AMLO, Anaya, Meade…casi candidatos; discursos y prácticas contra la corrupción

Martes, 20 de Febrero de 2018 00:52 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Contra un mal: implacables, tercos, obcecados, ¿será suficiente?
*Donde ya estuvieron: ¿combatieron la transa?, ¿la permitieron?
*Inseguridad y pobreza, vinculados a la ineficiencia pública 
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
TRES CANDIDATOS a la Presidencia de la República ya son candidatos…pero todavía falta que se registren como candidatos ante el Instituto Nacional Electoral y que esta autoridad decida si los nominados cumplen los requisitos. Lo mismo sucederá con los aspirantes por la vía independiente.  Un largo proceso al que están sujetos quienes buscan una diputación, senaduría, presidencia municipal o gubernatura. 
Los ciudadanos de a pie se preguntan si en algún otro país existe un laberinto de regulaciones que multiplican la confusión entre campañas y precampañas, procesos internos, lo que es propaganda y lo que no es; el uso y abuso de recursos públicos. Se afirma que este exceso nace de la desconfianza, también que nuestra legislación se construye mediante el método de ensayo y error, mañas y manías.
 
PASEO DOMINICAL
 
EN OTRA de estas etapas, el domingo reciente fueron formalizadas dentro de los partidos las candidaturas de Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya Cortés y José Antonio Meade Kuribreña. El primero va en una coalición encabezada por Morena e integrada por el Partido del Trabajo y Encuentro Social; el segundo en un frente presidido por el Partido Acción Nacional acompañado de los partidos de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano; el tercero representa al Partido Revolucionario Institucional en sociedad con los partidos Verde Ecologista y Nueva Alianza.
Por el lado de los independientes, tres son los aspirantes que esperan la validación de las firmas por parte del INE y que lograron rebasar el límite mínimo establecido: Margarita Zavala –ex panista-, Jaime Rodríguez –ex priista- y Armando Ríos Piter –ex perredista. Se quedaron el camino 50 pretendientes. 
Si tomamos como referencia los encabezados de los diarios que reportaron los actos de López Obrador, Anaya Cortés y Meade Kuribreña, el eje de sus discursos fue el combate a la corrupción. O es lo que llamó la atención. 
Inclusive las frases que resumen los dichos de los aspirantes podrían ser intercambiables: “seré implacable al combatirla”, “no habrá venganza pero sí justicia”, “la enfrentaré con terquedad”. ¿Quién lo dijo?, se puede poner el nombre que se le ocurra. ¿Quién lo hará?, ¿quién lo ha hecho?
 
EL CASCABEL DEL GATO
 
TRES SERÁN los temas dominantes en las campañas: El desempleo, la inseguridad y la corrupción.  Los aspirantes parecen haber tomado nota de los resultados de las encuestas del INEGI y de lo que han recogido en sus recorridos por el país. 
Un reporte de diciembre pasado del INEGI apuntaba que a los mexicanos les preocupa más la corrupción que el desempleo y la pobreza. Aunque la inseguridad seguía en primer sitio.
Los datos corresponden al 2015 (no hay datos actuales): para el 66 % de la población de 18 años o más la inseguridad es el Talón de Aquiles en nuestra convivencia; pero la corrupción ocupa el segundo sitio para el 51%, en tanto que el desempleo se establece en el tercer sitio con 40 % como uno de los mayores problemas. Estudiosos de estos fenómenos sostienen que corrupción, inseguridad y pobreza están relacionados estrechamente.
¿Qué dijeron los candidatos (que aún no lo son)?
López Obrador sostuvo que con terquedad, “con perseverancia, rayando en la locura de manera obcecada”, terminará con la corrupción una vez lograda la Presidencia. No es nueva su referencia. Desde las campañas del 2006 y 2012 dio a conocer sus cálculos sobre cómo presumiblemente una política de austeridad y de “combate a la corrupción” permitiría disponer de enormes recursos para programas sociales. 
El domingo reciente, al rendir protesta como candidato de la coalición Por México al Frente, el panista Ricardo Anaya señaló entre sus prioridades atender la violencia, pero también calificó a la corrupción como “uno de los tres tumores” que se deben erradicar; el otro, la desigualdad. Sostuvo que no quiere el cargo “para administrar la mediocridad, sino para hacer realidad el cambio profundo que necesita el país”.
La corrupción, que según estimaciones del Banco Mundial significa para México un costo de hasta el 10 % de la riqueza nacional, también ocupó el lugar central en el discurso de Meade. Reconoció que el PRI está “frente a una de las batallas más difíciles” de su historia en las elecciones de julio próximo y ofreció ser “implacable en el combate contra la corrupción” al reconocer que existe malestar y decepción ante prácticas ilegales.
Desde por lo menos hace cincuenta años, a mediados de los setenta y principios de los ochenta, el combate a la corrupción apareció como promesa de los aspirantes a la Presidencia. Aquel lema de José López Portillo de “la solución somos todos” se convirtió en el cínico chacoteo de “la corrupción somos todos”. El sucesor de JLP, el también priista Miguel de la Madrid convirtió su campaña en una cruzada por la “renovación moral de la sociedad”. Nada nuevo. La corrupción dio un salto al entregarse los bienes de la Nación a manos privadas.
Se ha dicho, y con razón, que un primer compromiso ético del servicio público –y por lo tanto de la política- es el manejo eficiente de los recursos. El bien común. No hay costo mayor que lo que mal se hace.
 
AL MARGEN
El puntero en las encuestas presidenciales, López Obrador, estará hoy en Tabasco para evaluar el trabajo de organización de Morena. Ha sido el punto débil del lopezobradorismo a nivel nacional. Las cuentas alegres son dañinas. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )