CÁRDENAS SOLÓRZANO, UNA MEDALLA Y LA DEMOCRACIA

Sábado, 29 de Octubre de 2011 00:48 Editor
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Escala Crítica/Columna diaria
*Reconocimiento al movimiento surgido en 1988
*Se preguntan si faltó a Cuauhtémoc concluir la obra
*Las fuerzas armadas y la sustitución del poder civil

Víctor M. Sámano Labastida

¿GANÓ la elección a la Presidencia de la República en 1994 la oposición encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas? ¿Debió el hijo del General Cárdenas haber encabezado una insurrección popular contra el real o presunto fraude aquel año? ¿Pudo ganar esa misma izquierda si el ingeniero Cárdenas se hubiera pronunciado abiertamente por Andrés Manuel López Obrador en los comicios del 2006? Son algunas de las interrogantes que resurgen ahora que el fundador del Frente Democrático Nacional (FDN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), recibió la medalla “Belisario Domínguez”.

Cárdenas Solórzano forma parte ahora de la lista de 60 mexicanos que obtuvieron la importante condecoración del Senado de la República.
Establecida en 1954, la medalla “Belisario Domínguez” fue establecida “para premiar a los hombres y mujeres mexicanos que se hayan distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente, como servidores de nuestra Patria o de la Humanidad”.
El otorgamiento de la distinción no ha sido ajeno a los debates, críticas, dudas. La recibieron personajes tan destacados como Jaime Torres Bodet, Ignacio Chávez, Miguel León Portilla, Carlos Fuentes, Miguel Ángel Granados Chapa. Pero también, aunque son pocos los casos de evidente incongruencia, como Fidel Velázquez.
En la nómina de la “Belisario Domínguez” hallamos protagonistas de la más declarada derecha, como José Ángel Conchello; de talante conservador-liberal, como Carlos Castillo Peraza, y de izquierda militante como Heberto Castillo.
Curiosamente, la crítica más frontal contra el otorgamiento de la medalla al ingeniero Cárdenas Solórzano llegó de un sector de la izquierda. Al grado tal que se la imputa una “traición” al movimiento democratizador por no sumarse a la corriente que desde mediados del 2000 impulsa el liderazgo de López Obrador. El tabasqueño, fundador de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ha tenido el cuidado de no descalificar públicamente al ingeniero y político michoacano.

DESPUÉS DEL PRI

EL HISTORIADOR Lorenzo Meyer hizo una aportación mesurada para valorar la importancia del movimiento democratizador que a finales de los ochentas encontró en Cárdenas Solórzano su catalizador. Un movimiento cuyos antecedentes se remontan a finales de 1800 y principios de 1900, pero que en su etapa contemporánea se sitúa en los años sesentas.
Publicó Meyer (Reforma 27/X/2011, Agenda Ciudadana): “Sería mezquino en extremo no reconocer desde la izquierda (y desde la derecha), que con la decisión del Ing. Cárdenas de exigir democracia interna al PRI de Miguel de la Madrid primero y de romper y enfrentarse después al partido que nunca había aceptado derrotas, el hijo del expresidente de México puso en marcha un proceso que finalmente permitió sacar al PRI de "Los Pinos" a base de votos”.
“Fox (Vicente) no hubiera sido presidente si antes el Ing. Cárdenas y quienes le secundaron -expriistas, comunistas, socialistas o meros demócratas- no hubieran abierto en 1988 una gran grieta en la muralla del autoritarismo. Ni el Ing. Cárdenas entonces, ni AMLO (López Obrador) tres sexenios después, llamaron a la violencia pese a que fueron derrotados en mala lid. Tras su derrota (1988), el Ing. michoacano fue objeto de una brutal campaña mediática que sólo disminuyó cuando sus enemigos necesitaron todo el lodo disponible para lanzarlo sobre AMLO”.
Escribió Meyer, y éste columnista coincide con tal juicio que “en 1988 el PAN usó muy bien la necesidad de Carlos Salinas de pactar con quien fuera para reconstruir con la ayuda de todas las derechas una nueva coalición de gobierno. Gracias a la insurgencia electoral del cardenismo, el PAN se hizo indispensable para Salinas y su sucesor y pudo empezar a ganar los espacios que finalmente le permitieron dejar de ser marginal y llevar a Fox a la Presidencia”.
La historia posterior, de los encuentros y desencuentros en la izquierda, no le resta mérito al movimiento democratizador que tuvo su primera gran expresión electoral en 1988. Quizá se agregaría lo obvio: esa importante etapa encabezada por Cárdenas Solórzano y que lo hizo recibir la distinción del Senado no es obra de un solo hombre. La medalla “Belisario Domínguez” es también para quienes sacrificaron comodidades, algunos la vida, para modificar el régimen autoritario.
Otra interrogante: ¿tenía Cárdenas Solórzano que concluir esa obra sumándose incondicionalmente a la campaña del 2006? ¿Lo debe hacer en este 2012?

GUARDIA NACIONAL

POR CIERTO que al recibir la medalla senatorial (27/X/2011), Cárdenas Solórzano destacó: “las fuerzas armadas no deben seguir expuestas a riesgos derivados de una función que no les corresponde, y se les debe fortalecer como el cuerpo que resguarda y garantiza la integridad de la Nación”. Reclamó, así, que en una democracia la seguridad y la justicia deben estar en manos de la autoridad civil.
Propuso crear un cuerpo de carácter civil especialmente preparado para combatir a la delincuencia organizada. Recientemente, el abogado y profesor universitario José Alberto del Rivero comentaba a este columnista que la Constitución prevé la integración de la Guardia Nacional.  La Ley Orgánica de la Secretaría de la Defensa Nacional establece entre sus facultades organizar las reservas del Ejército y de la Fuerza Aérea, y los activos “de la Guardia Nacional al servicio de la Federación y los contingentes armados que no constituyan la guardia nacional de los Estados”.
La presencia del Ejército en las calles no representa sólo un riesgo para la población, al no estar declarado el Estado de Excepción. También es un riesgo para la propia institución porque se le expone a un desgaste y exhibe la ineficacia del poder civil. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )