Pluralidad, competencia y acuerdos; política para conciliar a los opuestos

Jueves, 01 de Febrero de 2018 00:38 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Más de medio siglo con alternancia en México, ruta compleja 
*Tabasco: polarización electoral y construcción de gobiernos
*Acto de realismo, reconocer la pluralidad y las diferencias: Núñez
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
COMPETENCIA y colaboración  son los dos extremos de la actividad política, pero también deben ser complementarios porque aún en la competencia tiene que haber colaboración para establecer y respetar las reglas del juego. Por lo menos en teoría, porque los adversarios electorales no pueden ser enemigos irreconciliables. Ya se sabe que no basta ganar en las urnas para gobernar, hay que construir acuerdos.
Esto por lo menos resulta más evidente en Tabasco desde que llegó para quedarse la pluralidad partidista, expresión de la pluralidad política y social. Ya le hemos comentado cómo la alternancia de partidos en el gobierno en México inició el siglo pasado a finales de los años 40 en los municipios y a finales de los años 90 a nivel de gubernaturas. 
A nivel federal sucedió hasta el año 2000, aunque antes ya habíamos tenido diputados y senadores de partidos distintos al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
 
CARRERA DE OBSTÁCULOS
 
EN TABASCO, la pluralidad partidista ha recorrido un largo camino desde que a finales de los 70 llegaron los primeros diputados no priistas (aunque de los llamados partidos paraestatales como el PARM, ya desaparecido, y del PAN). En 1991 el naciente Partido de la Revolución Democrática (PRD) tuvo su primera alcaldía y sus primeros diputados en el Congreso local. 
Hasta 1988 la única oposición calificada como “auténtica” era el Partido Acción Nacional (PAN), instituto que a pesar de tener ya una larga historia en la entidad enfrentó la renuencia de los ciudadanos para identificarse con su propuesta. De esta manera, el PRI mantuvo cifras extraordinarias de más del 95 por ciento de la votación a su favor. 
Con el surgimiento del Frente Democrático Nacional en Tabasco, y luego el PRD, ambos encabezados por Andrés Manuel López Obrador, se registró un vuelco en las expresiones electorales. Pero también sucedió un fenómeno que creció durante más de dos décadas: la polarización del voto entre PRI y PRD.
Dos hechos modificaron esta polarización y abrieron el espacio a una pluralidad en la contienda partidista: la derrota del PRI en el 2012 con la alternancia en el gobierno y la decisión de López Obrador por crear un nuevo partido, Morena.  Así, en los comicios del 2015 –los primeros en tiempos de la alternancia estatal- el mapa político se modificó.
Al Congreso llegaron diputados de siete partidos, pero de cuatro de ellos por la vía del voto mayoritario: PRI, PRD, PVEM y Morena, en tanto que en las alcaldías se contabilizaron gobiernos de cinco partidos: PRI, PAN y PRD que ya habían tenido alcaldías, así como PVEM y Morena, que obtuvieron la administración municipal por primera vez.
 
NO BASTA RECONOCER
 
DE LA PLURALIDAD que “llegó para quedarse” y de cómo Tabasco se incorporó a la diversidad en la lucha política habló recientemente el gobernador Arturo Núñez, durante la asamblea anual de la Agrupación. Dijo: “seguirá acrecentándose en el estado”, aunque con la condición de que “seamos consecuentes  con el reconocimiento de la pluralidad”.
Puntualizó que la pluralidad es una condición de la realidad –está en la naturaleza, además-, por lo que reconocerla “no es un acto político es un acto de realismo”, una circunstancia que se debe procesar “a través de los instrumentos de la vida democrática: el diálogo, la negociación y la construcción de acuerdos”.
Insistió: “no es demócrata quien solo reconoce la pluralidad y se persigna ante ella formalmente pero no dialoga, no construye acuerdos con nadie, porque entonces no va a  llevar a la sociedad a ningún puerto de destino. Si él no da su voto con las diferencias de los casos, en las condiciones que lo permite el procedimiento legislativo. Ustedes saben que cuando se presenta un proyecto de dictamen de ley, primero se vota en lo general y luego se reserva en lo particular y pueden votar en contra de algunos artículos; es decir, el acuerdo no da en menoscabo de la diferencia”.
Estas cuestiones de la pluralidad, los acuerdos, las diferencias, seguramente serán temas sobre los que se insistirá ahora que están las campañas electorales. En efecto, no basta reconocer la diversidad sino se debe actuar en consecuencia.
 
AL MARGEN
COMO era de preverse, en estos días veremos el ir y venir de militantes de un partido a otro. Es un proceso acelerado por la diversidad de alianzas, la movilidad ideológica de los partidos  -por llamarlo de alguna forma-, la disputa por las candidaturas, entre muchos otros factores. También estos movimientos son utilizados como golpes propagandísticos.
Recientemente anunciaron su renuncia al PRI, José Antonio Aysa Bernat, Rita Gálvez Bonora, Yenny Rodríguez, Carlos Vega Celorio, Eric Garrido, entre muchos otros. Decisiones vinculadas a las nominaciones, pero que fueron minimizadas por la dirigencia tricolor.
Mientras se presume que también habrá migraciones en el PRD ahora que se den a conocer las listas definitivas de candidatos, pues tan sólo para las siete diputaciones de Centro hay unos 50 aspirantes. En Morena, donde también se registran jaloneos de los inconformes, se anunció la incorporación a la campaña de Adán Augusto López de los “panistas fundadores” Alberto de la Cruz, Alipio Aparicio Escobar, Fernando Rodríguez, Alejandro Caraveo y Ambrosio González, entre otros.  Voceros del blanquiazul aclararon que no se trata de “fundadores”. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )