López Obrador y la definición del modelo del régimen; el neoliberalismo ¿quedó atrás?

Jueves, 01 de Diciembre de 2022 00:58 Editor
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 Escala Crítica/Diario Presente, Ventanasur, Horay20noticias, Avance

 
*Desde el Plan Nacional de Desarrollo planteó economía del bienestar
*Lázaro Cárdenas estableció las bases de lo que fue el milagro mexicano
*Ningún país es una isla; a la búsqueda de un sistema propio de desarrollo
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
Economía moral, es el nombre del libro que en noviembre de 2011 presentó el presidente Andrés Manuel López Obrador, como un texto de su autoría y en el que –dijo- explicaba su alternativa al modelo neoliberal y las bases de Cuarta Transformación. En la presentación del Plan Nacional de Desarrollo, en abril de 2019, el mandatario se refirió a “la economía del bienestar”. Desde su toma de posesión puntualizó que no debía confundirse crecimiento económico con desarrollo. Rechazó las tradicionales mediciones del llamado Producto Interno Bruto (PIB), lo que por supuesto desató críticas de sus adversarios.
Cuando anunció “Economía moral”, expuso: “El fundamento de nuestra política, lo que se aplica en el periodo postneoliberal. Siempre decían que no había de otra (…) Tenemos que buscar otro modelo, otra alternativa, que podamos tener crecimiento económico con justicia, que no se acumule nada más la riqueza en unas cuantas manos y que haya millones de pobres, miseria pública”.
Agregó: “Tiene que haber más igualdad, una distribución más equitativa, más justa de la riqueza que se produce en México, distribuir el fruto del trabajo de los mexicanos con justicia. Y hacia allá vamos y vamos muy bien”.
En la masiva concentración del domingo 27 de noviembre, López Obrador propuso nombrar a su forma de gobierno “humanismo mexicano” y, aunque mencionó “algunos fundamentos”, advirtió también que “poco a poco lo iremos definiendo entre todos porque necesitamos heredar una teoría propia”.
 
A LA CAZA DE ALTERNATIVAS
 
MENCIONÉ AQUÍ que la búsqueda o propuesta de un modelo distinto al capitalismo (en todas sus etapas, incluida la neoliberal) y al socialismo tiene una larga historia. Algunos han calificado esta búsqueda como una “tercera vía”, otros más la han ubicado en una política socialdemócrata.
Le decía en mi anterior comentario que no se trata sólo de un debate teórico o de especialistas. Los resultados de la definición –y sobre todo aplicación- de un modelo económico y político, tiene sus efectos en la vida cotidiana, en el trabajo, en la capacidad de consumo. 
Posterior a la época del conflicto armado conocido como la Revolución Mexicana vino un periodo en el que se buscó hacer realidad algunos de los postulados de justicia social. Con aciertos y errores, pero sin duda que el gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940), estableció las bases para lo que sería conocido como “el milagro mexicano”, de 1940 a 1970, etapa en la que a partir de 1954 fue aplicado el modelo conocido como “desarrollo estabilizador”. ¿Cómo se reflejó esto en la vida de las mayorías (claro no de la totalidad)? Hubo un mejoramiento del ingreso/salario, estabilización monetaria, control de la inflación, más empleo, mejoramiento de la infraestructura (escuelas, carreteras, hospitales).
Este periodo del “milagro Mexicano”, inmediatamente posterior a Lázaro Cárdenas, coincidió con los gobiernos de Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruiz Cortines, todavía con Adolfo López Mateos; ya con Gustavo Díaz Ordaz se manifestó en una grave crisis social y de legitimidad, para llegar a una quiebra económica con Luis Echeverría. Un hombre clave en el impulso de la economía mexicana fue Antonio Ortiz Mena, quien se desempeñó como secretario de Hacienda, durante dos sexenios.
Lo que me importa señalar en estas líneas es que la discusión y aplicación de “un modelo” no es ocioso, tampoco asunto sólo de unos cuantos, sino que de este depende el presente y futuro familiar y nacional.
Ahora que el presidente López Obrador plantea el “humanismo mexicano” –aunque no sólo como modelo económico, pero está demostrado que de la economía depende casi todo y es una manera de hacer política-, observamos que gobiernos de otros países en diversas etapas han defendido su propio modelo y puesto como ejemplo a seguir: modelo brasileño, chileno, argentino, etcétera.
AL MARGEN
Las elecciones del 2024 están planteadas, por lo tanto, como la elección también de un modelo, no sólo votar por un partido o una persona. Seis años no son suficientes para una transformación de fondo…o para un retorno. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )