*Bajo la lupa los recursos y las acciones del PRE para estados petroleros

*Ahora el reto para el gabinete local; cumplir con las expectativas

*En Veracruz, el lopezobradorismo se encamina a una posible sorpresa

 

Víctor M. Sámano Labastida

LAS OPINIONES se dividen de acuerdo a las posiciones partidistas, el sitio en la escala socio-económica y hasta por experiencias previas. El Programa de Reactivación Económica anunciado por el presidente Enrique Peña Nieto –conocido ahora como “plan de rescate” para Tabasco y Campeche- es visto como una oportunidad histórica, aunque también desde otras trincheras como un listado más de buenas (y hasta obscuras) intenciones. Lo cierto es que a los casi 7 mil millones de pesos en acciones de emergencia hay que ponerles la lupa.

La clave está en que los recursos y las acciones sean puntualmente supervisadas no sólo por las instancias oficiales, sino por partidos, organizaciones civiles y ciudadanos. Lo que sucede en los estados del sureste –y que encendió las luces de alarma en las oficinas de Los Pinos-, no es sólo el carácter estratégico y hasta electoral, sino sobre todo de carácter social. Dijo el gobernador Arturo Núñez: “No puede haber dos Méxicos. En 50 años esto no sería un problema económico, sería una crisis política”. 

Añadiría este columnista que lo que se perfila, de no atender las consecuencias de una “despetrolización” no planeada sino abrupta, es una crisis con graves repercusiones sociales. De hecho, en algunos de los gabinetes que analizaron la situación actual (Tabasco y Campeche entre los cuatro estados sin crecimiento económico y con retrocesos) observaron que una mayor caída en esta región podría arrastrar no únicamente a las entidades del sureste.

Además, por supuesto, que las reformas en el esquema del gobierno federal, sobre todo la energética, necesitan que los dos estados con mayor influencia petrolera garanticen condiciones de estabilidad.

Como le decía, no es un asunto de justicia; es de pragmatismo a mediano y largo plazos. 

Sin desconocer la polémica partidista que el “programa de rescate” trae consigo, un desafío inmediato es saber si los integrantes del gabinete estatal se colocarán a la altura de lo que en algunos círculos oficiales se califica ya como una “oportunidad histórica” en la que el gobierno de Arturo Núñez le puede dar profundidad a lo que no debe ser una acción emergente. 

Hay razones para la incredulidad, reserva y hasta desconfianza respecto a anuncios espectaculares. Experiencias previas y una cultura de la sospecha lo explican. Lo importante son los resultados.

 

 

UNA MORENA EN SU FUTURO

EN VERACRUZ las situación electoral no pinta bien para el partido en el gobierno, PRI. Al descrédito de Javier Duarte, actual mandatario, se suma el serio riesgo de que su candidato Héctor Yunes Landa sea derrotado. Pero aún más, que su temible adversario desde el frente lopezobradorista pueda dar la sorpresa. De hecho, resulta excepcional que las más recientes encuestas coloquen al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a escasos puntos de los Yunes. Habrá que recordar que Miguel Ángel Yunes, primo del candidato tricolor, es abanderado de la coalición PAN-PRD.

En las elecciones federales de junio pasado, el PRI todavía aparecía como imbatible en Veracruz. Logró entonces más de 723 mil votos contra 547 mil del PAN; en tercer sitio se ubicó Morena, con 313 mil y en cuarto el PRD con casi 280 mil. Un aliado tradicional del tricolor, el PVEM cosechó entonces 196 mil sufragios.

Todo parecía indicar que la suma del PRI y PVEM aseguraría la victoria a esa coalición, en tanto que PAN y PRD tratarían de igualar el marcador con una alianza. Aunque está demostrado que las coaliciones no suman automáticamente votos, panistas y perredistas buscan repetir la hazaña del 2010 en Oaxaca, Sinaloa y Puebla, donde juntos derrotaron al tricolor. El partido que está sacando ventaja de este reacomodo de grupos es Morena, en lo que sería su segunda incursión electoral en aquel estado después de las federales del 2015.

El candidato morenista a gobernador Cuitláhuac García se logró colocar a sólo cuatro puntos de Yunes Linares (PAN-PRD) y a dos puntos de Yunes Landa (PRI), de acuerdo El Universal. Este mismo diario daba escasas posibilidades a Morena en enero pasado, cuando sus encuestas sólo registraban para el lopezobradorismo 6.1% de las intenciones del voto, contra 18.4% del PRI y 12.8% del PAN. Pero las cosas han cambiado de tal forma que no sólo el tricolor fue rebasado por los panistas-perredistas, sino que ahora Morena aumentó sus posibilidades de triunfo.

Si ocurriera una victoria del lopezobradorismo en Veracruz, lo que ahora ya no se descarta, sería un adelanto del 2018. El estado jarocho no sólo cuenta con 5  millones 700 mil electores, sino que históricamente ha sido una palanca de poder a nivel nacional. La otra apuesta importante de Morena para junio próximo es Oaxaca, aunque ahí los pronósticos todavía favorecen al tricolor pero en estas cuatro semanas que quedan de campaña todavía hay margen para las sorpresas.

También el lopezobradorismo tiene su esperanza puesta en Puebla, donde parece conservar su tercer sitio en las preferencias, inclusive con mejores resultados que los obtenidos en junio del 2015 cuando también escaló al tercer sitio. Las 12 entidades que tendrán elecciones a gobernador son además de  Veracruz, Oaxaca y Puebla, los estados de Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.

 

AQUEL OPTIMISMO

 

EN NOVIEMBRE de 2012 publicamos en este espacio lo siguiente:

“Con reservas se ha tomado el anuncio de las extraordinarias reservas de petróleo en Tabasco. Por supuesto que hay quienes hacen cálculos respecto a los negocios que vienen, pero existe la otra experiencia de las bonanzas que han significado una modificación radical de la economía, depredación de los recursos y el incremento de la desigualdad. El Producto Interno Bruto per cápita de los tabasqueños –si consideramos  el valor de la producción petrolera- es casi el doble del promedio nacional, pero es una de las entidades con mayor porcentaje de pobres (Coneval)

“Varios son los estudios que muestran el impacto en el entorno ambiental y social, en la distribución de la riqueza, en la conformación demográfica, en la transformación de las actividades productivas. Las autoridades estatales anuncian de manera reiterada “una nueva relación con Pemex”, lo que a la vista de lo sucedido en los últimos años implicaría una nueva relación con el gobierno federal. 

“Junto a Pemex, otros dos factores de ocupación y preocupación por su incidencia en la entidad son la Comisión Federal de Electricidad y la Comisión Nacional del Agua. Todos relacionados con la producción de energéticos”. Parece que fue ayer.  ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )