Escala Crítica/Columna diaria

*Exploran dirigentes acercamiento electoral en Tabasco
*Sánchez Ramos y Ávalos Ramón, una vía incómoda
*PAN, difícil apuesta; limitaciones en ley electoral

Víctor M. Sámano Labastida

CUANDO para las elecciones del 2010 los partidos de la Revolución Democrática y Acción Nacional, o más bien sus dirigentes nacionales, decidieron formalizar alianzas electorales en cinco estados (Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla y Sinaloa), la preocupación fue evidente en el PRI. Aunque no sólo ahí. Vinieron luego las elecciones de 2011 y ese romance auriazul finalizó. Ese año, únicamente en Guerrero el PAN decidió una “alianza de facto” para asegurar un triunfo del PRD contra el tricolor.

Los cálculos rumbo a las elecciones presidenciales del 2012 hicieron que las fuerzas internas de esos partidos reacomodaran sus expectativas. Resultó evidente que a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador no le favorecía en esos momentos que prosiguieran los acuerdos con el PAN. Sin contar con que el artífice de los acercamientos con Acción Nacional era Jesús Ortega, quien tenía en su agenda precisamente impulsar una candidatura distinta a la del tabasqueño: a Marcelo Ebrard.
Hubo una nueva correlación de fuerzas. Unos avanzaron, otros se rezagaron. El PRI volvió a rearmar sus convenios con el Partido Nueva Alianza (Panal) con miras a la estratégica plaza del Estado de México. De ahí procedía su candidato Enrique Peña Nieto y no se podía dar el lujo de perder. Eso ya pasó. Humberto Moreira, el protegido de la profesora Elba Esther Gordillo ya no dirige el tricolor; es el PVEM el que ahora se beneficia de la separación PRI-Panal.

PÉNDULO EN POLÍTICA

LAS CIRCUNSTANCIAS electorales, los intereses, sumas y restas de los actores políticos son cambiantes. Difícil que alguien pueda utilizar, sin tener que desdecirse, los conceptos “nunca”, “jamás”, “ni pensarlo”. En política, más aún en la mexicana, no se puede afirmar que “de esa agua (o esos votos) no beberé”. Los protagonistas van de un partido a otro; los adversarios de hoy son aliados mañana; los socios, inseparables…hasta que la distribución del poder los confronte.
Esta semana un tema de amplio debate, aplauso, descalificación, duda, incomodidad, será el de la posibilidad de una “alianza de facto” entre el PRD y el PAN en Tabasco. Entiendo que a primera vista resulta impensable; para algunos, indeseable. Habrá quienes la vean imposible.
Colocaron el tema en los medios precisamente los dirigentes del PRD, Francisco Sánchez Ramos, y del PAN, Jorge Ávalos Ramón. En los hechos, los dos partidos han coincidido en algunas acciones que parecerían complementarias. La más reciente: mientras el Instituto Electoral rechazaba la alianza del Movimiento Progresista (PRD, PT y PMC) y el frente de izquierdas acudía a los tribunales federales, el PAN iniciaba un recurso para exigir la anulación  de la alianza priísta Compromisos por Tabasco (PRI, PVEM, Panal).
Antes ocurrieron otras coincidencias en los hechos, aunque no necesariamente premeditadas. Recordemos la impugnación que hizo el PAN al intento reciente de los consejeros del IEPCT para cambiar el plazo para el registro de coaliciones y aplicar condicionamientos a los partidos para obligarlos a tener candidatos a más tardar el 25 de enero. De no haber sido por los panistas, esa reforma se hubiese impuesto.
Si nos remontamos un poco al pasado, fue precisamente uno de los recursos que presentó el PAN en el 2000 en el que basaron los magistrados del Trife su decisión de anular las elecciones de aquel año. En el 2003, se presumió que el PRD acudió a una “alianza de facto” para bajarle la intensidad a la campaña de su candidato a la diputación de Tenosique, contribuyendo a que por primera vez el PAN tuviera una diputación de mayoría con Dora Scherrer.

¿AGUA Y ACEITE?

EN EL CURSO de las campañas, desde por lo menos 1997, PRD y PAN tienen acercamientos y disputas. La polarización de la luchan electoral entre perredistas y priístas en Tabasco ha dificultado hasta ahora a los panistas tener una clara política de alianzas. Si a esto sumamos el ingrediente de la confrontación nacional, más aún después del 2006, se pierden las fronteras entre las diferencias y coincidencias ideológicas, políticas y/o electorales.
Sánchez Ramos (PRD) y Ávalos Ramón (PRI), anunciaron un “frente común” para pedir la salida de “todos los consejeros del IEPCT” por considerar que no garantizan un proceso equitativo y transparente.
No sin cierta inquietud, un sector del perredismo recibió las declaraciones de su dirigente Sánchez Ramos: “Son otros tiempos, no podemos negar que por el bien de Tabasco, debemos encontrar coincidencias, llegar a acuerdos. (….) estamos viendo profundizar más adelante en el tema de las alianzas de facto; no podemos negar que es posible sumar esfuerzos en donde haya las condiciones para realizar acciones conjuntas”.
Hay un segmento solaztequista que no sólo rechaza los acercamientos con el PAN sino inclusive cualquier apertura a disidentes priístas.
Pero no sólo ahí, Ávalos Ramón en Acción Nacional también fue motivo de críticas en una franja de su partido donde hay favorables y reacios a un acercamiento con el solaztequismo. Causó escozor su dicho de que “en varios municipios se pueden dar las condiciones para una alianza de facto (con el PRD); pero estamos teniendo este acercamiento para explorar éstas alternativas, así como otras acciones en las que se pueda coincidir, sobre todo para exigir un proceso electoral imparcial y apegado a la legalidad”.
Uno de los factores en contra de cualquier alianza (sea formal, cuyo plazo ya expiró; sea “de facto” en donde basta la voluntad de las partes), es la nueva norma electoral que sólo contabiliza los votos particulares obtenido por cada partido para efectos de su registro y las prerrogativas. Ningún instituto político estaría en condiciones de arriesgar los casi 30 millones de pesos que el IEPCT reparte año con año entre los que cuentan con registro estatal. 
Mucho se dirá en estos días. Nada se sabrá hasta que estemos en la recta final de las votaciones presidenciales, allá por mediados de junio.

AL MARGEN

PRÁCTICAMENTE la mitad de los actuales diputados tabasqueños, si no es que más, irán a precampaña abierta para buscar una alcaldía o quizá una diputación federal. Ocurre cada tres años. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )