Candidatos únicos, campañas múltiples; el PRI, sus grietas entre tecnos y polis

Miércoles, 03 de Enero de 2018 00:52 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Precandidaturas, precampañas, interpretación forzada de la Ley
*Continuidad del modelo; Meade, un aspirante en aprietos
*Políticos y tecnócratas, la frágil convivencia en el tricolor
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
HASTA el momento, para la Presidencia de la República hay dos precandidatos únicos. Por lo menos formalmente en el PRI, José Antonio Meade,  y en Morena, Andrés Manuel López Obrador. El PAN tiene hasta el 9 de enero para declarar la “procedencia” de la precandidatura de Ricardo Anaya.; en tanto que será el 12 de febrero cuando concluya el plazo del INE  para los aspirantes independientes.
Vivimos una feria de “pres”. Precandidatos y precampañas. Conforme a la ley, sólo puede haber precampañas en los partidos que tengan más de un aspirante. Sin embargo, una interpretación barroca echó abajo el espíritu de esa norma que –según interpretación de este columnista-, era precisamente fomentar que los partidos tuvieran procesos democráticos en la selección de sus candidatos. Después de todo de eso se trata la democracia: participación, no sólo lucha por el poder. Pero en fin, en esas estamos y los “pre” únicos AMLO y Meade, están en precampañas…es decir en campaña.
 
MACROECONOMÍA Y CRISIS
 
EN TABASCO acaba de estar López Obrador. La precampaña de Meade –quien pospuso su visita a tierras chocas- arrancó el 14 de diciembre en la zona indígena de Chamula, Chiapas. Las fotos lo muestran con traje típico, sonrisa nerviosa y fuera de lugar. La decisión de comenzar en Chiapas es una confesión de parte, por los estragos de la macroeconomía en zonas pobres, cuyos hilos llevaron Meade y Agustín Carstens.
Un dato: disminución del 60% del nivel de vida en 10 años para zonas indígenas, reporta el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un informe sobre México (noviembre 2017). El doctor Carstens pasó a la dirección del Banco de Pagos Internacionales, ‘el banco central de los bancos centrales’. Un ascenso por los números macroeconómicos de México, aunque las personas (arrolladas por esas cifras) no puedan abarcar a Carstens con un abrazo, o no quieran. El doctor Meade, súper secretario con Calderón y Peña, también tuvo su premio: busca ser Presidente. 
Retornemos a la decisión de comenzar en Chiapas: es una imitación de la estrategia de Luis Donaldo Colosio (enero de 1994), cuando quiso empezar en San Cristóbal, pero el surgimiento del EZLN lo envió a la sierra de Huejutla, Hidalgo. Esta vez, el PRI y Meade se ciñeron traje Chamula. La pregunta es: ¿por qué correr riesgos de críticas por demagogia? La respuesta depende del tercer lugar del PRI en las encuestas presidenciales. El canciller Luis Videgaray se incorporó a la campaña, “por sugerencia de Peña Nieto, y es un incordio para el coordinador designado por Meade, Aurelio Nuño. Mientras tanto, el descartado Osorio Chong mueve ficha y espera” (escribió Raymundo Rivapalacio). 
 
MODELO PARA DESARMAR
 
MEADE, a regañadientes, tiene que asumirse candidato de la continuidad peñista y neoliberal. No es militante del PRI, pero arrastra los negativos de ese partido, y los positivos no llegan. Es un contrasentido que advierte Héctor Aguilar Camín (Milenio, diciembre 17): Meade trae resortes de cambio, pero no puede subirse en el discurso del cambio, so pena de espantar al voto duro priista. Mientras que a López Obrador, el candidato opositor que mejor articularía el discurso del cambio, es identificado con los viejos reflejos de la política mexicana. Más allá de esa interpretación, lo cierto es que Meade arrancó atrapado en la maquinaria priísta. Nunca había participado como candidato en una elección y se estrena en la más grande. Vaya reto. 
En el tricolor las pugnas internas han jugado un papel detonante. Zancadillas como escenario recurrente. Veamos la etapa moderna en el PRI (1976-2012). Luis Echeverría comenzó la tendencia de ungir al responsable económico del gabinete: José López Portillo. Por una crisis económica profunda, JLP se decidió por Miguel de la Madrid, también responsable económico, quien pasó la estafeta a Carlos Salinas de Gortari, otro tecnócrata. Después de un dedazo/pasarela, de la Madrid mantuvo en su puesto a Manuel Bartlett, aspirante y secretario de Gobernación, entonces la elección presidencial de 1988 fue escalofriante. Jorge G. Castañeda (El Financiero) opina que “políticamente fue un error mantener a Bartlett en Gobernación, porque le buscó los pies a Salinas”. Para Castañeda, hoy se vive una situación parecida, con Meade vencedor de Osorio Chong, titular de Gobernación.
En 1994 una carambola trágica: (la muerte de Colosio) que llevó a Ernesto Zedillo (economista) a la candidatura presidencial del PRI; sorteó la tensión con Manuel Camacho, perdedor del dedazo salinista. Pero el grupo compacto dejó de serlo en “el error de diciembre”. En el 2000 y 2006, las derrotas del PRI fueron estrepitosas, con políticos/políticos: Francisco Labastida (Gobernación) y Roberto Madrazo (líder nacional del PRI). En el 2012, por la dura lección de las dos derrotas previas, Peña llega a la nominación con enorme aparato mediático. Ahora, cierra el círculo con la decisión de nombrar a otro técnico en economía, tal y como empezaron las pugnas en el PRI moderno. ¿Volveremos a ver esa película?
AL MARGEN    
NI DISTRACCIONES electorales, ni año de Hidalgo, advirtió la alcaldesa sustituta en Centro, Casilda Ruiz. Mensaje válido para todos los ediles…Durante 2018 la Fiscalía estatal inició 2 mil 988 carpetas de investigación por violencia de género en Tabasco. Destaca un nuevo “modelo ágil” para atender los casos; un problema de cultura y desintegración familiar.  ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )