Petróleo; extracción de pobres; temas para la agenda del 2018

Lunes, 02 de Octubre de 2017 11:51 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Los estados “fabrican pobres”, o es la industria petrolera
*Focos rojos: Tabasco, Veracruz, Campeche, Tamaulipas, Chiapas
*Recortan inversiones, recortan futuro; necesario otro enfoque
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
ESTÁN en marcha dos procesos electorales: el federal, que llevará a votar por el próximo Presidente de la República y el poder Legislativo, y el local que en Tabasco desembocará en la votación por el próximo gobernador, alcaldes y diputados.  En la agenda de los debates estarán, o deberían estar, temas como el desempleo, la inseguridad, la caída en la calidad de vida de las mayorías. Algunos partidos asumirán la cuestión como un nuevo proyecto de desarrollo; para la población lo relevante es que los resultados se reflejen positivamente en su cotidianidad.
Hay asuntos a corto, mediano y largo plazos. Hay también enfoques. Para Tabasco un tema central será las consecuencias de la economía petrolizada.
 
EL POZO TAPADO
 
LLAMA la atención un reciente reporte que destaca: “Los estados petroleros agregan más pobres al país”. Y cita los casos de Campeche, Veracruz, Tabasco y Tamaulipas como entidades con un mayor crecimiento en índice de pobreza, por recortes en inversiones de Pemex. Como podrá apreciar el lector estamos ante una situación de formas de interpretar la realidad. Mientras que para unos son los estados petroleros los que agregan pobres al país, para otros es al revés: la crisis petrolera agrega pobres a los estados.
El periodista Jassiel Valdelamar (El Financiero, 20/IX/2017) señala atinadamente cómo en Veracruz, Tamaulipas, Campeche y Tabasco “se registraron 7 millones 838 mil personas en condiciones de pobreza en 2016, cifra que representó el 15 por ciento del total nacional y significó un incremento de 4.2 por ciento respecto a 2014, de acuerdo con datos del Coneval”.
Menciona a Miguel González Ibarra, de la UNAM, quien subraya que “la reducción del gasto en Pemex ha deteriorado el empleo y las condiciones económicas de las regiones petroleras, al grado que en estas zonas no ha bajado la pobreza”. Las anunciadas inversiones petroleras no han significado, y me parece que no lo harán, una mayor actividad económica y de empleo.
Indica Valdelamar que “las cifras oficiales muestran que sólo entre 2014 y 2016 el gasto de inversión de Pemex se redujo 22.5 por ciento real, al pasar de 378 mil 373.9 millones de pesos en 2014 a 293 mil 68 millones en 2016”. A esto se agregan los recortes presupuestales y la política de eficiencia empresarial que resultan en drásticos ajustes laborales.
 
UN IMPACTO PROFUNDO
SABEMOS que en Tabasco la actividad extractiva (petróleo) ha significado más del 50 por ciento de la economía, y aunque ha generado un porcentaje reducido de ocupación de mano de obra (apenas un 7 por ciento), su impacto directo e indirecto en el ramo de servicios es mucho mayor. Por decirlo en palabras del antropólogo Andrés Fábregas: la economía petrolera tiene un efecto profundo en la cultura y la organización productiva de las sociedades. Tabasco no es la excepción. Quizá el impacto es mayor por tratarse de un estado con vocación agropecuaria.
Valdelamar cita el estudio de Pulso Energético, una iniciativa de información de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi), según el cual la actividad de la industria privada, hasta ahora, “es más significativa en términos exploratorios que de producción, pues 50 por ciento de los pozos exploratorios son de la industria, pero la producción aún es pequeña”. Se dice que conforme los proyectos maduren y encuentren escala comercial, repuntará la actividad en zonas petroleras.
Es aquí donde la apreciación de los especialistas y los datos de la realidad difieren, El repunte de la actividad en las zonas petroleras ya no podrá tener los efectos de antes (de por sí limitados): no es lo mismo una empresa como Pemex manejada –para bien o para mal- con criterios estatales que unos corporativos privados en los cuales la máxima ganancia es lo prioritario. Más allá del juicio que nos merezcan los dos enfoques, las economías locales deben estar preparadas para este drástico cambio.
En otro reporte, firmado por Daniela Barragán (portal Sin Embargo, 03/VI/2016, “Hoy Pemex está en los huesos, y los 5 estados con petróleo son fábricas de pobres”), las conclusiones son similares. Leemos: “La crisis financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Reforma Energética impulsada por Enrique Peña Nieto, que permite a las empresas privadas explorar y extraer crudo, evidencia que el país debe buscar en otra parte los generadores de crecimiento que el petróleo ya no brindará a manos llenas”.
Agrega: Tamaulipas, Veracruz, Campeche, Chiapas y Tabasco, “además de ser economías primordialmente petroleras, guardan varias características en común: pobreza, una baja generación de empleo y el crecimiento más bajo en comparación con el resto del país. Todo esto, a pesar de los buenos años petroleros que se vivieron en las administraciones de Vicente Fox Quesada (2000-2006) y Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y de los apoyos a programas de transferencia de recursos del Gobierno federal a las entidades federativas, vía el Ramo 33, con el objetivo de que el dinero se gastara en proyectos de desarrollo”. Esto no sucedió y por el contrario.
AL MARGEN
EL CASO de Chiapas, señala Daniela Barragán con base en datos del Coneval, es el  “más alarmante; el 76.2 por ciento de sus habitantes viven en pobreza, de los cuales 1 millón 654 mil están catalogadas en pobreza extrema”.
Le siguen Veracruz, con el 58 por ciento de habitantes en pobreza; Tabasco, 49.6 por ciento; Campeche, 43.6 por ciento; y Tamaulipas con el 37.9 por ciento. Claro, no es solo el petróleo. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )