Problemas nacionales: estrategias con visión sectorial o integral, madre de todos los dilemas

Lunes, 26 de Septiembre de 2022 00:11 Editor
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 Escala Crítica/Diario Presente, Ventanasur, Horay20noticias, Avance  

* Tiempos electorales: opositores ¿recuperan memoria de largo plazo? 
* Tapar hoyos o colocar nuevos cimientos: el futuro es integral. 
*  Enfoque estructural de los problemas: ¿impopular en las urnas?    
  
Víctor M. Sámano Labastida
 
EL PRESIDENTE Andrés Manuel López Obrador ha dicho en varias ocasiones: “en política hay que optar entre inconvenientes”. No es tarea grata, puesto que se habita “la casa del jabonero”. A veces ni jabón hay, por herencia del pasado. 
Mientras inconvenientes diversos cobran relevancia por el tiempo electoral que se aproxima, el gobierno federal gestiona decisiones ante problemas intactos por la tibieza de otros sexenios o el desgaste del sistema. Optar entre inconvenientes resulta más difícil sin un proyecto de nación como hoja de ruta. En política, la estrategia coyuntural –la visión sectorial de los problemas a corto plazo- se aposentó como forma de gobierno, con el deterioro de las condiciones de vida como resultado. Ahora, en el cuarto año de la denominada 4T, la oposición que fue gobierno recupera la memoria de largo plazo y se queja de que no hay estrategias integrales para los problemas. 
 
Se dice: “el gobierno no tiene una estrategia integral de seguridad”; “el gobierno no tiene una estrategia integral de reactivación económica”; “el gobierno no tiene una estrategia integral de educación”. De ahí pa’l real, la memoria opositora recuperada busca hacer su roncha al reprochar problemas estructurales que son cortesía de sus propias decisiones en otro tiempo. Sin desconocer algunos desaciertos recientes.
   
NO SE TRATAR DE REMENDAR
 
¿SE PUEDE ATENDER un problema sin tomar en cuenta otros problemas (o aspectos) que inciden en el problema específico que se quiere resolver? Es decir: ¿se puede pensar una estrategia coyuntural/sectorial para atender un problema, sin pensar una estrategia integral? En la encrucijada de pendientes nacionales, quizás la república llegó a un punto de no retorno: remendar el problema es simular. Se tienen que intentar soluciones de fondo. 
 
Por décadas, diferir problemas fue solución parcial de un régimen que así perdió legitimidad social. Esto le otorgó credibilidad a las propuestas del movimiento social y político que AMLO encabezó por más de 30 años, y que de oposición pasó a gobierno en 2018. En el quinto y sexto año del sexenio, un dilema que tiene que plantearse el Presidente López Obrador y la 4T, es: medir la efectividad de estrategias coyunturales con rédito político/electoral, frente a la efectividad de estrategias integrales en la solución de problemas, con rédito social y cultural. Los gobiernos topan con la realidad política del corto plazo. Y tienen que decidir sobre lo coyuntural o lo integral. ¿Se pueden tomar los dos caminos?                     
 
CANASTA REVUELTA Y CANASTA GLOBAL
 
EN UNA ENTREGA ANTERIOR revisamos la batalla por los recursos en el presupuesto federal 2023. Planteamos que los aspirantes a la Presidencia de la República no deberían luchar por ese objetivo político sin un plan sólido de reactivación económica. El terreno económico es campo minado, comprometidos 56 centavos de cada peso presupuestado por el gobierno. 
 
Si se piensa en otras áreas estratégicas (seguridad, salud, educación, turismo) y en gestiones estratégicas (política exterior, hacienda, recursos fiscales), se advierte la complejidad del problema para diseñar políticas de gobierno: hay una cobija limitada de recursos que tienen que distribuirse para atender rezagos añejos. La cobija no alcanza para todo y tiene que elegirse en dónde se colocan los recursos. Si se jalan recursos para un lado, la cobija se achica en otros lados. Y cuando se piensa en la salida coyuntural para un solo problema, lo que falta es cómo se integra esa decisión en una política general de gobierno. Si no hay un plan, la estrategia es ocurrencia. 
                                
Ejemplo complicado: para enfrentar la inseguridad y la violencia, el gobierno de la 4T decidió crear en 2019 una Guardia Nacional con mando civil que sustituyera a la Policía Judicial Federal. Después, se decide asignarle mando militar a la Guardia Nacional, que formará parte de la Secretaría de Defensa Nacional. El debate ha sido candente, porque así –se argumenta- la militarización del país cobra rango legal. Este tipo de debate, Guardia Nacional con mando civil o militar, eclipsa el debate sobre el funcionamiento de la policía estatal y municipal. ¿Cuál es el grado de colaboración que existirá y cuál es el grado de capacitación y recursos que se necesitan para su mejor funcionamiento?, ¿O hay que olvidarse de dotar de capacitación y recursos a la policía estatal y municipal? Pensar a fondo la solución de un problema lleva a esas interrelaciones, que en la política mexicana brillan por su ausencia en aras del corto plazo. La estrategia integral lleva más tiempo, es más compleja y no es popular en el terreno electoral.
     
Lo mismo pasa si observamos otros pendientes nacionales con óptica integral. Y en esta canasta revuelta, que incluye la colaboración entre autoridades federales, estatales y municipales, falta la canasta global cuando el problema es comercial/empresarial/financiero y abarca a otras naciones. La atención de ciertos problemas nacionales a veces requiere cálculo geopolítico.
En política, optar entre inconvenientes no debería saltarse la evaluación integral de un problema. Pensar en la siguiente elección no debe hacernos ignorar el destino de la nación. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )