VOTOS NACIONALES Y FEDERALES, UN DILEMA;LUCHA POR POSICIONES POLÍTICAS Y RECURSOS

Lunes, 20 de Abril de 2015 11:22 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Teme PRI perder la mayoría en el Congreso Federal; defiende reformas
*Hoy inicia la otra fase de la contienda; tendrán que definir prioridades 
*La elección del 2012 enseñó que ya no hay plazas seguras para partidos
 
Víctor M. Sámano Labastida
HEMOS señalado que en estas elecciones están en juego dos objetivos: los votos federales y los estatales. Los votos federales son los que determinan la influencia que un partido o fuerza política pueda tener en el Congreso de la Unión –para los cambios legales y asignaciones presupuestales-, pero sobre todo son los que permiten a los partidos nacionales tener más o menos recursos. Son también fundamentales para lo que se conoce como “proyecto de País o de Nación”.
Le decía en una colaboración anterior que entre los partidos de nueva creación, será el Partido Morena el que más se beneficie de la asignación de la bolsa de recursos nacionales que se reparten conforme a los votos obtenidos.
La razón es sencilla: es una bolsa de la que actualmente no obtiene nada –porque no ha participado en elecciones- y de la que únicamente se benefician los siete partidos con registro anterior. Pase lo que pase, Morena entrará a la nueva bolsa y sólo falta saber con qué porcentaje.
También es un hecho que varios de los partidos existentes tendrán un ajuste a la baja de este dinero, fundamental para las elecciones del 2018. Ahí está la clave: están en disputa los recursos para las elecciones presidenciales. 
 
PESOS Y PASOS
PARA los actuales comicios, de la bolsa que se reparte según el porcentaje de votos Morena no recibe ni un solo peso a nivel nacional mientras que al PRI se le asignaron oficialmente un mil 376 millones de pesos, al PAN un mil 158 millones y al PRD 886 millones de pesos. Esto cambiará radicalmente después de los comicios de junio.
Pero políticamente también interesa a los partidos nacionales mantener o ampliar el número de diputados en el Congreso de la Unión, porque es ahí donde se votan las reformas como la energética y financiera. 
De los 500 diputados federales, el PRI cuenta actualmente con 214 legisladores, el PAN con 113 y el PRD con 99; el PVEM, aliado del tricolor, cuenta con 27, mientras que Movimiento Ciudadano suma 12, el PT con 11 y Nueva Alianza con 10. Hay dos diputados sin partido. La novedad este año fue que Morena, sin haber participado en comicios, logró integrar una bancada de 12 diputados salidos del PRD, PT y MC.
De los 500 diputados actuales diez son tabasqueños: uno del PAN y nueve de la dispersa alianza de izquierdas. Recordemos que en el 2012, como sucedió en el 2006, la totalidad de las diputaciones de mayoría fueron para la coalición de izquierdas. La distribución de estas curules por partido también cambiarán de colores este año.
Un reporte de la revista Proceso (04/IV/2015), reveló que documentos internos del PRI advertían que podría perder 170 de los 300 distritos en disputa. Esto significaría quedarse sólo con una mayoría relativa en la cámara lo que implicaría el riesgo de que la oposición le quitara el control del Congreso.  
 
LA DECISIÓN CIUDADANA
EN LAS ELECCIONES del 2012 de las 17 alcaldías, 15 cambiaron de color de los partidos gobernantes: lo azules dejaron de serlo (Balancán y Zapata, con el PAN), los tricolores del PRI también y los amarillos del PRD. Las únicas excepciones fueron Teapa, que quedó en manos del tricolor y Cunduacán que permaneció bajo una administración perredista. No hay voto que no cambie. 
Pasaron a la coalición PRI-PVEM-Panal: los dos ayuntamientos que perdió el PAN, así como Jalapa, Jonuta, Paraíso y Tenosique. Y fueron a dar a la coalición PRD-PT-PMC los ayuntamientos de Cárdenas, Centro, Centla, Comalcalco, Huimanguillo, Jalpa de Méndez, Macuspana, Nacajuca y Tacotalpa. El cambalache de PRI a PRD y a la inversa terminó; ahora hay dos actores que rompen esa polarización necesaria y explicable que permitió romper el régimen de partido único: el nuevo lopezobradorista Partido Morena y el madracista Partido Verde. 
Fue el 2012 el año de la alternancia a nivel estatal, como también el año en que dejó de haber municipios tabasqueños gobernados por un mismo partido. Las únicas alcaldías en las que hasta ese momento el PRI parecía imbatible pasaron a manos de la hasta entonces oposición: Centro y Tacotalpa.
Sin duda el hecho más relevante fue Centro, porque el cambio en la hegemonía en la capital tabasqueña resultó determinante en los votos totales para la alternancia. Así ha ocurrido en casi todos los estados del país: la alternancia estatal se concreta cuando las oposiciones ganan las capitales. En este caso la coalición de izquierdas obtuvo casi 160 mil votos contra unos 135 mil de la alianza priista. 
Resulta interesante observar que en Centro fue mayor la votación para gobernador en ese mismo proceso que los candidatos a alcaldes en la misma plaza: en la demarcación de Centro Arturo Núñez obtuvo 181 mil 162 votos (20 mil más que Humberto de los Santos) en tanto que Jesús Alí recabó 140 mil 875 votos (unos seis mil más que Luis Felipe Graham). Es evidente que hubo el llamado “voto cruzado” o “voto de castigo”.
Uno de los distritos locales más significativos para la votación a favor de Núñez fue el Diez-Centro donde la diferencia frente a Jesús Alí fue de casi dos a uno. 
Otro hecho relevante, vinculado al llamado “Efecto Obrador” fue que Andrés Manuel López Obrador tuvo en el municipio de Centro 206 mil 768 sufragios, contra sólo 84 mil 782 de Enrique Peña Nieto. Puede usted notar que entre la votación obtenida por el candidato de la coalición de izquierdas a la Presidencia de la República y el de la alcaldía por la misma alianza fue de 60 mil sufragios. En otras palabras, 60 mil personas que sufragaron por López Obrador se abstuvieron de colocar la papeleta a favor de Bertruy.
Este tipo de fenómenos son indicativos del porcentaje del electorado que se comporta de manera selectiva. Veremos si los partidos han tomado nota de las lecciones (y elecciones) pasadas. 
Hay que señalar también que las elecciones del 2012 mostraron con mayor claridad que el grupo político gobernante –de cualquier signo- tiene que remar contra corriente frente a un electorado que espera siempre mucho más de lo que una administración logra realizar. Así se entiende el cambio de estafeta en los municipios: las expectativas siempre son mayores que las posibilidades. Mucho más en un entorno crítico heredado de las anteriores administraciones. 
AL MARGEN
LA LEY obliga a los candidatos y partidos a concentrarse en propuestas, pero habrá una intensa guerra de acusaciones. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )