Lectura como ejercicio de la libertad; acción integradora y de reinserción social

Jueves, 17 de Noviembre de 2022 19:14 Editor
Imprimir

 Escala Crítica/Ventanasur, Diario Presente, Horay20Noticias, Avance 

*El fascinante descubrimiento infantil de otros mundos y realidades
*La sorpresa en las letras: Emmanuel, Gibrán, Zoe, Melissa y Gabriel,
*Mediadores y promotores de la lectura, una labor social trascendente
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
 
“LA LECTURA me hizo conocer otra realidad, ver otro mundo”, dijo palabras más palabras menos un pequeño que aún no concluye la primaria. Y lo dice un niño que apenas está conociendo su entorno. Para quienes acudimos al encuentro con los mediadores de la lectura realizado en vísperas del Día Nacional del Libro (y la lectura), escuchar a infantes y adultos hablar sobre lo que les ha significado para ellos la letra impresa nos llena de esperanza. Defender y promover la lectura, propiciar la lectura, es un camino correcto. Abrir horizontes.
Hay quienes por experiencia propia sabemos lo que los libros y la lectura hicieron por nosotros y por quienes nos rodean. Es una herramienta de cultivo, y el fruto mismo del cultivo.
Escribió el portugués José Saramago, quien el 16 de noviembre cumpliría cien años: “…me he referido a ese chico o esa chica que viven en una casa humilde donde no hay libros… Ya saben. Pues eso me ocurrió a mí. En mi casa no había libros. Mi madre era analfabeta y analfabeta fue hasta que murió. Mi padre sí sabía leer y escribir algo, pero en mi familia, mis tíos, mis abuelos, todos eran analfabetos. Y si no había un libro en mi casa, ¿cómo empecé yo a leer? Libros míos, comprados con mi dinero —y ni siquiera eso porque me los prestaron—, los tuve a los dieciocho años. Y miren que no soy excepcional. Soy un caso entre miles. Personas con curiosidad intelectual, niños, jóvenes para quienes el libro es un reclamo, no saben lo que hay dentro, pero intuyen que todo está allí como una propuesta, como una invitación, «¡Conóceme! ¡Conóceme!». Es igual que en la relación entre las personas. El otro, que es el libro, está diciéndome: «¡Conóceme! Tengo mucho para darte». Y si un libro no te da nada, otro sí te dará. Eso es seguro”.
José Saramago obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1998.
 
UNA HERRAMIENTA VITAL
 
ASÍ FUERON los testimonios de infantes y adultos que acudieron al evento “Leer para vivir”, organizado por esta casa editorial. Los pequeños Emmanuel Córdova López, Gibrán Albert de la Cruz, Zoe Villegas López, Melissa Córdova López y Gabriel Sánchez Córdova, nos contaron qué es para ellos la lectura. Y sabrán que será en su vida que apenas comienza. Los adultos hablaron de qué fue y que sigue siendo su encuentro con los libros. Todos por la letra impresa, por las historias contadas, han vivido múltiples existencias.
Mediadores de lectura, verdaderos misioneros de las letras. Estuvieron en el encuentro “Leer para vivir” la escritora y maestra de lengua yokotán Alejandrina Hernández; el escritor y presidente de la agrupación “Querer leer”, Gamaliel Sánchez; el abogado, escritor y mediador de lectura en el Centro de Reinserción Social del Estado de Tabasco (CRESET), Luis Arturo Gámez; el escritor y profesor Antonio Solís Calvillo. La mesa fue moderada por el catedrático universitario Mario Cerino Madrigal. La Sala de Lectura “Jaguar sobre ruedas”, que nos permitió convivir con los niños, es coordinada por el periodista Wilber Albert.
Antonio Solís Calvillo, también coordinador de talleres literarios, nos recordó que la lectura ayuda a aumentar el lenguaje. Que hay una notable diferencia en la comunicación de las personas según la cantidad de palabras que conocen y utilizan. Por su experiencia refirió que el hábito de la lectura sólo se adquiere con lecturas libres. Que no tiene sentido leer sin comprender y que el objetivo sustancial de la enseñanza es que se aprenda a pensar.
Alejandrina Hernández Gerónimo, originaria de Mazateupa, Nacajuca, defendió el acceso a los libros como si se tratara de un artículo de primera necesidad. Quienes viven en las comunidades marginadas lo saben: los libros, la lectura, son herramientas necesarias para el cultivo propio. Narró Alejandrina un hecho que debería avergonzarnos como sociedad: en Mazateupa hace unos diez años demolieron la pequeña biblioteca para construir un parque. Como labor de mediadora promueve el préstamo de libros y ha constatado que la gente sí cuida los ejemplares, los valora.
 
QUERER NO SÓLO PODER
 
TAMBIÉN con una amplia experiencia en la docencia y en la mediación de la lectura, el profesor Gamaliel Sánchez Salinas ha ido más allá: con un grupo de conocidos fundó la asociación civil “Querer leer”, porque –dijo- “puede más el que quiere que el que puede”. Sobre su descubrimiento de la lectura comentó que en su casa no había libros pero había cuentos, porque su padre platicaba historias de espantos y su madre la propia experiencia. Sostiene que el alumno tiene mejor desempeño si lee, pero hay que llegar al gozo de la lectura. La lectura –puntualizó- nos ha salvado la vida. 
Por demás interesante es lo que vive Luis Arturo Gámez, en su contacto con los reclusos del CRESET para quienes la lectura es una forma de enfrentar “al monstruo del encierro”. Planteó la reinserción por medio de la lectura; habló de su labor como “una pasión más que un sacrificio”. Mostró imágenes de la recuperación de la biblioteca en el penal, el apoyo que han tenido por donadores de libros y las actividades de los internos. Muy motivante y mucho qué contar sobre los mediadores de lectura. Tenemos entendido que formalmente hay un centenar de Salas de Lectura en el estado; muchas más informales y valiosas. (vmsamano@hotmail)