Relevos en el gobierno: construcción del gabinete, entre lealtad y capacidad

Jueves, 26 de Julio de 2018 00:09 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Quiere AMLO tener el “mejor gabinete en la historia de México”  
*Diversos factores influyen en la integración de nuevos equipos
*Urzúa: una reforma que beneficiará a Tabasco; Meyer, poner orden
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
UNA de las ocupaciones periodísticas es ir a la caza de novedades. Se ha vuelto común la necesidad de adelantarse a los hechos, lo cual puede dar lugar a diversas especulaciones. Cuando se trata de futuras designaciones en los inminentes gobiernos, no pocas veces los nombres que vemos aparecen públicamente son también autopromociones. Quien de alguna manera ha roto esta dinámica es Andrés Manuel López Obrador: desde sus campañas del 2006 y 2012 anunció la probable integración de su gabinete.
En Tabasco, como sucede en los estados donde habrá relevo de administración, se siguen con lupa, con telescopio y con todos los instrumentos a la mano, las señales que permitan interpretar quién acompañará a los nuevos gobiernos una vez que se instalen oficialmente. Aunque todavía falten, en los casos estatales, unos cinco largos meses. 
Adán Augusto López, gobernador electo, ha dicho que hará los anuncios oficiales en diciembre; aunque, por supuesto, no se libra del examen diario y permanente en este juego de adivinanzas de quién está más cerca, a quién le encomienda tareas extraoficiales, qué perfiles lo acompañan. Es también, sin duda, un juego de presiones.     
Sabemos que en las designaciones hay varios factores: confianza, cercanía, lealtades, pero también reconocimiento al desempeño en las campañas y, sobre todo, capacidad para atender las difíciles tareas por venir.
 
PASAR A LA HISTORIA
CUANDO, en diciembre de 2017, López Obrador ofreció una lista de 16 personas –ocho mujeres y ocho hombres- que integrarían su equipo más cercano, expresó su aspiración de que sea recordado como “el mejor gabinete que ha habido en la historia de México”. Un desafío enorme. Lo cierto es que en ese primer bloque hay –como él mismo lo dijo- personas “de distintas disciplinas, sectores y corrientes del pensamiento, caracterizados en su conjunto por su independencia de criterio, su alto nivel de preparación, por su experiencia y, sobre todo, por su inobjetable honestidad”. Viene la prueba del desempeño.
Aunque el futuro también ya está aquí, como lo constatan Olga Sánchez Cordero (Gobernación), Marcelo Ebrard (Relaciones Exteriores), Rocío Nahle (Energía), Carlos Urzúa (Hacienda) y Román Meyer (Sedatu), por sólo citar a quienes han estado en tareas públicas concretas.
De Nahle García ya comentamos a propósito de su reciente visita a Tabasco para avanzar en el tema energético, especialmente con Pemex. Hoy me ocuparé brevemente de Urzúa y Meyer. En el primer caso, por un asunto que tienen que ver directamente con Tabasco; en el segundo por el enfoque del nuevo gobierno.
Como usted sabe, entre 2007 y 2008 se aprobó y comenzó a aplicarse un nuevo criterio en materia de Coordinación Fiscal, concretamente para la asignación de recursos federales a las entidades. Aquella reforma afectó a Tabasco y benefició en exceso al Estado de México, porque se puso más énfasis en el factor demográfico y se dejó de lado la base tributaria y la productividad. Esto es, mientras más habitantes más recursos reciben los gobiernos.   
 
REPARTO Y RECORTE
 
PARA Tabasco, cuya población es apenas el 2 por ciento nacional, aquella medida representó dejar de recibir entre 3 mil y 5 mil millones por año, según cifras oficiales. Fue entonces una mala noticia, porque han transcurrido diez años bajo ese dañino esquema para la entidad.
Pero la buena noticia es que el futuro secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, sostiene que tan fórmula debe cambiar. En un análisis elaborado en 2016 por este especialista en finanzas y retomado por el diario Reforma concluye que la norma del 2007-2008 no estimula el esfuerzo recaudatorio ni fomenta la actividad económica, por lo que debe modificarse. En otras palabras, las primeras acciones que tomará Urzúa pueden ser muy benéficas para Tabasco en materia de asignación de recursos federales. Claro, hay que aplicarse.
Urzúa es licenciado en matemáticas por el Instituto Tecnológico de Monterrey, con una maestría por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y doctor en economía por la Universidad de Wisconsin-Madison. Fue secretario de Finanzas con AMLO en el Distrito Federal entre 2000 y 2003.  Es miembro de la Academia Mexicana de las Ciencias, así como del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Por lo que hace a Meyer Falcón, futuro titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, territorial y Urbano (Sedatu), hay varias definiciones que forman parte de la política que aplicará López Obrador: compactación de áreas con fusión o desaparición de algunas, eliminación de duplicidad en programas sociales, integración de especialistas en el sector y desconcentración paulatina. Las oficinas centrales de la Sedatu estarán en Hidalgo.
El uso absurdo y politiquero de la Sedatu, dijo el urbanista, se muestra hay un exceso de funcionarios que nada tienen que ver con los programas sociales; existe un área de vinculación con el Estado Mayor Presidencial, sin cuerpos técnicos especializados en planeación e incluso “asistentes de imagen personal”. Anunció la supresión inmediata de una subsecretaría y la evaluación de los colaboradores.
Especialista en su ramo, Meyer es arquitecto, egresado del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y maestro en Gestión Urbana por la Universidad Politécnica de Cataluña. Dos muestras. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )