AMLO y la prensa: tergiversaciones y lamentaciones sobre políticas de gobierno

Domingo, 24 de Febrero de 2019 00:36 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

 
* Fase 1: pasado como alfombra ideal; nostalgia por el trato        
* Fase 2: presente como error y mera popularidad de AMLO.            
* Fase 3: futuro como niebla y desastre; obscuras profesías          
Víctor M. Sámano Labastida
 
HAY QUE agradecer al gobierno de la Cuarta Transformación (4T) la intensa actividad del círculo rojo para criticar estrategias y políticas de atención a problemas heredados. El círculo rojo es la parte ilustrada de la república (comentaristas, analistas, intelectuales, medios, figuras públicas) que practica el privilegio de interpretar acciones sociales en el espacio público. En la democracia, esta actividad resulta saludable para la construcción de opinión pública informada. Nada que objetar por ese lado.  
Es otro el punto delicado en este inicio de sexenio tan dinámico: la hiperactividad y saturación del círculo rojo en sus apreciaciones negativas sobre la 4T, que deja de lado la reflexión reposada y profunda del momento cultural que vive México.      
Tendencia: reaccionar, no investigar. Luego, sin datos confirmados, viene la tergiversación. Tergiversar es confundir. Se muestra una sola cara del suceso, sin explicación multifactorial. Es interpretación lanzada desde la oscuridad. Y algo falla: los datos que arrojarían claridad se minimizan. 
Veamos ejemplos del círculo rojo frente a AMLO y la 4T.
 
VARA Y VARILLA
 
EL PASADO neoliberal fue defendido por Héctor Aguilar Camín (Milenio, febrero 6), con énfasis: “en el México moderno, no ha existido comienzo de gobierno más desastroso que el de López Obrador”. El adjetivo desastroso no cuadra: ¿hizo comparaciones frente al error de diciembre de Zedillo 94, el desesperante inmovilismo de Fox 2001, o el empotrarse de Salinas 88 con elecciones fraudulentas y Quinazo? No. Luego lanzó la tergiversación: “en las relaciones prensa-gobierno nada ha cambiado”, cuestión que olvida el detalle de eliminar 6 mil millones de pesos por contratos publicitarios con medios nacionales (tv, radio, diarios). 
Lo que omite Camín significa un giro de 180 grados en la comunicación gubernamental. Por eso la prensa se esmera para tergiversar datos de la 4T, como le ocurrió al Diario Reforma en un encabezado (febrero 6): “Omite Sánchez Cordero propiedad millonaria de su declaración patrimonial”. Cordero la declaró y, por ser copropiedad con su marido, no apareció oficialmente por proteger datos de terceros, lo que permite el formato de la declaración, informó la Secretaría de la Función Pública.    
Otra tergiversación ocurrió con Joaquín López Dóriga, cuando mencionó  huelgas de trabajadores norteños y expresó: “por 8 años no hubo huelgas”, como si esto significara que la situación obrera era ideal en México antes de AMLO. Quizás los obreros se abstuvieron de huelgas por razones distintas a la justicia. Es sesgo delicado ubicar un recurso que permite la ley federal de trabajo (la huelga) como punto negativo que se  endosa al gobierno de AMLO. Si los obreros hacen huelgas después de 8 años y creen que los escucharán, ¿no será que algo cambió en las circunstancias políticas de  México?
 
ENFERMEDAD, INTERVENCIONITIS Y LAMENTOS
 
PUBLICÓ Raymundo Rivapalacios (El Financiero, febrero 5) que Olga Sánchez Cordero renunció 2 veces en Gobernación. Enlistó posibles razones: enfermedad y cansancio por la dinámica mañanera de la 4T, ausencia de liderazgo en su equipo y ‘ninguneo’ de AMLO a ella como titular, pasando la pelota a subsecretarios (por ejemplo Alejandro Encinas, cuando se presentó la estrategia nacional de atención a desaparecidos). Sánchez Cordero atajó lo que le correspondía en salud: “me han enfermado varias veces en la prensa; contrario a esto, me siento muy bien”.  
Leo Zuckerman (Tercer Grado, febrero 6) insistió en el verbo ‘intervenir’ que utilizó AMLO en el caso de los impuestos por 13 mil millones que la Suprema Corte desechó como devolución para ex accionistas del Grupo Modelo: “¿y la división de poderes?, ¿y la autonomía de acción del Poder Judicial?” Ciertamente la semántica importa. Pero la interpretación de un hecho no debe pasar a la especulación cuando los propios actores públicos aclaran el punto: la Suprema Corte, por procedimiento técnico, tuvo que escuchar a las partes. La Secretaria de Hacienda proporcionó información a la Corte, y esto fue lo que AMLO denominó ‘intervenir’, que no es doblar la manita de otro poder, sino utilizar el espacio legal de colaboración para proporcionar datos que permitieron revertir la sentencia.               
Los lamentos más profundos por la 4T y sus políticas de gobierno pertenecen a Carlos Marín (Milenio), Carlos Loret de Mola (Televisa, El Universal), Macario Schettino y Pablo Hiriart (El Financiero). El estilo crítico es el siguiente: cualquier argumento o acción de Obrador es un error y la 4T se sostiene por la popularidad de AMLO. La pregunta es por qué la supuesta suma de equivocaciones en dos meses de gobierno ha llevado a Obrador a una popularidad de 90%; es pertinente cuestionar las políticas del gobierno, faltaba más. Ése no es el error. El error está en situar lo que haga Obrador como equivocación crasa, para luego explicar que todo se salva por su popularidad. El argumento no explica las razones de la acción ni sus repercusiones en el plano social. Así no comprenderemos lo que sucede. El ciudadano necesita investigaciones y datos que respalden las interpretaciones.
Por supuesto que se requiere el debate, la confrontación de argumentos y no las descalificaciones. También hay que cuidarse de la intolerancia oficial u oficialista.
                                        ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla