Elecciones 2018: grandes ciudades; la batalla por reserva de votantes

Lunes, 25 de Junio de 2018 12:40 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*En 15 municipios del país casi 15 millones de sufragios
*En Centro, Tabasco: la volatilidad de los ciudadanos
*Un voto duro cada vez más escaso…y más costoso
 
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
VOTO en cascada o voto cruzado, voto parejo o voto diferenciado. Es el debate en esta etapa final de las campañas cuando también los competidores buscarán el “voto útil”, como una especie de segunda vuelta. Morena y sus aliados le apuestan a la alta rentabilidad electoral de Andrés Manuel López Obrador; las coaliciones encabezadas por el PRI y el PAN buscan apoyarse en la estructura de sus partidos, pero también en los candidatos en las principales localidades, particularmente en las grandes ciudades.
Le comento que tan solo en 15 municipios, entre los cientos que tendrán comicios –también con las más grandes urbes del país- se concentran nada menos que 14 millones 600 mil votantes potenciales: Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Benito Juárez, en la Ciudad de México; Ecatepec de Morelos, Nezahualcóyotl y Naucalpan de Juárez, Estado de México; Guadalajara y Zapopan, Jalisco; Tijuana y Mexicali, Baja California; Puebla, Puebla; León, Guanajuato; Juárez, Chihuahua; Monterrey, Nuevo León; Querétaro, Querétaro.
Es cierto que la suma de hasta la mínima casilla puede dar un gran total, pero también lo es que el esfuerzo no sólo proselitista sino de movilización el día de las elecciones se enfoca en donde hay mayor concentración de votantes.
No hay que olvidar que el primero de julio, también se votará por más de un mil 500 presidentes municipales. Estos últimos cargos más cercanos a la gente. Quizá los de mayor peso electoral en este sentido (alcaldías) sean los estados Jalisco y Edomex, cada uno con 125 ayuntamientos; y la Ciudad de México, 16 alcaldías por vez primera, que dejan de ser delegaciones.
 
LOS VAIVENES PARTIDISTAS
 
EN TABASCO, aunque la atención está en las campañas para Presidente de la República y para la gubernatura, no pasamos por alto la importancia que por su padrón electoral tienen los municipios de Centro, Comalcalco, Cárdenas, Huimanguillo, Macuspana, Nacajuca, Centla  y Cunduacán. 
Los tres grandes bloques partidistas encabezados por Morena, PRI y PRD en la entidad, han centrado su proselitismo en la capital del estado y los municipios de la Chontalpa. Los llamados “partidos pequeños” también le apuestan a obtener su mayor cosecha de votos en la franja urbana.
En el municipio de Centro las campañas más visibles han sido las de Evaristo Hernández Cruz (Morena-PT-PES) y Jaime Mier y Terán (PRD-PAN-MC). Por su parte, Adrián Hernández (PRI), va sobre todo por el voto duro del tricolor; Ady García (PVEM) tiene sus esperanzas en el voto diferenciado, tomando como referencia lo sucedido en 2015. Por su parte, Juan Manuel Trujeque (Nueva Alianza), sólo podría esperar un vuelco ciudadano, casi imposible en una sistema dominado por tres grandes partidos.
Es difícil prever los resultados, a diferencia del 2012 cuando la contienda se limitaba a las alianzas encabezadas por el PRI y PRD (con López Obrador). Si tomábamos en cuenta el consistente crecimiento de la oposición, era más probable pronosticar la alternancia. Como finalmente sucedió.
Aquella alternancia en el gobierno estatal vino de la mano con la primera derrota del PRI en el municipio de la capital. Los factores de aquella derrota (en la que un tricolor dividido fue determinante), han sido profusamente analizados. No es casual que en esta ocasión la lucha por la gubernatura también tenga como referente obligado el destino de los votos de quienes habitan Villahermosa y los poblados y villas del municipio de Centro.
Los actores han cambiado, las condiciones también. En 2012, el PRI logró 134 mil 690 para Luis Felipe Graham con sus coaligados PVEM y Panal; mientras, Humberto de los Santos se benefició con 159 mil 874 votos que le dio el PRD y sus aliados Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano, junto al “Efecto AMLO”.
 
OTRO PAISAJE
 
TRES AÑOS después, en 2015, el panorama de los partidos y las alianzas había cambiado radicalmente. No sólo porque por lo general las elecciones intermedias tienen menos participación, también por el reacomodo de las fuerzas políticas. En la elección ordinaria para el municipio de Centro el PRI –entonces con Evaristo Hernández como candidato-, contabilizó apenas 51 mil 817 votos. Esto es, 82 mil 873 votos menos para el tricolor que tres años antes.
Pero no sólo allí se reflejó el drástico cambio de las preferencias electorales y la aparición de nuevos bloque. EL PRD –con Gerardo Gaudiano a la cabeza-, obtuvo en esa primera contienda 64 mil 559 sufragios. Esto es que los solaztequistas vieron cambiar de aires 95 mil 315 papeletas ciudadanas.
Habían aparecido nuevas alianzas. Por ejemplo, el PRI sufrió el descalabro de su ruptura con el PVEM, más que del Panal. Los verdes se coaligaron con el PAN, “jalaron” votos del tricolor y tuvieron una candidata altamente competitiva con 43 mil 551 sufragios, Rosalinda López…que ahora está en Morena.
Este nuevo partido lopezobradorista –con Octavio Romero como candidato-, representó para el PRD una sangría de votos. A Morena en la capital del estado le reconocieron 29 mil 693 sufragios.
Como se sabe, las elecciones fueron anuladas y en la competencia extraordinaria del 2016, el PRD ratificó su triunfo con 79 mil 793; Morena se colocó segundo con 47 mil. El PRI fue enviado al tercer sitio con su candidata Liliana Madrigal con 8 mil votos menos que los que logró Evaristo Hernández…quien ahora está en la boleta pero por Morena, mientras que el PRD postula a Jaime Mier. ¿Alguno de los partidos puede asegurar que tiene un voto duro en Centro? Me parece que no. Hay factores evidentes que determinarán el relevo.