Escala Crítica/Columna diaria

*En Tabasco, un ejemplo del reacomodo de los partidos y sus alianzas

*El priismo viene con todo para tratar de recuperar la capital tabasqueña

*No sería sorpresa un candidato común PRD-PAN en las presidenciales

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

LAS ELECCIONES extraordinarias que se realizarán en la capital tabasqueña no serán de mero trámite para ninguno de los partidos. Puede observarse que se juega mucho más que administrar un presupuesto de poco más de dos mil millones de pesos y una población de unos 700 mil habitantes. Está en la batalla de los partidos y candidatos una plataforma determinante para las elecciones al gobierno del estado en el 2018, así como una de las plazas estratégicas para el aspirante a la presidencia por Morena, Andrés Manuel López Obrador. Este último considerando hace que también cobre importancia para las dirigencias nacionales del PRI y del PRD.

Incluso podría anticiparse que prácticamente estamos viendo un ensayo de cómo se presentarán las coaliciones en el 2018, a saber: el PRI acudirá en alianza con el PVEM, Morena con organizaciones sociales, habrá un candidato independiente y, aunque suene inusitado, un frente común del PAN con el PRD. 

 

PACTOS NO IMAGINADOS

PARA las elecciones extraordinarias del municipio de Centro existen ya alianzas y coaliciones, acuerdos y pactos que en otros tiempos resultarían inexplicables. Ayer se oficializó la candidatura de Liliana Madrigal por un pacto entre el PRI y el Partido Verde. Son dos partidos que históricamente han sido socios, pero que en junio pasado se enfrentaron duramente de tal modo que el partido Verde creció por los votos que perdió el PRI. El Verde pasó de tener 9 mil 800 votos en el 2012 a 38 mil 593 en 2015, tan sólo en la capital tabasqueña.

Esta vez PRI y PVEM van juntos con una candidata que apenas hace unos ocho meses pidió y obtuvo el voto para ser diputada federal. Aunque se especulaba que el tricolor dejaría la plaza para concentrarse en las elecciones de otros 12 estados donde se disputarán las gubernaturas, durante el registro de Liliana Madrigal buscó establecer la percepción de que no se arriesgará: acompañaron a la candidata tricolor y verde los ex gobernadores Roberto Madrazo y Manuel Andrade, así como el senador Humberto Mayans y la diputada federal Georgina Trujillo, lo mismo que el ex candidato a gobernador Jesús Alí, entre otros. Cierto que se había anunciado en algunos medios la presencia de Manlio Fabio Beltrones, pero el CEN de ese partido decidió enviar a Carolina Monroy, secretaria general y prima del presidente Enrique Peña Nieto. 

Estuvieron también, por supuesto, los dirigentes estatales del PVEM, Federico Madrazo, y del PRI, Miguel Ángel Valdivia. Una circunstancia distinta de la de los comicios del 2015 cuando sus partidos fueron separados. También el PRI y el PVEM rompieron en Tabasco una regla no escrita pero observada en casi todos los procesos electorales: sólo iban juntos para las gubernaturas, pero separados en las alcaldías.   

Comentamos en este espacio durante el proceso electoral del 2015 cómo en Tabasco se estaba replicando en aquel tiempo el “modelo Chiapas”, donde el PVEM creció a expensas del PRI para frenar el crecimiento de la oposición. Ahora la apuesta es para saber hacia dónde se canalizarán los votos de Madrigal Méndez, si hacia el verde o hacia el tricolor.

 

EL BLOQUE AURIAZUL

UNA ASOCIACIÓN polémica que se presentará en estos comicios extraordinarios es sin duda la de Octavio Romero con Evaristo Hernández. Tema que siga dando mucho de qué hablar en las redes y grupos de opinión. Y habrá más en la campaña.

Pero si de pactos controvertidos se trata, me parece que debe llamar la atención el acercamiento en Tabasco entre el Partido de la Revolución Democrática que postula a Gerardo Gaudiano y el Partido Acción Nacional. Las dos formaciones van en una alianza de facto. Esto es, sólo el PRD registrará a Gaudiano, pero el blanquiazul respaldará esta candidatura...sin recursos. Aunque se le garantizan espacios en las regidurías. Difícil de entender.

Pero también el frente electoral entre el PRD y el PAN es algo que no se pudo haber imaginado en Tabasco por lo menos hasta hace unas semanas, porque son dos partidos que no sólo se combatieron entre sí durante años, también en junio pasado el PAN fue en coalición con el Partido Verde.

Por supuesto que  no es la primera alianza del PRD y el PAN en el país. Tan solo para las elecciones de este año en ocho estados y por las gubernaturas, el PAN y el PRD negociaron coaliciones. Consiguieron concretarlas en cuatro entidades (Oaxaca, Veracruz, Zacatecas y Durango), donde estos dos partidos tendrán un mismo candidato a gobernador. 

Podría decirse que es un ensayo de lo que podría pasar en el 2018. No sería una sorpresa que en los comicios presidenciales próximos PRD y PAN presenten un solo candidato. El tema no debe descartarse para la gubernatura tabasqueña, porque estos partidos ya han ido juntos en Puebla y Sinaloa; en otros estados como Guerrero y Baja California Sur realizaron acuerdos “de facto”: cada cual llevó candidato, pero quien iba abajo en las preferencias se hizo a un lado para que no ganara el PRI. Ahora otro rival común para estos partidos comienza a ser Morena.

Habrá que señalar que esto último no es casual: desde la fundación de Morena, su dirigente Andrés Manuel López Obrador se propuso polarizar a las franjas del electorado y repudió todo acuerdo con el PRD.

AL MARGEN

PROPUESTO por Felipe Calderón desde el 2010, el llamado mando único de las policías estatales sigue sin lograr acuerdos. Aunque los gobernadores de todo el país anunciaron su apoyo a la iniciativa retomada por Enrique Peña Nieto para la integración de una policía preventiva única en cada uno de los estados, los senadores del PAN y del PRD anunciaron su oposición.

Los líderes del PAN y PRD en el Senado, Roberto Gil y Miguel Barbosa, rechazaron lo que consideran una propuesta limitada del PRI y del Partido Verde.  Para el PAN antes de decidir sobre el mando único lo que se debe discutir y aprobar es la reforma contra la corrupción.

La discusión sobre cómo combatir de manera eficaz a la delincuencia lleva ya por lo menos unos seis años y los gobiernos y partidos no se ponen de acuerdo. En el país existen unas dos mil corporaciones policiacas algunas con menos de 20 elementos. Los partidos defienden la jefaturas policiacas como un espacio de poder. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )