Elecciones 2018, se perfilan tres bloques; tendrá PAN que negociar candidato

Jueves, 12 de Octubre de 2017 00:41 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Gobernantes de PAN, PRD y MC coordinan acciones  
*La tribalización del panismo, efectos de la masificación 
*Fox, Calderón, Anaya, Madrazo: lecciones de la historia
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
 
LAS ESPECULACIONES están a la orden del día en materia político-electoral. Poco a poco se va dibujando el panorama de la competencia para el 2018: se enfrentarán tres grandes bloques, aunque como ha sucedido en comicios anteriores en las urnas la votación se concentra en dos candidatos punteros. Si bien no se descarta que pudiera perfilarse una cuarta opción como “independiente”, la puja actual está el bloque encabezado por el PRI, el que abandera López Obrador y el que construye el Frente tripartita PAN-PRD-MC.
Es precisamente en la coalición tripartita donde en fechas recientes se concentró la atención noticiosa. La renuncia al PAN de Margarita Zavala –una de las aspirantes a la candidatura de ese partido-, dejó en la carrera por la nominación a Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle entre otros tres o cuatro aspirantes más. También dio paso a una serie de versiones sobre los intereses a los que responde la ruptura del grupo de Felipe Calderón.
 
PRIMERO, EL PRESUPUESTO
 
EN UNA reciente reunión los integrantes del Frente tripartita –gobernadores, líderes y coordinadores parlamentarios-, no dejaron de lado la evaluación de los efectos que para la disputa presidencial pudo tener la salida de la señora Zavala, aunque el tema central fue concertar acciones para la votación del Paquete Económico del 2018. No hay mayor daño, estimaron los gobernadores, aunque no dejaron de lamentar el hecho.
De acuerdo a diversos reportes, por primera vez se encontraron para una posición coordinada los gobernadores panistas Miguel Ángel Márquez (Guanajuato), Miguel Ángel Yunes (Veracruz) y Francisco Vega (Baja California), con los gobernadores de extracción perredista Arturo Núñez (Tabasco) y Graco Ramírez (Morelos). También acudió por el Movimiento Ciudadano el alcalde Enrique Alfaro (Gudalajara).
Razones diversas argumentaron para no acudir los otros ocho gobernadores de origen blanquiazul en funciones, así como el perredista Silvano Aureoles –también aspirante a la candidatura presidencial. No faltó quien dijera que irían “por bloques” 
Después de avaluar el presupuesto y los cabildeos para salir lo menos afectados posible en los recortes del 2018, de manera informal se habló del conflicto interno del PAN, aunque se minimizó el suceso.
 
DIVISIÓN CON PASADO 
  
MÁS ALLÁ de los supuestos o realidades de una conjura o una “negociación” entre el grupo de Felipe Calderón y el PRI, en especial de los promotores de José Antonio Meade, podemos observar que en esta escisión panista están los factores coyunturales (la candidatura presidencial) y los factores históricos (la formación de grupos). 
Sabido es que no hay partidos homogéneos, y muchas veces sólo un liderazgo incuestionable, una jefatura fuerte o un grupo hegemónico poderoso, puede controlar las fuerzas centrífugas de lo que ahora conocemos como partidos (en realidad alianzas de intereses). Son fuerzas cada vez más difíciles de contener en un ambiente de mayor competencia y de más opciones para acceder al poder.
El caso del PAN nos permite ilustrar la trasformación de un partido surgido inicialmente bajo un modelo organizativo de democracia indirecta, como institución de cuadros y una raíz doctrinaria. La primera señal pública de que el antiguo partido conservador pasaba por una crisis profunda fue la salida de Foro Doctrinario encabezado, entre otros, por Bernardo Bátiz, José González Torres, Pablo Emilio Madero, Jesús González Schmall, Jorge Eugenio Ortiz Gallegos y  Gabriel Jiménez Remus.
No pretendo en este breve espacio hacer una historia pormenorizada de los grupos del PAN, ni abusar de la paciencia del lector, nada más comentaré que la llegada al poder presidencial de Vicente Fox y posteriormente de Felipe Calderón, en lugar de dar oportunidad a un fortalecimiento de ese partido derivó en una multiplicación de “tribus”, más que corrientes ideológicas. Junto a esto ocurrió una “masificación” de un partido que antes se reservaba el derecho de admisión.
Se confrontó la cúpula con la base. Lo pudimos observar en el 2000 cuando Vicente Fox impuso su candidatura de los llamados neopanistas frente al panismo tradicional; este choque fue más evidente en la sucesión blanquiazul: Fox quería en el 2006 de candidato a Santiago Creel pero Felipe Calderón se rebeló y contra la voluntad del entonces presidente los panistas seleccionaron al michoacano. Sin embargo, Calderón tuvo que pasar por el mismo trago amargo en el 2012 : decidió que dejaría la estafeta a Ernesto Cordero y al final se impuso Josefina Vázquez Mota. 
Lo que siguió simplemente confirmó que sin una cohesión partidista interna las posibilidades de derrota se multiplican. El PAN, partido gobernante, quedó en el tercer sitio de la votación nacional, por debajo del PRI y del PRD.
No es casual que ahora se recuerde lo sucedido en el PRI en el 2006: su entonces dirigente nacional Roberto Madrazo logró imponer su candidatura a la Presidencia, pero el costo fue la división interna que los llevó a la derrota y a un tercer sitio.
En el PAN, su actual dirigente Ricardo Anaya busca también la candidatura presidencial. Quienes defienden el derecho de Anaya a buscar desde la dirigencia la candidatura argumentan que las circunstancias son distintas porque ahora la nominación pasará por la aduana de una alianza tripartita con el PRD y MC. El tiempo corre.
AL MARGEN
NO HAY DUDA. José Antonio Meade tomó en serio la posible candidatura. Comenzó ayer una promoción en las redes virtuales. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla