Consulta a las bases, una democracia de carne y hueso; la vigencia de González Pedrero

Miércoles, 12 de Abril de 2023 12:41 Editor
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 Escala Crítica/Diario Presente, Ventanasur, Horay20Noticias, Avance

 
*En 2024 a las urnas dos modelos políticos y la continuidad
*Cuando hay seguridad de ganar, se debe escoger a los mejores
*Falso que no pueda haber democracia si un partido es invencible
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
SE ACERCA el inicio de uno de los procesos electorales más importantes para el país en el que los participantes plantean la decisión entre dos modelos: el que encabeza López Obrador y otro opositor que no acaba por definirse. 
En México se recuerda con frecuencia aquella frase de Porfirio Díaz, quien había permanecido unos 30 años en el poder, cuando expresó: “México está preparado para la democracia”. Una entrevista realizada por el periodista norteamericano James J. Creelman, en la que se buscaba fortalecer la imagen ya debilitada del dictador, pero tuvo efectos contrarios.
Los días 3 y 4 de marzo de 1908, el diario “El Imparcial”, de la Ciudad de México, publicó en español una entrevista concedida a Creelman seis meses antes. En una parte central de las respuestas de Díaz se lee: “He aguardado durante muchos años pacientemente, a que el pueblo de la República estuviera preparado para elegir y cambiar el personal de su Gobierno, en cada período electoral, sin peligro ni temor de revolución armada y sin riesgo de deprimir el crédito nacional o perjudicar en algo el progreso de la Nación, y hoy presumo que ese tiempo ha llegado ya”. Y llegó la revuelta armada.
Una y otra vez la pregunta vuelve al debate: ¿Cuándo un pueblo está preparado para ejercer su voto, para hacer efectiva la democracia?  
Andrés Manuel López Obrador, ya como Presidente y también como líder político, ha insistido en la necesidad de la democracia directa. Dijo en junio de 2021 cuando se debatía sobre la consulta sobre si el pueblo estaba o no de acuerdo en que se enjuiciara a los ex presidentes que hubiesen cometido ilícitos: 
“Todos los mexicanos van a participar, es poner en práctica la democracia participativa. Acaban de pasar las elecciones, eso corresponde más a la democracia representativa, pero la democracia no se agota o no se limita sólo a las elecciones, como se conoce, sino que constantemente hay que estar preguntándole al pueblo. Es mandar obedeciendo, no que ya me eligieron por tres, por seis años y haga lo que haga me tienen que aguantar”. Este mismo argumento sirvió para impulsar la consulta sobre revocación o ratificación de mandato.
 
DEMOCRACIA Y PARTIDO DOMINANTE
 
RECIENTEMENTE, en una conversación con el profesor e investigador universitario Rodolfo Uribe Iniesta, coincidimos en la vigencia de Enrique González Pedrero no sólo por el modelo de organización social y económica que impulsó en Tabasco –y que lamentablemente quedó trunco- en momentos en que en el país tomaba el poder la denominada tecnocracia (neoliberales), sino también por su propuesta de organización política.
¿Por qué la vigencia? Porque en septiembre de 1985, siendo gobernador Enrique González Pedrero, se aplicó en Tabasco la consulta a las bases para elegir en los 17 municipios a quienes serían candidatos del PRI en sus demarcaciones. Escribió González Pedrero en “Una democracia de carne y hueso” (1982):
“Es un lugar común considerar que no puede haber democracia cuando existe un partido tan fuerte como el PRI en Tabasco, porque la democracia consiste en la alternancia de partidos en el poder”. Recordemos que el autor se refería a una circunstancia en la que el partido en el gobierno contabilizaba más del 80 por ciento de los votos a su favor; esto es, que aparecía como imposible el triunfo opositor. De hecho, la oposición electoral no existía como opción hasta que en 1988 surgió el Frente Democrático Nacional (FDN).
Y proseguía EGP en su obra citada: “Pero, no por lugar común, la tesis es menos falsa. Como lo es, también, deducir de esta premisa la conclusión de que hay que hacer crecer artificialmente a la oposición. O bien, que hay que esperar a que ésta se fortalezca sola para, entonces, empezar a hablar de democracia”. 
Observe usted, amable lector, el siguiente enunciado -que me interesa resaltar-, por su contenido fundamental (y vigente): “Cuando un partido tuene una probabilidad mucho mayor de ganar en las urnas que la de sus contrincantes, las expectativas de la gente cambian radicalmente: no se discute entonces tanto la etiqueta política, sino quién tiene –y sobre todo quién no tiene- los suficientes méritos para llevarla”. Esto es, lo que está en debate cuando un partido u organización tiene asegurado el triunfo es la calidad de quien aparezca en las boletas, lo que verdaderamente representa. 
Remataba González Pedrero: “Es el caso de Tabasco. En el estado, como en muchas otras partes del país, el debate democrático no se centra tanto en la filiación política, cuanto en el problema de la selección de candidatos”. 
 
EL VERDADERO DESAFÍO
 
CAMBIEMOS ahora la mención al PRI por Morena, organización que –en las diversas encuestas que conocemos- aparece como prácticamente imbatible. Si tiene la seguridad de ganar entonces su debate democrático estaría en la selección de sus candidatos; pero no sólo el método (cómo), que es importante, sino el fondo (qué y para qué) sin duda determinante para su futuro. 
El texto de EGP es mucho más extenso y rico en lecciones, por lo que seguramente volveré sobre el tema; pero sin duda que muchos lectores estarán de acuerdo en que Morena se juega la continuidad y profundización de su proyecto de transformación…o el retorno al viejo sistema. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )