LAS RAÍCES DEL CRIMEN, SCHERER; VIAJE AL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS

Viernes, 26 de Junio de 2015 00:50 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Es necesario atacar la “cadena productiva” de delito y pobreza 
*Shock de la miseria, la negación de la libertad, futuro cancelado
*Villahermosa, cumpleaños: los planes y la ciudad que queremos
Víctor M. Sámano Labastida
 
SACADO ya del debate electoral, el tema de la inseguridad está en la agenda tabasqueña. Como lo está en por lo menos unas diez entidades en las que en los primeros cinco meses del año se incrementó la incidencia delictiva. Tabasco, le comentaba en una entrega anterior, se ubica en el séptimo sitio de acuerdo a los registros del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP). Otras entidades con alta incidencia, por los delitos denunciados –no necesariamente los ocurridos, porque persiste una “cifra negra”- y en el acumulado de enero a mayo son Edomex, con un total de 86 mil 593; Distrito Federal, con 67 mil 038, Baja California, con 41 mil 860 y Guanajuato con 36 mil 900 casos.
En un nivel prácticamente similar se ubican Puebla, con 27 mil; Chihuahua con 24 mil 961 y Tabasco, -en séptimo, como le indicaba líneas arriba- con 23 mil delitos denunciados.
En la edición de ayer del diario Presente se refieren los datos sobre el incremento del robo de autos, delito que coloca a Tabasco en los diez primeros sitios. Las zonas en el estado con mayor frecuencia en este ilícito son las más urbanizadas: Centro, Cárdenas y Comalcalco. Una “industria” que prospera junto al tráfico ilegal de vehículos es la venta de autopartes y los servicios de hojalatería y pintura.
 
DESDE LA RAÍZ
PRECISAMENTE ahora que los asuntos de la inseguridad han ocupado nuestras reflexiones retorna a mis manos un excelente texto escrito por Julio Scherer García, publicado originalmente en el año 2013 y reimpreso en una edición de popular este mes de junio: “Los niños en el crimen”, colección México Impune, Proceso-Grijalbo.
Con su reconocida maestría, Scherer García busca desentrañar lo que oculta el alma de un “niño asesino”, pero va más allá porque nos conduce a una reflexión sobre la violencia persistente y el sentimiento de inseguridad que prevalece en el país. En el fondo la impunidad. Documenta 40 casos de adolescentes criminales, así como sus antecedentes en una infancia rota por la indignidad, la marginación y la pobreza.
Escribió Julio Scherer: “A través de testimonios grabados y de la lectura de documentos que llegaron a mis manos, pude constatar de qué manera el abandono ha llevado a los adolescentes a la tragedia de la drogadicción, el alcoholismo, el robo, el secuestro, el crimen. La corrupción sigue apoderada del país y la Constitución de la República de poco ha servido para proteger a los menores”.
Refiere algunas de las estadísticas que ya hemos compartido, como aquella del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) que indica que “21.4 millones de niños y adolescentes mexicanos viven en la pobreza, de los cuales más de 2.3 millones padecen el shock de la miseria”. 
Y lo más grave, si es que lo hay en este brutal ambiente: “De la miseria escapa a lo más un dos por ciento de sus víctimas, pero de la pobreza se evaden muchos para sumarse a pandillas que los hacen fuertes para caer más tarde en  el crimen organizado: siembran amapola, se instrumentan como correos hormiga de la droga, se preparan como coadyuvantes del secuestro y matan…
Recordó Scherer: “El premio Nobel de Economía, Amartya Sen, ilustre en la materia, sostiene que a la pobreza sólo la podemos entender cuando la concebimos como una de las formas que niegan la libertad. Considera que las personas que la padecen desconocen sus capacidades y quedan a merced de otros. El Nobel piensa que la pobreza no consiste en la falta de la riqueza o de ingreso, sino en una incapacidad propia para vivir”.
Una incapacidad propia para vivir. Negado todo horizonte, sólo queda negar el futuro a los demás. Con la pobreza y el delito estamos cancelando la tranquilidad de todos, aún de los que ahora se benefician del privilegio de una seguridad personal y privada.
Advierte Scherer: “La miseria va más hondo: anula la reflexión del que la padece. En su círculo sólo hay un imperativo: alimentarse”.
Hasta aquí la larga, por necesaria, cita de “Los niños en el crimen”. Es ahí, en la infancia –con el entorno familiar y social- donde me parece que hay que buscar una explicación y una solución a la crisis de seguridad que padecemos. Nadie se levanta un día cualquiera y decide que durante esa jornada será delincuente. Hay una historia, siempre.
Ahora mismo me pregunto si -aparte del drama nacional por la expansión del crimen organizado y sus astillas-, lo que vivimos en Tabasco no es resultado también de la miseria que provocaron las inundaciones. En los días posteriores al desastre vi a mucha gente rogando por un plato de comida, por un trozo de tela para vestirse o un lugar donde guarecerse; después lo exigió y finalmente puede optar por tomarlo a la fuerza.
Otro, y no menor, es el problema estructural de combate a la delincuencia y cuya crisis se nos aparece todos los días. Habrá que hacer un alto y meter el bisturí en serio.
 
VIVIR LA CIUDAD
AUNQUE todavía sigue el desacuerdo entre los historiadores e investigadores, oficialmente el 24 de junio se conmemora un aniversario más de la fundación de Villahermosa, la actual capital de Tabasco. Conforme a los registros habría sido fundada un 24 de junio de 1564 como San Juan Bautista. Hace 451 años.
Los festejos de la fundación de ciudad capital se realizan durante toda la semana. La capital tabasqueña sería la quinta ciudad de su tipo fundada en el sur sureste. Antes fueron establecidas las ciudades de Veracruz, Oaxaca, Mérida y Tuxtla Gutiérrez, en ese orden. La más reciente, con 126 años, sería Chetumal, en Quintana Roo.
Aunque en el municipio de Centro, donde se ubica Villahermosa, se tiene sólo el 10 por ciento del territorio estatal, en la zona se localizan casi 800 mil habitantes. Una tercera parte de la población total.
Pero también en Villahermosa ser realizan la mayor parte de las actividades comerciales, administrativas, sociales y políticas del estado. Hay en la ciudad una muy alta concentración que se refleja en la dificultad creciente para ofrecer servicios como el transporte, el agua, el drenaje, la limpieza. Y por supuesto el de la seguridad.
En las recientes campañas electorales los nueve candidatos a presidentes municipales expusieron una serie de propuestas para mejorar la ciudad. Ojalá que todas esa propuestas sirvieran para aplicar soluciones a los problemas crecientes de la ciudad. Y también para llamar a una reflexión sobre la ciudad que quieren y que estás dispuestos a construir los pobladores. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )