Presupuesto 2019, primera quincena y prioridad nacional: arriba los de abajo

Sábado, 22 de Diciembre de 2018 00:27 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

                               
   
*Del discurso a la realidad; el ajuste de las cuentas
* Salarios y paisaje universitario: redistribución social 
* Izquierda en movimiento, el optimismo de la voluntad
 
 Víctor M. Sámano Labastida   
 
LA MEMORIA ayuda: el sexenio de Enrique Peña Nieto inició con un programa asistencial: la Cruzada Nacional Contra el Hambre. Lo importaron de Brasil, con especialistas cercanos al expresidente Lula da Silva. Desde los Altos de Chiapas, en diciembre de 2012, se festejaba con acto inaugural la intención de ir en apoyo de los más pobres. Los alimentos, símbolo de atención para erradicar la pobreza. Se pagaba por ver la ejecución de un programa de tal envergadura.
¿Qué ocurrió con esa cruzada nacional? Eclipse total. El programa federal desapareció con más pena que gloria. Hay investigaciones tardías sobre desvío de recursos. Pero no se generó polémica mediática alguna sobre la mayor promesa del gobierno federal saliente. Todo terminó en desidia y silencio, virus doble que afectó a Peña y colaboradores.
En contraste, la primera quincena de AMLO en ingreso neto con la antigua ley de remuneraciones fue de 76 mil 159 pesos con 59 centavos. Lo informó el  propio Presidente en la conferencia mañanera del martes 18 de diciembre: “Ese salario está definido con la antigua ley. Por eso voy a devolver 22 mil 313 pesos con 29 centavos. Mejor dicho: ya los devolví a la Tesorería, porque lo que me corresponde con la nueva ley de remuneraciones son 53 mil 846 pesos con 30 centavos. Le estoy pidiendo a todos los servidores públicos del Poder Ejecutivo que hagan lo mismo. Lo aclaro porque si no, se malinterpreta. Es mejor: cuentas claras y chocolate espeso. (…) Se va a cumplir con el Plan de Austeridad. (…) Adiós a la burocracia dorada.”
Puede el lector sacar conclusiones. Mientras tanto, la realidad de la Cuarta Transformación (4T) pasará por el cedazo de la austeridad como eje ético. Sin ese parámetro, a valorar en términos de vocación de servicio, no se entiende mucho de lo que sucede y se discute hoy en México.   
 
CABILDEOS, SALARIO MÍNIMO Y UNIVERSIDADES
 
LA DISCUSIÓN sobre el presupuesto federal 2019 se instaló en el Congreso de la Unión desde el sábado 15. Centenares de alcaldes y 24 gobernadores desfilaron para cabildear recursos. Situación que algunos analistas políticos interpretaron como “inquietante”, por el riesgo de que el presupuesto federal se amplíe para dar cabida a un mayor despliegue de recursos a nivel municipal y estatal. Al parecer, los cabildeos no fueron suficientes y hay que apretarse el cinturón. 
Mientras eso sucedía en la cámara de diputados, donde se discute la viabilidad del presupuesto federal 2018, el gobierno de la 4T anunciaba un incremento significativo del salario mínimo: de 88.36 pesos a 102.68, salto que no tiene referente histórico moderno (mediados del siglo XX a la fecha), cuando se legisla sobre un salario mínimo. Fue el 13% de aumento neto. El máximo salto registrado había sido de 7 pesos netos, en 2007. El aumento anunciado, a implementar en enero de 2019, es de 14.32 pesos. AMLO, de manera sorpresiva, agradeció al sector empresarial su apoyo a esta medida, “que activará la economía y el mercado interno, porque habrá más consumo”.  
En otras áreas del presupuesto hay muecas. Por ejemplo, las universidades públicas de mayor peso (UNAM, UAM, IPN) se inconformaron con los efectos de la austeridad de la 4T. Hubo una intensa negociación y correcciones, reconocimiento de errores. AMLO platicó con los rectores y les pidió  “cero corrupción y un esfuerzo de austeridad”. Rendición de cuentas y manos quietas, pues, para que no aparezca otra estafa maestra, esos 2 mil 500 millones de recursos para universidades privadas, que se asignaron de forma discrecional para su ejercicio en tiempos de Peña.
Las universidades aludidas anunciaron la primera marcha contra el nuevo gobierno. AMLO dijo que “están en su derecho”, pero hay diálogo. El propio presidente se ha dicho convencido de la educación pública en todos los niveles. Ex producto de ella.
 
IZQUIERDA Y CAMBIO DE PRIORIDADES
 
LA IZQUIERDA social que llegó al gobierno de la mano de Morena –aunque con una mezcla todavía por descifrar-, camina en dirección contraria al modelo neoliberal de élites y acuerdos cupulares. La asignación del gasto gubernamental aparece marcada por la redistribución de recursos a grupos de población necesitados y vulnerables. Hay quienes critican esta decisión, argumentando el perfil de clientela política que tienen los programas asistenciales para adultos de la tercera edad, las becas/trabajo para jóvenes y las guarderías para mujeres trabajadoras que son madres solteras. Desde luego que hay una decisión política en esa medida gubernamental, pero no puede regatearse el actuar con urgencia hacia abajo. Los enjuagues electorales son con fotocredencial en mano. 
Hay una base social que reacciona en positivo a los programas. Se entiende: aparecen arriba los de abajo, no sólo en el discurso. Esto preocupa mucho a una oposición diezmada que no tiene forma de responder con algo similar. La tuvo en el poder y la pervirtió. AMLO, en ese contexto, pudiera escuchar a las minorías. No para complacerlas, sino para gestionar con mayor eficacia su programa social de gobierno. Es lo que se espera. 
 
AL MARGEN
AYER se vivió nuevamente un caos en el transporte en la capital tabasqueña. Aunque se había anunciado que estaba en proceso la liberación de recursos para los pagos, arreciaron los reclamos. Desde muy temprano el presidente López Obrador confirmó que Tabasco y Nayarit estaban entre los de mayor prioridad, por razones distintas. El efecto colateral de las protestas comenzó a preocupar a los prestadores de servicios por los daños en sus economías. 
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