UN PRD CUMPLEAÑERO: LA REALIDAD, EL OPTIMISMO Y LOS RETOS DE UNIDAD

Jueves, 19 de Mayo de 2016 13:20 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Dispersión y división de las izquierdas, entre líderes y fuerzas de base
*No es flor de un día, “volveremos a ganar en el 2018”, afirma Núñez
*Nunca se entendió que el PRD tabasqueño era distinto de los otros PRDs
Víctor M. Sámano Labastida
 
LA INTERROGANTE está en el aire. Hay fuerzas centrífugas y fuerzas dispersoras entre los partidos Morena y de la Revolución Democrática en Tabasco para el 2018. Pero tampoco debe ignorarse a un amplio movimiento social que va más allá de estos partidos y que se identifican con lo que en términos generales podríamos ubicar en el “progresismo”, unos sectores que apostaron desde hace décadas por la alternancia y el final de un sistema de partido único, y otros que aún desde aquel partido hegemónico impulsaron reformas democráticas.
Las declaraciones públicas de Andrés Manuel López Obrador son contundentes: ninguna alianza con el PRD, ni siquiera con el solaztequismo tabasqueño. Los líderes medios simplemente reproducen ese discurso; falta el debate interno. Al tiempo y conforme se acerquen las elecciones del 2018 veremos que se matizarán los dichos: no a las alianzas con “los de arriba” del PRD pero sí con “los de abajo”. Esto no parece aplicarse a los cuadros “disidentes” del PRI. Un tema que habrá que profundizar.
El pasado sábado, el gobernador Arturo Núñez, participó en un acto público en Jalpa de Méndez donde los dirigentes y algunos militantes del PRD tabasqueño decidieron celebrar los 27 años de la oposición electoral más sólida que surgió en la entidad a finales de los ochenta. Ahí estuvieron, dicen las crónicas, “plana mayor de la dirigencia estatal, legisladores, autoridades, cuadros distinguidos y fundadores”. 
De estos últimos no todos lo que aún están en activo, por supuesto; ya se sabe, muchos de ellos militan en el nuevo partido lopezobradorista Morena. Allá y acá, ni están todos los que son, ni son todos los que están.
Núñez, como le corresponde en su carácter de gobernador surgido de la coalición encabezada por el PRD, es optimista: “Ese no fue un logro de Arturo Núñez ni flor de un solo día; vamos a volver a triunfar en 2018”. Poco antes había advertido: “Este proyecto del cambio requiere de perseverancia, constancia y tiempo”.
Por ahora, enumeró, en las elecciones estatales del 2015, el PRD logró 9 alcaldías, 13 diputaciones locales y 4 federales. Son los números.
LA MARCA DEL ORIGEN
SURGIÓ el PRD de una amalgama de grupos, corrientes, partidos, facciones, que vieron en el movimiento neocardenista encabezada por disidentes del PRI la posibilidad de construir, por fin, un partido de “las izquierdas” y de aspiraciones progresistas. Esta mezcla no fue homogénea y se entiende porque ahí confluyeron varias de las organizaciones que antes habían integrado el Frente Democrático Nacional (FDN) en 1988 y que llevó como candidato a la Presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas.
No está por demás recordar, para explicarnos la crisis que actualmente vive el PRD y que se agudizó por la salida o repliegue de sus líderes históricos, que en el FDN estuvieron el Partido Mexicano Socialista (que venía de la disolución del Partido Comunista Mexicano, del Partido Socialista Unificado de México y del Partido Mexicano de los Trabajadores) y de los llamados “partidos paraestatales” –porque hasta entonces se les ubicaba con instrumentos del PRI- Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), Partido Popular Socialista (PPS) y Partido Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (que de manera oportunista cambió su antiguo nombre de Partido Socialista de los Trabajadores).
Todavía más. En apoyo a la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas y al FDN se sumó el Partido Verde Mexicano (fundado por el ex priista Jorge González Torres) que después se convirtió en Partido Verde Ecologista de México y se hizo aliado histórico del PRI. También al FDN llegaron ex guerrilleros, activistas sociales, organizaciones sindicales y campesinas, colonos. Casi todos ellos o algunas fracciones de estos grupos terminaron integrando el PRD. Ya se puede usted imaginar la diversidad de corrientes, organizaciones y liderazgos que había en cada estado.
Esto sucedió en Tabasco, donde la base principal del FDN y del futuro PRD fueron agrupaciones campesinas la mayoría vinculadas al PRI. Los partidos, sociedades, movimientos de izquierda tenían una historia heroica pero con pocos militantes. Esto explicaría de alguna manera la hegemonía que durante más de una década ejerció el primer candidato a gobernador por el FDN (1988) y por el PRD (1994), Andrés Manuel López Obrador.
AMLO fue precisamente en 1989 el primer líder del PRD; estuvo en el cargo hasta 1993, cuando fue postulado candidato a gobernador contra Roberto Madrazo.
SUMAS QUE RESTARON
LE SIGUIERON en la dirigencia a AMLO personajes declaradamente lopezoradoristas como Darwin González de 1993 a 1994; ex dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC-Tabasco) del PRI, en estricto sentido el primer diputado federal que tuvo el FDN-PRD. Llegó bajo la bandera tricolor pero se declaró cardenista. Rafael López Cruz, estuvo de 1995-1996; político que terminó yéndose al PAN. Otro militante prácticamente olvidado, Miguel Gonzalí estuvo como dirigente interino en 1977.
Al relevo para encabezar al PRD entró Octavio Romero, de 1997-2000, año en el que se marchó a la Ciudad de México para integrarse al nuevo gobierno de López Obrador; asumió la dirigencia del 2001 al 2002 Enrique Fernández Valdez, también de manera sustituta; siguió una disputa electoral interna que comenzó a presagiar la división solaztequista y el ex senador Auldárico Hernández Gerónimo obtuvo la mayoría de votos para quedarse al frente de 2002-2005. Había competido contra José Ramiro López Obrador.
Juan Manuel Fócil, ocupó la dirigencia estatal de 2005-2008, a quien relevó en el 2008 al 2011 José Ramiro López Obrador; cuando eran notorias las corrientes irreconciliables en el PRD, renunció para dar paso a un interinato de Javier May, de 2011-2012. Estaba ya en construcción el nuevo partido de AMLO con la integración del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) como asociación civil. 
En un pacto con la llamada “corriente focilista” –por Juan Manuel Fócil-, May y Octavio Romero evitaron que el grupo identificado con los hermanos López Hernández (Adán Augusto y Rosalinda) se hiciera de la dirigencia e impulsaron a Francisco Sánchez, quien estuvo brevemente a cargo porque fue nominado candidato a una alcaldía; en su lugar quedó Roberto Romero del 2012 al 2013. Renunció en septiembre de ese año y dio paso a Candelario Pérez, actual dirigente y diputado.
El PRD es formalmente en el partido en el gobierno en Tabasco. Hay que ocuparse de lo que hace y deja de hacer. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )