Elecciones, lucha de intereses; lo social como determinante

Miércoles, 15 de Noviembre de 2017 13:34 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria 

*¿Pleitos entre partidos o pleitos entre políticos?, el dilema
*Lecciones históricas: cuando Hitler buscó la guerra como fuera
 *Núñez,  69 meses transcurridos; la recta final de su gobierno
 
Víctor M. Sámano Labastida 
 
¿PUEDEN las decisiones, posiciones, actitudes personales modificar la historia? Este columnista ha puesto siempre mayor énfasis en lo que se ha dado en llamar “las fuerzas de la historia”. Durante varios lustros escuché decir que Tabasco retrocedía en su desarrollo o no evolucionada “por los pleitos entre políticos”, o “pleitos entre partidos”. Una opinión sostenida por quien esto escribe es que el problema de Tabasco, al igual que de cualquier estado o país, era mucho más profundo: lo cifraba en las graves diferencias sociales, en la desigualdad y en la concentración de la riqueza.
De acuerdo a la teoría política, la interpretación de una oposición de fuerzas históricamente construidas se remonta al origen de la propiedad privada. Fue Carlos Marx quien popularizó el concepto de lucha de clases en la sociología contemporánea. Como antecedente podemos citar lo escrito por Nicolás Maquiavelo (1469-1527): 
“Yo digo que quienes condenan los tumultos entre los nobles y la plebe atacan lo que fue la causa principal de la libertad de Roma, y que se fijan más en los ruidos y gritos que nacían de esos tumultos que en los buenos efectos que produjeron. En toda República hay dos espíritus contrapuestos, el de los grandes y el del pueblo, y todas las leyes que se hacen en pro de la libertad nacen de la desunión de ambos...”
 
SIN PAREJA, NO HAY BAILE
 
TABASCO, al igual que el resto del país, está en un proceso de competencia electoral, de confrontación de propuestas políticas. Pero también de instigación o expresión de los conflictos grupales e individuales. 
Para el historiador húngaro John Lukacs resulta insostenible la teoría sociocientífica que afirma que la historia “especialmente a medida que progresa hacia una época masificada, está regida por vastas fuerzas económicas y materiales, y no por seres individuales”.
Cita como ejemplo la segunda Guerra Mundial que –dice- “no sólo estuvo marcada por personas concretas, sino que el curso lo decidieron los criterios y decisiones de individuos como (Adolfo) Hitler, (Winston)  Churchil, Joseph (Stalin), (Franklin) Rosselvelt”.
Agrega: “Considerar dictadores a Hitler y a Stalin no basta como explicación. No todos los dictadores son estadistas, y no todos los dictadores se distinguen por su capacidad como líderes militares. Pero hay algo sorprendente y alarmante en las relaciones de estos dos individuos, y por eso no solo los acontecimientos que condujeron al 22 de junio (de 1941, fecha de la invasión alemana a la Unión Soviética) sino la historia misma de ese día resulta extraordinaria. Y es que hacen falta dos para empezar una guerra”. Esta cita corresponde  a la breve pero interesante obra de Lukacs “Junio de 1941. Hitler y Stalin”.
¿Por qué referirme ahora a esto que para muchos “ya es historia”? Aunque en la cultura o subcultura actual de lo inmediato la historia es pasado y ya no sirve, por el contrario este columnista se apoya en lo dicho por aquel filósofo romano Marco Tulio Cicerón: “Quien olvida su historia está condenado a repetirla”. Es, pues, una especie de brújula.
Según el historiador Lukacs –como le decía líneas arriba- “hacen falta dos para empezar una guerra”. Vuelve a lo ocurrido en la Segunda Guerra Mundial: Hitler  deseaba, necesitaba, una guerra con la URSS, por eso “no presentó demanda de ningún tipo” porque “sospechaba que Stalin podría aceptarla y ceder”.
Pero también acepta Lukacs que lo sucedido entre los líderes de Alemania y la URSS fue una actitud “sin precedentes”. Usted, paciente lector, podría concluir como este columnista que las fuerzas de la historia tienen un peso determinante, pero que también en toda sociedad existe la responsabilidad individual para evitar tensar más el ambiente. ¿Qué camino escogerán los líderes o aspirantes a serlo?
Este columnista sigue sosteniendo que lo fundamental a atender en el país y en el estado, el conflicto importante –aunque no el más interesante-, es el de la creciente desigualdad y pobreza. 
 
DESPUÉS DEL INFORME
 
EN OCASIÓN del Quinto Informe del Gobernador Arturo Núñez, tuve oportunidad de entrevistarlo en dos oportunidades. Una para Presente, Diario del Sureste, y otra más el lunes reciente para el programa Tabasco en la Ruta, producido y transmitido por la radio y la televisión estatales de la Corat. En esta segunda conversación me acompañó Dolores Gutiérrez Zurita, y ya habíamos tenido oportunidad de conocer el mensaje oficial alusivo.
Prácticamente cinco años han transcurrido desde que asumió el poder un gobierno surgido de la alternancia de partidos en las elecciones. Ahora estamos a la puerta de una nueva cita en las urnas.  Esas elecciones de alguna manera serán una especie de referéndum a un gobierno llegado bajo la bandera del Partido de la Revolución Democrática, aunque en sentido estricto no se puede decir que haya sido un gobierno con ese sello. Inició con un gabinete plural, que ha ido cambiando a lo largo de estos meses.
Dijo el gobernador Núñez que en el tiempo transcurrido desde que asumió el poder –unos 69 meses-, lleva cumplidos el 80 por ciento de los 210 compromisos o proyectos surgidos de la campaña y de las mesas temáticas. Pedí que mencionara diez de esos proyectos cumplidos y unos cuatro o cinco pendientes por hacer. Sobre el tema, volveremos. 
 
AL MARGEN
 
EN ENERO próximo será presentado en Villahermosa el tercer tomo de “El país de un solo hombre”, producto de una intensa y extensa investigación del profesor Enrique González Pedrero. 
 
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