PRD, A SUS 27 AÑOS ENFRENTA UNA ETAPA DE DEFINICIONES Y CRISIS

Sábado, 07 de Mayo de 2016 00:44 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Las elecciones de este año serán determinantes para saber su fuerza electoral
*Apuesta de sobrevivencia: alianzas con el PAN y el choque con Morena
*Desafíos: el optimismo de Agustín Basave, realismo de Pablo Gómez
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
Cuando el PRD cumplió 25 años, en mayo del 2014, su fundador Cuauhtémoc Cárdenas afirmó que aceptaba ser dirigente nacional de ese partido siempre y cuando fuera candidato único. Habían cambiado los estatutos para que hubiese reelección de presidentes (con dedicatoria al ingeniero), pero fue una “manzana envenenada” que no mordió el hijo del General Cárdenas, y tras la crisis de Ayotzinapa renunció a ese partido. La corriente hegemónica conocida como Los Chuchos quería que Cuauhtémoc compitiera con Carlos Navarrete para legitimar aquel proceso. 
El pasado 5 de mayo los solaztequistas cumplieron 27 años y paradójicamente con un dirigente que no tenía militancia. También en este caso, modificaron nuevamente los estatutos para que Agustín Basave asumiera de emergencia la dirección de un partido que amenazaba quedar a la deriva por los limitados resultados en los comicios federales del 2015: sólo 4 millones 335 mil votos, un 10.87% del total. 
En términos generales los perredistas afirmaron que no les fue tan mal, a pesar de que disputaban los votos con Morena, el nuevo partido de Andrés Manuel López Obrador,  pero sí acusaron el golpe en lo que desde 1997 había sido su bastión principal: perdieron la mayoría en el Distrito Federal, hoy Ciudad de México.
Allí, en esa capital emblemática para las izquierdas, Morena obtuvo 770 mil votos y el PRD 646 mil 628. 
 
UNA ETAPA DE TRANSICIÓN
EL DIRIGENTE Basave Benítez aparece como mediadamente optimista en estos días. Dijo al portal SinEmbargo: “Lo cierto es que el PRD llega a su 27 aniversario en una situación crítica, sin duda, yo tomé así la presidencia… pero también llega con buenas expectativas que no se imaginaban, que de los 12 estados en donde se juegan gubernaturas, yo digo que somos competitivos en seis”.
A ese mismo medio, este personaje que saltó de la academia a la política –pero que también se identificaba con el priista Luis Donaldo Colosio sintetizó su perspectiva del PRD: “hay un periodo de adaptación, el partido está viviendo una nueva etapa: hay dos grandes etapas en el PRD, con unas intermedias menores: primero, la de los caudillos, con Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, y después la de la corriente hegemónica. Cuando Nueva Izquierda (NI) en alianza con otras corrientes gobernó al partido durante cuatro presidencias, ésta que encabezo es nueva y no tiene precedentes, y el partido tiene que adaptarse a eso”. 
¿En qué consistiría esta nueva etapa? Algo que también dijo buscar López Obrador en Morena: evitar que un partido sea rehén de sus corrientes internas. El propio Basave ha dicho en diversas ocasiones que busca asumirse como árbitro entre los diversos grupos. No se trata de que no existan las llamadas “tribus”, sino que terminan por convertirse en mecanismos para el reparto de cuotas de poder, y avasallan a los militantes para quienes tanto la democracia como el cabildeo y la negociación es algo que ocurre arriba de la pirámide. Hasta el momento, ningún partido –ni siquiera Morena- parece inmune al grupismo.
A sus 27 años el PRD vive una compleja situación: desprendida una de sus bases y liderazgos más importantes, un partido que estuvo en dos ocasiones a un paso de obtener la Presidencia de la República con López Obrador como candidato en 2006 y 2012, ahora le apuesta a una alianza con el PAN en cinco estados del país para disputarle al PRI (y a Morena) las gubernaturas. 
Aunque se da por hecho que el solaztequismo gobierna cinco entidades Tabasco, Distrito Federal (Ciudad de México) , Morelos, Michoacán y Oaxaca, así como 300 municipios, en el caso oaxaqueño no se puede afirmar que la de Gabino Cué sea una administración perredista. El mandatario de la antigua Antequera en realidad procede del Partido Movimiento Ciudadano (ex Convergencia). 
 
LUCES Y SOMBRAS
DE ACUERDO a El Universal “no llega a 5% de la votación del PRD en 55 estados, y Morena, con  un año de vida, alcanzó en 2015 un porcentaje de votación válida emitida de 8.7% contra11.4% del PRD”. En algunos estados el solaztequismo ha perdido o no ha logrado su registro estatal (tiene en varios menos del 3% de los votos) y sólo continúa en actividad por la franquicia nacional.
De 127 diputados que obtuvo en 1997, actualmente sólo cuenta con 56 y 22 senadores. Aunque en justicia habría que decir que varios de los liderazgos que crecieron al amparo solaztequista se pasaron al Partido del Trabajo, Movimiento Ciudadano y Morena.
Pablo Gómez, uno de los líderes históricos de la izquierda mexicana, fundador del PRD y ex militante del desaparecido Partido Comunista Mexicano admite: “este es el momento más malo para el PRD en 27 años, porque durante varios años -unos cinco-, ha carecido de una propuesta clara y una forma de comportamiento eficiente y predecible . (…) Lo que ha perdido el PRD es certeza en sus objetivos y también en sus medios para alcanzarlos”.
Para Agustín Basave un gran activo del partido que ahora dirige son los 4 millones 500 mil militantes. Se calcula que de 27 millones de mexicanos que gobernaba en 2007, pasó a sólo 14 millones en el 2015. Para la contienda por las gubernaturas en este año, la dirigencia perredista logró pactar cinco alianzas con el PAN, en las que los candidatos son ex priistas recién salidos de su partido. Sólo en Oaxaca, Zacatecas y Quintana Roo los solaztequistas tienen más presencia que sus aliados blanquiazules; estos últimos son cabeza de coalición en Durango y Veracruz. En el resto de las demarcaciones el PRD va con sus propios abanderados.
Un factor contra el que tiene que remar el solaztequismo es la decisión de López Obrador de primero derrotar a sus ex compañeros de partido para posteriormente enfrentarse al PRI.
AL MARGEN
EL PRD tabasqueño se mantuvo ajeno a la contaminación de las corrientes y tribus hasta finales de los noventa. La marejada de grupos y facciones apareció poco después de que López Obrador decidió competir por la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal. Hasta entonces, su liderazgo entre los solaztequistas locales era incuestionable y las “tribus” surgidas en la capital del país respetaban el “territorio Peje”. Me parece que un fenómeno aún por analizar es la diferencia del PRD choco respecto al de otros estados.   ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )