Palomas mensajeras y cambio de régimen: instituciones, esfuerzo colectivo y recados

Domingo, 11 de Noviembre de 2018 00:48 Editor
Imprimir

 Escala Crítica/Columna diaria

* Diego Valadés en Proceso, ¿voz de ministros? 
* Valadés en 1994: singular trayectoria en la tormenta. 
* Proyectos de nación y asesoría gratuita, debate pendiente
  
Víctor M. Sámano Labastida
 
EN LA FRENÉTICA actividad del presidente electo, hay una asignatura pendiente a 25 días de su toma de posesión: una reunión con los 11 ministros de la Suprema Corte de Justicia. AMLO ha dicho que quiere ser respetuoso de la división de poderes, aunque ya se reunió con la plana mayor del Poder Legislativo que encabeza Morena y se entiende por qué. Tal vez, sin aspavientos, ya entabló algún contacto vía Olga Sánchez Cordero, exministra y Secretaria de Gobernación nombrada. 
Si hubo contacto, probablemente no fue suficiente, pues algo parecido a una paloma mensajera de los ministros surgió en el horizonte mediático. Se trata de una entrevista realizada por Álvaro Delgado al exprocurador general de la república y exministro, Diego Valadés Ríos (Proceso, noviembre 3, “AMLO se aísla. El fantasma del fracaso”). Hay historias debajo de la almohada que vale la pena abordar.           
 
LA MARCA DEL CURRÍCULUM 
 
ANTES de reseñar las ideas de Diego Valadés sobre AMLO y su proyecto de nación, ubiquemos dos datos que resultan significativos sobre la procedencia política del jurista: 
1) Fue Procurador de la República del 10 de enero de 1994 al 14 de mayo de 1994, sustituyendo a Jorge Carpizo, justo en el periodo más candente del salinismo. La guerrilla del EZLN irrumpió en Chiapas y Manuel Camacho Solís fue nombrado comisionado de paz por Salinas, en una maniobra que provocó la aclaración del “no se hagan bolas, el candidato es Colosio”; siguió el enrarecimiento del ambiente político con el asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial del PRI, y el nombramiento de Ernesto Zedillo como sustituto y pieza segura del salinismo. Después no lo fue tanto. 
2) Valadés salió de la PGR en mayo de 1994 y fue sustituido por Humberto Benítez Treviño. El caso Colosio se enredó más, mientras Valadés (primero en levantar evidencias) se movió (o lo movieron) a la Suprema Corte de Justicia. Duró 6 meses en el cargo, pues una reforma propuesta por Ernesto Zedillo redujo de 26 a 11 los ministros que integran el pleno (enero de 1995). Por decir lo menos, la trayectoria pública de Valadés resultó singular en un año fatídico para México.   
Por lo demás, Valadés tiene una trayectoria intelectual amplia: es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, ha escrito 19 libros sobre jurisprudencia y cambios políticos (analizando sistemas de gobiernos), dirigió el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y es miembro honorario del Sistema Nacional de Investigadores.  
ASESORÍAS GRATUITAS, ¿SIN PECADO CONCEBIDAS? 
 
PIENSA Valadés que AMLO no debe pelear solito la batalla por el cambio en México. Su receta es institucional: “Lo que necesitamos es que haya Secretarios de Estado que, para no estar siendo llamados a cuentas por los poderes económicos, sean responsables y estén llamados a cuentas por el único poder civil y democrático que hay en el país, que se llama Congreso de la Unión. (…) El poder económico es un Estado intangible de dimensión transnacional”. Es buen apunte, sobre todo la dimensión económica que rebasa fronteras. De cualquier modo, Valadés fue criticado: ¿cómo es posible que, sin tomar posesión, AMLO ya esté solo? Visión extremista.  
Valadés, paloma o serpiente, tiene argumentos sobre el proyecto institucional de cambio: “Si realmente se quiere independencia del poder político frente al poder económico, no es a partir de un personaje que se enfrente a un sistema de poder económico, es construyendo todo un sistema constitucional que le dé robustez a ese poder político”. Lo que sí preocupa: ante la opinión pública, AMLO ‘vende’ la postura gubernamental y eso lo desgastará. Debe haber más voces de Morena.  
“Para que tenga éxito el Estado mexicano en esta nueva etapa, sí el presidente debe ser el que encabece, (…) Es jefe de Estado y jefe de gobierno, pero si no se fortalece toda la estructura del poder del Estado, entonces no tiene nada qué hacer”. Algunos ven aquí el recado de los ministros. Lo que puede decirse –contrapunto- es que AMLO habla fuerte en pro de la división de poderes.   
Valadés insiste: “Cuando [los poderes económicos] tengan enfrente no a una persona, sino a un Estado con instituciones muy poderosas, las relaciones van a cambiar”. Hace falta que AMLO dé a conocer su proyecto político, democrático e institucional. Sin esa parte del proyecto, Valadés plantea que “el enfrentamiento con los poderes económicos va a ser muy desigual, porque va a ser todo un entramado de intereses muy bien construidos, con una pluralidad de corporaciones nacionales e internacionales muy densas, muy pesadas, muy sólidas, frente a una persona. Y eso nunca ha funcionado”.  Huelga decir que los intereses en juego son muchos, entre ellos los que institucionalmente representa el sistema judicial.  
Finalmente, una mención crítica al titular de Proceso: “AMLO se aísla. El fantasma del fracaso”. Se asume un juicio que no es del semanario, sino de Valadés. Hay un error de distancia periodística. Debieron citar la fuente en portada. Lo que se entendió es que Proceso habla del “fantasma del fracaso”, no que lo hizo el entrevistado. Con razón hubo quienes recordaron que la mayoría de los mexicanos sólo leen los titulares y no el cuerpo de las notas periodísticas.  Más cosas veremos. 
( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla