*Tenemos más de 30 años sin crecimiento económico: Meyer

*Anuncia Aurelio Nuño despido masivo de maestros paristas

*Matrimonios igualitarios, la homofobia y los cálculos políticos

Víctor M. Sámano Labastida

 

DURANTE la reciente visita del presidente Enrique Peña Nieto el gobernador de Arturo Núñez afirmó que si la crisis económica no se atiende adecuadamente, en 50 años esto será una crisis política. Hay quienes estimaron que el gobernador tabasqueño exageró en sus advertencias. Sin embargo, podríamos decir que Núñez fue demasiado cauteloso.

Por lo menos esto columnista estima que tiene razón el historiador Lorenzo Meyer para quien México vive ya una crisis social y, sin pecar de pesimistas, tenemos una crisis política. Es posible que lo que se advierta es el riesgo de una agudización sin retorno.

Meyer sostiene que México vive una de las peores etapas de su historia. Dijo en una entrevista: “Estamos en la persistencia de la mediocridad. ¿Desde cuándo no crece la economía mexicana de una manera aceptable? ¿Desde 1982? A estas alturas tenemos más de 30 años de no crecer. El promedio del crecimiento del Producto Interno Bruto [PIB] es de 2 y tanto por ciento. El crecimiento real es de uno por ciento, ¿más mediocre que eso? Difícil”. (Shaila Rosagel, SinEmbargo junio 2015)

Me parece, entonces, que no es necesario esperar 50 años para que sea una crisis política. Es por eso la urgencia de actuar ahora.

Un reciente estudio de especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indica que existe en México una preocupante pobreza en empleo y en el nivel de los salarios. De acuerdo a investigadores universitarios dos de cada tres trabajadores reciben menos de dos mil 400 pesos al mes. Pero no sólo eso: ocho de cada diez personas ocupadas reciben menos de cinco salarios mínimos

Para algunos todo eso no pasan de ser números y estadísticas, pero el resultado es un círculo vicioso. En efecto, lo que ocurre, señalan los estudiosos de la UNAM, es una parálisis en la economía. Es una pobreza que genera pobreza y la multiplica.

Aunque se sigue hablando de que poco más de la mitad de la población vive en la pobreza, un porcentaje similar al de hace diez o 20 años. No es lo mismo que esa mitad sean 50 millones de personas, a que sean 30 o 25 millones de personas.

Como le decía, el hecho mismo de que más de 50 millones de personas estén en la pobreza es ya una crisis social. Y en Tabasco estaríamos hablando de por lo menos un millón 200 mil pobres, una cifra que tiende a aumentar si no se responde en serio. Por cierto, regatearle el apoyo a los otros diez municipios de Tabasco y sólo disponerlo para siete “petroleros”, no es el mejor indicio.  Es una decisión que debe corregirse.

 

ADIÓS MAESTROS

LA RELACIÓN laboral y también la relación política entre el gobierno y los sindicatos de profesores de educación pública entraron en cambio profundo. Si bien la transformación de la antigua asociación entre el otrora poderoso sindicato de maestros SNTE y el “régimen de la Revolución” se hizo evidente durante el gobierno de Carlos Salinas –la estructura magisterial se inclinó hacia el neocardenismo-, lo determinante ha sido la denominada reforma educativa aprobada en septiembre del 2013.

Desde aquella fecha se estimó que vendría un largo conflicto entre las autoridades de educación, los dirigentes magisteriales y los profesores. Ahora Aurelio Nuño, secretario federal de Educación, confirmó que más de tres mil maestros de Guerrero, Oaxaca y Michoacán serán despedidos por acumular cuatro faltas al estar en paro. Falta sumar a los de Chiapas.

Antes, la SEP había anunciado que tan sólo este año tiene ya previsto cancelar los contratos a unos cinco mil maestros que no se presentaron a las capacitaciones y a la evaluación. 

Aurelio Nuño asegura que hay más de 150 mil personas que pueden suplir a los profesores que sean suspendidos. En México hay más de un millón 600 mil profesores de educación pública, ahora distribuidos en varios sindicatos que rompieron el monopolio de un solo sindicato nacional. El problema no es sólo laboral o de contenidos, es también un reacomodo político.

 

SALIRSE DEL CLÓSET

COMO era de esperarse, en México se reavivó el debate en relación a los matrimonios entre homosexuales. Y resurgieron las fobias y filias.  El presidente Enrique Peña Nieto anunció su propuesta de reformas a la Constitución para garantizar los matrimonios entre personas del mismo sexo. Aunque ya existen varias resoluciones de la Suprema Corte y que desde el año 2009 en la Ciudad de México se inició este proceso de liberalización, hasta la fecha en sólo nueve estados están autorizadas este tipo de uniones.

Hay opiniones diversas no sólo entre partidos políticos y entre gobernantes, sino también en grupos sociales y por supuesto en organizaciones religiosas. Sin embargo, un tema de preocupación en nuestro país es la llamada violencia homofóbica.

A causa de su identidad sexual, esto es por sus preferencias homosexuales, en México se han registrado unos mil 3400 asesinatos entre 1995 y 2015, de acuerdo a cifras de las agrupaciones civiles.

Aunque se han impulsado reformas legales, campañas y organismos contra la discriminación, la llamada violencia homofóbica no ha disminuido. Este sector de la población padece discriminación en escuelas, así como en el ámbito laboral y político.

Aunque es muy difícil calcular el total de la población homosexual en México, se estima que está entre 2 millones 500 mil y tres millones este segmento que aún debe enfrentarse a serios prejuicios.

Si en nuestro país todavía se tiene un alto índice de violencia contra las mujeres, ya podemos imaginar la alta incidencia de la violencia homofóbica.

Es por eso que al mismo debate por los matrimonios del mismo sexo o por los derechos homosexuales también hay que quitarle su dosis de agresividad y fanatismo.

 

AL MARGEN

FALLECIÓ Luis H. Álvarez, el empresario y político nacido en Chihuahua que –más allá de sus malquerientes de ahora- marcó en el país un cambio importante en la lucha contra la cerrazón del viejo régimen. En 1956 encabezó una caravana a la Ciudad de México (antecedente de los éxodos de López Obrador) al ser derrotado –por fraude alegaron sus partidarios- en la contienda por la gubernatura. Dos años después compitió por la Presidencia de la República. En 1983 se convirtió en el primer político postulado por el PAN en llegar a una alcaldía importante, la de Chihuahua y desde ese cargo encabezó una histórica huelga de hambre en demanda de recursos. Siendo dirigente nacional del PAN le abrió las puertas a quienes finalmente llevarían a ese partido a las gubernaturas y hasta a la Presidencia. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )