PRI, GRANIER Y LOS ESTATUTOS; FUNCIÓN PÚBLICA Y RESPONSABILIDAD

Lunes, 03 de Junio de 2013 12:16 Editor
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Escala Crítica/Columna diaria
*César Camacho deslinda a PRI de Granier, no es suficiente
*Deben dirigentes exigir a sus militantes esclarecer cargos
*Un juego que no permite errores, menos “errores voluntarios”

Víctor M. Sámano Labastida

EL PRESIDENTE nacional del PRI, César Camacho Quiroz, sostuvo el fin de semana que los dirigentes del tricolor “nos deslindamos absolutamente del comportamiento de Andrés Granier”, ex gobernador de Tabasco. Como se sabe, El Químico no sólo llegó al poder bajo las siglas del PRI, sino que durante sus seis años de gobierno estuvo apoyado por los diputados de ese partido en el Congreso local, en las dos Legislaturas correspondientes (2007-2009 y 2010-2011).

Antes fue, durante tres años, presidente municipal de Villahermosa (2001-2003). Su biografía política señala que se afilió al PRI desde hace más de 25 años, aunque no se le conocen cargos de dirección en ese instituto. Tampoco se le asocia a los grupos tradicionales y durante su incursión tanto en la alcaldía como en la gubernatura de Tabasco intentó formar un bloque entre quienes se reconocían a sí mismos como “químicamente puros”. A nivel nacional o regional carece de pertenencia a alguna corriente o familia política.
De acuerdo al argumento de Camacho Quiroz, debido a que Granier no es dirigente, ni candidato y como tampoco tiene cargo alguno en ese instituto se abstienen de interceder en forma alguna.

PERCEPCIÓN Y CONDUCTA

UNA INTERROGANTE que hasta ahora ningún partido ha respondido de manera convincente es respecto a la responsabilidad de sus militantes y la propia responsabilidad institucional.
Sucede en el PRI, como en el PRD y el PAN, así como en los partidos de menor representatividad: carecen de voluntad y mecanismos para evitar que las acciones de sus miembros perjudiquen la imagen de la organización.
Escuchamos con frecuencia que exigen a las autoridades actuar con apego a la Ley cuando se pretende enjuiciar a alguno de sus miembros –lo cual es obvio y debería exigirse para todos los ciudadanos-, y también reclaman por “linchamientos mediáticos” que pretenden dañar o dañan la percepción hacia sus partidos.
Esto sucede, anoté líneas arriba, en todas las organizaciones. Resulta más grave faltar a los compromisos de grupo o intereses de una dirigencia que violar los estatutos y ya no se diga las Leyes, ocasiones estas últimas en las que se pasa de noche.
No hay exhortos formales –por ejemplo- para alguno de sus militantes que tenga o tuvo cargo público acuda a aclarar las denuncias que los involucren. Esa inacción, más que el juicio público, es lo que golpea la credibilidad de los partidos.
Es mucho esperar que la dirigencia de un partido exija y esté pendiente que sus militantes en el servicio público actúen en beneficio de la población. Reclamar que entreguen buenas cuentas antes de dejar el poder. Si esto sucede se convierte en “fuego amigo”, para usar ese lugar común.
Una democracia madura debe buscar que los partidos políticos y sus dirigencias asuman el compromiso con y de sus militantes. Resulta penoso cómo en el Caso Granier –como en muchos otos casos- se apueste más a que una autoridad se equivoque en los procesos o que recurra a mecanismos autoritarios, en lugar de que los partidos beneficiarios de la “cosa pública” busquen contribuir a la transparencia, rendición de cuentas, justicia.
¿Podremos esperar que el siguiente paso del PRI (o de cualquier otro partido) sea un exhorto público y formal para que sus militantes involucrados en demandas penales o procesos administrativos se presenten ante las autoridades? Por supuesto, con todas las garantías de un debido proceso.

LOS JUICIOS Y LOS HECHOS

EL PERIODISMO debe remitirse a fuentes reconocidas y reconocibles. No es la verdad histórica, pero sí la verdad de quien la expresa cuando son dichos; comprobables, cuando son hechos. No basta la opinión, sino el sustento para emitirla.
Un caso reciente que nos ha ocupado es el polémico citatorio al señor Granier Melo. En fecha próxima están previstas las comparecencias –previo citatorio también- del ex secretario de Finanzas, José Sáiz, y del ex subsecretario, Miguel Contreras.
Nuestras reflexiones parten del supuesto de que las autoridades saben lo que hacen.  Están obligadas, es una responsabilidad legal. Por lo menos en cuestiones tan simples como entregar un citatorio. Y que dicen verdad cuando señalan que cumplieron con lo que la ley exige.
No hacerlo pasaría de ser un error para convertirse en complicidad.
Escribió don Amir Belisario Pérez Gómez, quien vaya si conoce del tema:
“Su actuación deja mucho que desear. No es aceptable, no hay excusa que valga. Simplemente, el sombrero es muy grande, sin excepción.
“Para ser implacable se requiere ser fuerte, y que no se permita ser ablandado, resistente a todo y para resistir no hay mas que ser eficiente.
“Para ser impecable hay que ser perfecto, hacer las cosas sin errores, sin tachas y sin manchas. Las omisiones y los errores manchan cualquier actuación y hace inservible a las personas.
“La actuación del Ministerio Publico tabasqueño al ignorar el procedimiento de la notificación en la etapa de la averiguación previa es horrorosa”.
Si es así, y debe serlo porque abogados sapientes han dado sus razones, debe corregirse de inmediato y sancionar a quienes hayan cometido errores porque ni está en juego sólo el castigo o no, la comprobación o no, de un saqueo. Es mucho más. Cuando las “equivocaciones” favorecen a un destinatario específico, es hora de comenzar a revisar con lupa el entramado del poder.

LO INVITO para que me acompañe en los tres breves cortes de opinión a las 8:00, 13:45 y 20:00 horas, de lunes a viernes por Radio Fórmula Tabasco (94.1 FM y 620 AM). En PRESENTE, Diario del Sureste, de lunes a sábado. Esta columna también se difunde en diariopresente.com.mx y ventanasur.com