MÉXICO Y SU CLASE MEDIA: EDUCACIÓN SUPERIOR, EMPLEO Y CALIDAD DE VIDA

Lunes, 25 de Enero de 2016 00:06 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*´Desafíos para asegurar un futuro digno a nuevas generaciones
* Profesionistas calificados, descalificados por la realidad.    
* Subempleo, desempleo y bajos salarios realidades galopantes.
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
INICIÓ en la UJAT un nuevo periodo del rectorado de Jesús Manuel Piña Gutiérrez. La universidad tabasqueña, como todas las instituciones públicas del país, enfrenta varios retos. La vinculación de la academia con el entorno social es determinante para que la educación sea una palanca de movilidad social y desarrollo, para que los recursos destinados a la educación sea inversión y no gasto a fondo perdido.
A reserva de atender las condiciones específicas de la universidad y los universitarios tabasqueños, quisiera ofrecer a los amables lectores un contexto de cómo podemos ver la relación entre educación superior y la dura realidad circundante.
 
DESCUBRIR PRIORIDADES
 
DURANTE los años 80 del siglo XX, las autoridades educativas en la India evaluaron el impacto de la informática a nivel mundial y diseñaron estrategias para seleccionar a sus mejores estudiantes de matemáticas y lógica. ¿El objetivo? Formar a los mejores ingenieros en software y sistemas de cómputo. ¿El resultado? Bingo: los ingenieros hindúes son legión y trabajan en empresas del ramo informático y en universidades que se ocupan de las nuevas tecnologías en sus planes de estudio.  
Este ejemplo de una política educativa viable con prioridades en el mercado laboral a cubrir, introduce un problema inmemorial en México: la ausencia de prioridades en la formación de profesionistas. Durante casi 100 años, México ha producido al por mayor abogados y médicos que no tienen horizonte laboral. En los últimos 50 años, a la fila de abogados y médicos subempleados se han sumado comunicólogos, ingenieros, economistas, sociólogos, contadores y administradores de empresas. 
Había una razón social para esto: las familias mexicanas ubicaban como rasgo positivo costear una licenciatura a sus vástagos: ascenso en la escala social. Así, obreros y campesinos forjaron  hijos universitarios y profesionistas. Pero el Estado mexicano no tuvo la capacidad de diversificar el mercado laboral y generar fuentes de empleo en similar proporción. Conforme avanzó el siglo XX y comenzó el XXI se incumplieron las promesas del México posrevolucionario sobre una vida digna para la clase media con estudios universitarios.     
Exploremos este aspecto inquietante de México en el siglo XXI: el subempleo y desempleo de profesionistas.                                       
LOS NÚMEROS REDONDOS, 
SUBEMPLEOS NO CUADRAN            
 
LOS SIGUIENTES datos forman parte de un estudio/encuesta que realizó en 2013 la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES). Son los datos más recientes a la mano. En ese estudio se proyecta que en el 2020 las cifras de subempleo y desempleo en egresados universitarios se incrementarán un 15%.     
-Cada año, 260 mil egresados universitarios buscan un empleo calificado. De estos, 4 de cada 10 se quedan sin empleo; 3 de cada 10 se colocan en un empleo que no cuadra con su profesión; 2 de cada 10 se autoemplean con resultados negativos; y sólo 1 de cada 10 logra colocarse en un empleo que cuadra con su profesión, aunque no necesariamente bien pagado. 
-En 10 años (2003/2013) el número de profesionistas creció en 2.8 millones, pero al menos 16% se mantuvo desempleado. Lo interesante es el restante 84% que se supone tiene empleo y debería vivir dignamente. Aquí van algunos datos: 20% no logra cubrir con su salario el sustento familiar y tiene deudas bancarias; 30% gana bien contratado como trabajador de confianza, pero no tiene derecho a reparto de utilidades, seguro social, ni genera antigüedad; 15% trabaja por su cuenta (autoempleo) sin poder ahorrar, con lo cual han brincado al multiempleo que les deja 2 horas para estar con la familia; 19% trabaja y cubre sus necesidades básicas si la familia es de 3 miembros máximo (padres con un hijo; padre o madre con 2 hijos), pero no tienen recursos para un viaje vacacional corto. 
¿Hay calidad de vida en estos datos? Juzgue el lector. Y lo peor: quizás muchos diríamos, a quienes tienen empleo, que son afortunados y no se quejen.                                                           
DESORIENTACIÓN VOCACIONAL, 
VÍA AL DESEMPLEO PUNTUAL
 
UN PUNTO clave de este panorama de subempleo y desempleo en el sector universitario del país, se encuentra en la ausencia de una orientación vocacional mínima para jóvenes bachilleres. Del total de universitarios que se mantiene desempleado según la ANUIES en la última década, 380 mil, el 93% dijo que un factor para su desempleo es haber estudiado una carrera que no era de sus preferencias. Pasa mucho con los egresados de comunicación y administración de empresas, que estudiaron esas carreras porque no pudieron inscribirse en otra (la que preferían) y entonces buscaron una profesión ‘comodín’. 
De cualquier manera, incluso con una buena orientación vocacional, queda el problema mayúsculo del mercado laboral no diversificado y saturado en lo que toca a profesiones tradicionales. Hay países que ya cancelaron las carreras de Derecho y Medicina, para concentrarse en profesiones que impliquen un beneficio estratégico, como lo fue Noruega al proponer la carrera de ingeniero en Petroquímica para atender las demandas de países árabes en esa profesión. México tiene una necesidad estratégica de ingenieros petroquímicos, pero no puede contratar suficientes nacionales porque no los hay, y tiene que buscarlos en otros países.                 
La reforma educativa del actual gobierno está pensada en el punto de partida: la educación primaria. Pero no hay una valoración del punto de salida: la educación superior. No se ha visualizado el complejo panorama aquí  esbozado. La calidad de vida brilla por su ausencia. El país, con una clase media menguante, desempleada/subempleada, pierde energías y recursos humanos valiosos, pues los más dotados sin dudarlo prefieren emigrar al extranjero.
 
NO PERDONAN LOS DEUDORES
 
MÉXICO ha pasado a ser unos de los países más endeudados de Latinoamérica. De acuerdo a recientes reportes, en los últimos tres años, la deuda nacional supera la acumulada en los gobiernos de Ernesto Zedillo y Vicente Fox.
De acuerdo al diario Reforma, documentos oficiales reconocen que la deuda nacional de nuestro país hasta septiembre de 2015 es de más de ocho billones, esto es ocho millones de millones de pesos. El análisis indica que la deuda mexicana representa casi el 45 por ciento del Producto Interno en el país, algo así como el doble de lo que era durante el gobierno de Vicente Fox.
Pero este problema también puede ser visto desde otra perspectiva: lo que se debe a los bancos es superior en 193 por ciento a los ingresos.
Según le explicó al diario Reforma el consultor Alfredo Coutiño el aumento de la deuda está relacionado con el manejo fiscal y monetario del país.
Para Coutiño  “no hay que culpar al precio del petróleo porque si el precio sube, hay que ahorrar, pero si cae, hay que gastar menos".
Para algunos estudiosos la debilidad del peso mexicano está relacionada con el aumento de la deuda.
Las autoridades aseguran que la deuda mexicana es manejable.
A riesgo de simplificar, pero esto indica la lógica, es que de alguna manera una deuda que no se paga crece de manera geométrica, hasta volverse impagable. También hay que recordar que las malas deudas empobrecen.  ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )