de emergencia permanente. Parece contradicción, ‘emergencia permanente’, pero es descripción de las circunstancias de México y el mundo. 
 
Existe, por supuesto, otra circunstancia que requirió especial atención del gobierno iniciado en diciembre de 2018: los efectos de su propuesta para dar un vuelco total a un modelo conocido como neoliberal y que se caracterizó por el desmantelamiento del Estado con compromiso social –fuera real o declarativo- para imponer un criterio de mercado. Obviamente que la definición de AMLO provocó una respuesta defensiva –y de ataque- de quienes se sintieron amenazados o afectados. Esa es también otra situación de emergencia.
 
LO QUE PUDO SER Y LO QUE ES
 
PARA medir los resultados del gobierno federal se debe considerar la dificultad del contexto COVID que rompió ciclos económicos de producción, distribución y consumo, además de desquiciar los sistemas de salud. Países y regiones económicas tuvieron que ajustar radicalmente sus políticas de gobierno.   La oposición, por su parte, adjudica a las políticas gubernamentales el quiebre de la cadena económica.
Me comenta un colaborador cercano a AMLO que otro factor que debe considerarse para evaluar al gobierno de la 4T es una comparación política: ¿qué hubiera sucedido en México, por ejemplo, con un gobierno neoliberal en tiempos de pandemia? Historia de ciencia ficción mezclada con horror. Imagine el lector los canales de corrupción y el presupuesto disponible hacia las élites por fondos de emergencia; imagine la fila de la desolación en materia de vacunación/COVID o los programas sociales ausentes. ¿Se hubiera atendido a la población de menores recursos?, ¿o habría sido el lema 4T al revés?: “por el bien de pocos, al último los pobres”. 
Como en Los olvidados, cinta de Luis Buñuel, ése fue el drama que se filmó en la realidad mexicana 1982-2018, pese a la transición democrática de mandos federales (2000-2012), del PRI al PAN. Lo que podríamos denominar un “gatopardismo depauperador” o depredador. Esto es, en el 2000 nos dieron gato por liebre; la ilusión de un cambio que fue en los siguientes años una agudización de la desigualdad.                  
 
DISCURSO Y REALIDAD  
 
HAY esferas de gobierno donde la 4T tiene que mejorar ostensiblemente. Sólo la autocrítica permite corregir. En seguridad, cuando el presidente López Obrador diagnostica el problema actúa como analista que describe de forma correcta, apoyado por una larga tradición de estudiosos de un fenómeno más allá de la superficialidad de la dinámica policía contra delincuente. Violencia y criminalidad tienen hondas raíces sociales. 
Marillanos Reolid Rodenas, Presidenta y fundadora de la Sociedad Española contra la Violencia ha escrito que “algunos autores plantean que la violencia es el primer problema al que se enfrentará la humanidad en el siglo XXI. Es declarado como uno de los principales problemas existentes en todo el mundo (OMS, 2002) siendo una de las principales causas de muerte en la población mundial de entre 15 y 44 años, y la responsable del 14% de las defunciones en la población masculina y del 7% en la femenina, aproximadamente”.
Atacar la pobreza significa quitarle ‘fuerza de trabajo’ a los cárteles, a mediano y largo plazo. Desactivar la violencia. Eso no se discute. Lo que no se puede decir desde el gobierno es que las zonas del país que tienen menos violencia “son las que tienen un grupo criminal dominante”, y entonces los pleitos son menos.  Ningún gobierno puede aceptar que los criminales sean factor de poder en su territorio. Las conferencias presidenciales surgieron como reunión informativa sobre la seguridad en el país. Ése era su primer objetivo. En el primer nivel de su agenda, el Presidente se ha colocado como gestor gubernamental y comunicador del tema seguridad; sus críticos sin embargo califican de errática la acción gubernamental. O insuficiente.
En el balance oficial y en ocasión de su segundo informe trimestral de 2022 en julio reciente el presidente López Obrador aseguró que en estos 42 meses se ha logrado disminuir en un 30% los delitos del fuero federal, entre ellos homicidios dolosos y secuestros.
Las cifras del sistema nacional de seguridad: una disminución en homicidio doloso de 5%, en secuestro del 44%, en robo de vehículo del 40%, de robo en general 24%. Por el contrario, delitos como extorsión han tenido un incremento de 28.5% en los primeros cinco meses del año respecto de 2021. 
Es una asignatura pendiente, aunque se debe colocar en su contexto: venimos de una descomposición social creciente. 
AL MARGEN
 
HASTA ahora, es en Edomex donde los morenistas rompieron récord de aspirantes registrados para la candidatura al gobierno. Un total de 67 que la encuesta dejó en a seis para la siguiente ronda que será disputada por Delfina Gómez e Higinio Martínez. En 2021, para 15 gubernaturas se anotaron 150 morenistas; tan sólo en Michoacán se inscribieron 29. Está demostrado que donde a más posibilidades de ganar más aspirantes...y más ruda la pelea interna. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )