El quinto informe de Peña Nieto; los desafíos de un presente en crisis

Sábado, 02 de Septiembre de 2017 00:37 Editor
Imprimir

 Escala Crítica/Columna diaria

* Hacer negocios en México: ‘móchese usted primero’
* Indiferencia, cómo acabar de una vez por todas con la cultura  
* La negociación del TLC: Trump es el muro, un bloqueo mental
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
EL QUINTO informe de gobierno es traumático para el inquilino de Los Pinos. Lo sabía muy bien Carlos Monsiváis quien en su muy peculiar estilo escribió: “nadie se envuelve dos veces en la misma bandera”. A punto de despedirse del poder, la circunstancia del corto plazo nubla los sueños de inmortalidad del estadista imberbe. Los ayudantes son aspirantes y los adversarios avizoran la inquietud de un equipo en metamorfosis. El quinto informe desata batallas y nostalgias anticipadas, con la pequeña tarea de administrar el país todavía un año más. 
No sorprende, pues, la cíclica crisis de fin de sexenio, que certifica delirios del poder y estrategias expertas para “serruchar el piso en el que están parados los propios gobernantes”  (Héctor Aguilar Camín). Es casi “la última y nos vamos”, del borrachito de la esquina.
El triunfalismo peñista, con campaña de spots digna del salinismo, quiere eludir una realidad problemática creciente. Inseguridad y delincuencia en las calles, como percepción clara en 85% de la población; 14 mil desapariciones desde 2013 y un ritmo implacable de secuestros; periodistas que mueren por motivos relacionados con su trabajo, en porcentaje de liderazgo mundial; el rostro de México, finalmente, está desfigurado. La sombra de la sangre. El maquillaje del quinto informe no borra las huellas del derrumbe sexenal en consensos políticos, impartición de justicia y abatimiento de la pobreza extrema.      
Veamos un aspecto clave en esta historia sexenal: la corrupción empresarial.
EL PAÍS DE CUELLO BLANCO
ENTRE agosto 28 y 30, tres diarios nacionales (El Financiero, El Universal, Milenio) difundieron notas con empresarios que “advierten de una catástrofe económica si AMLO llega a la presidencia de la república”. Vale la pena citar este énfasis compartido, que se recrudecerá conforme se acerque el 2018: los voceros empresariales votarán no sólo en las urnas, sino azuzando a la opinión pública. ¿Hay números que avalen esa advertencia empresarial? No hay manera de medirlo pero la enunciación está ahí: circula y camina derechita, aunque no tenga datos duros detrás. La izquierda en la Ciudad de México, con diversos proyectos –contradictoria también-, lleva 20 años convenciendo electores y empresarios, pero eso no cuenta a la hora de medir a un contendiente presidencial que lleva ventaja en las encuestas.
En cambio, sí pueden citarse datos duros sobre la gestión de Peña y sus  lides empresariales: México sigue a la cabeza en “cobro de comisiones y sobornos” para invertir, entre un total de 87 países (Banco Interamericano de Desarrollo y FMI, julio de 2017: informe internacional sobre gestión gubernamental y corrupción). De entrada, pareciera que la clase empresarial prefiere las aduanas que ya transitó, sin ubicar posibilidades de cambio en torno a su dinero invertido. Un prejuicio ideológico se convierte en un impedimento técnico: la clase empresarial se identifica con la derecha. Sabido es que AMLO tiene aroma de populismo de izquierda. Así lo etiquetan.
Peña no cambió las formas gubernamentales para relacionarse con empresarios: hay litigios en curso y casos archivados que resultaron de antiguas formas de medrar. Sin embargo, se nos dice que la catástrofe no ha llegado.
 
CULTURA Y EL ECLIPSE TOTAL
 
DOCUMENTADO está que faltó un proyecto cultural. No importó para quien –en su momento- no pudo completar correctamente una lista de 3 libros en su vida. Hablamos de la cultura como nivelación de oportunidades y justicia procedimental hacia la población, no de la cultura como territorio de recursos selectivos para mandarines de las artes. El suelo disparejo, en el terreno económico, provoca que la formación cultural en México resulte de la iniciativa personal y poco más. Así como hay un salario mínimo (que no alcanza), hay mínimos culturales en México que no alcanzan (casas de cultura, bibliotecas, talleres de arte) y que deben repensarse. Hace un año, mencionamos aquí que la palabra ‘cultura’ tuvo la gloria de un párrafo en el cuarto mensaje de Peña a la nación. 
Las nuevas tecnologías pueden facilitar el acceso cultural (y la formación) de millones de mexicanos sin recursos. No es una utopía, sino cuestión técnica posible y deseable. Pero, desde el poder, no hay una idea democratizadora que retome –por ejemplo- proyectos de corte vasconcelista en el siglo XXI. La electrónica miniaturizada es un camino por explorar, quizás desde otros proyectos de nación.  ¿Los hay?, más vale que sí.
UN ELEFANTE EN LA SALA
LA PIEDRA en el zapato de Peña es el muro Donald Trump, que no quiere renegociación igualitaria del TLCAN. Trump sigue diciendo que el Muro antimigrantes va, mientras busca reducir el déficit comercial de Estados Unidos y generar empleos, lo que no puede lograr con apertura y libre flujo de mercancías. Es una agenda que choca con la de sus socios. México ha tenido en Canadá un aliado firme: van dos rondas de negociaciones y han aguantado los embates de Trump por twitter, su forma favorita de comunicación. Los equipos de negociación se reunirán pronto por tercera vez en la Unión Americana. El peligro no es que Trump saque a su país del TLCAN, sino que imponga agenda por la fuerza. El poder desnudo probará su potencial en breve. Eso desvela a Peña. Con los flancos abiertos por la competencia presidencial del 2018, la tensa negociación con Trump se antoja un laberinto sin salida. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )