México, un día después del voto; no sólo ganar, importa gobernar

Sábado, 05 de Mayo de 2018 00:28 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Escenario indeseable: un Ejecutivo con obstáculos en el Legislativo
*Los empresarios deben comprometerse a invertir en la estabilidad
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
TODOS los partidos y candidatos están más ocupados y preocupados por cómo llegarán a las urnas el uno de julio. Han dejado a un lado cómo saldrán de la batalla electoral. Es necesario pensar y trabajar para el día y los meses siguientes, posteriores a las votaciones. Lo comentamos en este espacio en 2012 y lo repetimos: no se trata sólo de ganar la elección, sino de ganar el poder y sobre todo gobernar.
En esta tarea no sólo tienen que estar los partidos, también es responsabilidad de las organizaciones empresariales, profesionales, de la sociedad civil. Como bien se dice: hay un tiempo para competir y otro para colaborar.
En estos días hemos visto signos preocupantes de ruptura.
 
GOBIERNOS DIVIDIDOS
 
HACE algunos meses, ante el surgimiento de las candidaturas independientes –y tras la experiencia del gobierno de Jaime Rodríguez en  Nuevo León-, se planteó el problema que tendría un Poder Ejecutivo sin respaldo en el Legislativo. Aunque México ya ha vivido los procesos de los llamados “gobiernos divididos”, en lo que el partido gobernante no tiene mayoría en las Cámaras, no se tenía el precedente de un gobierno sin partido.
Los partidos con mayor presencia nacional comenzaron a acuñar la frase de una “alianza con la sociedad”, primero en busca del voto y entiendo que también como un intento por tener una base más amplia cuando llegaran al poder. Pero las campañas son duras y los intereses opuestos.
A mediados de marzo, Andrés Manuel López Obrador dijo ante un grupo de banqueros que si había fraude electoral se “soltaría el tigre” y que él ya no estaría “deteniendo a la gente” si esto sucediera. Aquella expresión llevó a las más diversas interpretaciones, acusándose inclusive al abanderado de Morena por una presunta amenaza de ingobernabilidad.
Sin ignorar la gravedad que supondría un fraude electoral o alguna expresión de inconformidad de quien resultara derrotado, el mayor peligro a la estabilidad no vendría de las manifestaciones populares. El verdadero riesgo está en las manos de quienes sí pueden paralizar el país, suspender los transportes y el abasto de alimentos, encabezar la fuga de capitales, la caída de la inversión y hasta la devaluación del peso, entre otras medidas de presión. Me refiero a un pequeño núcleo duro de empresarios.
 
SIN GENERALIZACIONES
 
EN UNA colaboración reciente para el diario El Financiero (“El otro Andrés”), el periodista Raymundo Riva Palacio recordó cuando “a principio de los 70, varios miembros de lo que después sería el Grupo Monterrey conspiraron contra el presidente Luis Echeverría, que los confrontó. La polarización en esos años provocó choques y la muerte del fundador del Grupo, Eugenio Garza Sada, durante un intento de secuestro de la guerrilla”.
Al referirnos al sector empresarial o clase empresarial no debemos generalizar. Hay grupos que tienen posiciones abiertamente conservadoras y otros que se colocan del lado liberal, o también los que forman ese gran segmento de micros, medianos y pequeños empresarios, cuyos intereses no están en función de los partidos y el poder político sino que están enfocados a la economía. 
Pensar en el día siguiente de la elección requiere un pacto explícito de que, gane quien gane oficialmente, todos los esfuerzos se orientarán a sacar al país de sus graves problemas; en especial el de la inseguridad y la violencia, así como el desempleo y la pobreza.
Las condiciones sociales y políticas han colocado a la mayoría en una posición de hartazgo, pero se tiene que evitar que una minoría incendie la pradera. Mucho menos si es esa minoría del uno por ciento que tiene las llaves de las finanzas. Promover la mesura y la conciliación –con justicia- es también responsabilidad de los partidos. Las expresiones tienen que ser mesuradas; en política las palabras se convierten en actos.
 
AL MARGEN
 
GEORGINA TRUJILLO y Adán Augusto López, aspirantes a la gubernatura por el PRI y por Morena respectivamente, realizan una serie de foros de debate y consulta sobre sus propuestas de gobierno, que de acuerdo a sus portavoces han tenido amplia respuesta. 
Trujillo Zentella arrancó su campaña presentando ocho “ejes rectores” en torno a los que elabora su plan: 1.- Seguridad para todos, cero impunidad; 2.- Crecimiento económico para empleo; 3.- Educación para el futuro; 4.- Salud y bienestar; 5.- Jóvenes con oportunidades; 6.- Mujeres protegidas e incorporación al desarrollo; 7.- Agua y medio ambiente sustentable, y 8.- Gobierno abierto y transparente.
Precisamente la semana que concluye presentó públicamente los lineamientos que propone para el sector agropecuario.
Por su parte, López Hernández decidió comenzar con sus encuentros regionales para el Plan de Gobierno con el tema de “Seguridad Pública Integral”, coordinado por el ex secretario de gobierno Jaime Lastra Bastar. Se registraron 130 ponentes quienes pusieron énfasis en la prevención, la procuración y administración efectiva de justicia. Pero también de combate a la impunidad y una efectiva rendición de cuentas. 
Para el 12 de mayo tienen previsto realizar el foro sobre su segundo eje “Desarrollo Social y Cultural”, que será coordinado por Mario Llergo. Los que están al frente de las consultas “son expertos”, aseguró el abanderado de Morena. 
Gerardo Gaudiano presentará el 8 de mayo su plan “Visión de gobierno”. Lo importante es que las consultas y propuestas de los partidos no sean sólo para cubrir el expediente, que realmente se apliquen o promuevan. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )