PRI Y PRD, AJUSTES EN DIRIGENCIAS Y CAMPAÑAS

Lunes, 12 de Marzo de 2012 00:10 Editor
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Escala Crítica/Columna diaria
*La anunciada llegada de Francisco Herrera; sus retos inmediatos
*Los candidatos a la gubernatura como líderes de la competencia
 *Decisiones personales, necesidades colectivas, equipos a prueba
Víctor M. Sámano Labastida
TRADICIONALMENTE cuando un partido elige a su candidato a la Presidencia o a la gubernatura a los pocos días el nuevo “líder natural” en que se convierte el ungido toma las riendas de su instituto. Designa a una nueva estructura de mando. Algunas veces sucede al revés: la designación de un dirigente es un  aviso de por dónde transcurrirá la decisión. Es tiempo de reacomodo de grupos e intereses en busca de o para respaldar otras candidaturas.

Por lo menos eso es lo que indica la lógica del poder. Cuando esto no sucede entonces candidato y partido marchan de manera paralela sin encontrarse o corriendo el riesgo de un choque permanente. El desgaste dañino para todos.
VEREDAS SOLAZTEQUISTAS
OCURRIÓ a nivel nacional cuando la designación en el PRI de Humberto Moreira fue la cobertura para la formalización de la candidatura de Enrique Peña Nieto. Beatriz Paredes terminaba su mandato, pero era oportunidad para acomodar las fichas. Lo que sucedió después ya se conoce: el tricolor tuvo que deshacerse de Moreira quien había, además, hecho un reparto inexplicable para los priístas de las candidaturas a los partidos Nueva Alianza y Verde Ecologista.
Con la llegada de Pedro Joaquín Coldwell al CEN tricolor se volvió a reajustar la estructura de ese partido y dieron entrada a los grupos desplazados de Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón quienes serán los futuros hombres fuertes de las cámaras de diputados y de senadores.
También le sucedió al PRD, en una historia que se evidenció desde el 2008: el lopezobradorismo no logró colocar en la dirigencia a Alejandro Encinas y la estructura quedó en manos de los adversarios de Andrés Manuel, los llamados “Chuchos” –Jesús Ortega y Jesús Zambrano-. Fue entonces cuando López Obrador decidió construir su propia plataforma rumbo al 2012, el Movimiento de Regeneración Nacional pero antes, en las elecciones intermedias del 2009, se apoyó en los partidos del Trabajo y Convergencia. Ganaron, obviamente, PT y PC.
Aunque la razón indicaba que el lopezobradorismo buscaría recuperar la jefatura formal del PRD en las elecciones internas del solaztequismo en marzo de 2011 con miras a la batalla presidencial, prefirió mantenerse al margen y dejar la disputa a los bloques de Los Chuchos y de René Bejarano y Dolores Padierna, así como a la corriente de Marcelo Ebrard.
Cuando en Tabasco las corrientes del PRD se pelearon duramente la dirigencia de ese partido, resultaba claro que en ello iba en juego no sólo la hegemonía de López Obrador, sino también el inminente reparto de las candidaturas. Fue un proceso accidentado.
Primero fue la renuncia de José Ramiro López Obrador en octubre de 2009, impugnado por el resultado de las elecciones intermedias. Entró como suplente el lopezobradorista Javier May a quien Andrés Manuel quería en la dirigencia por lo menos hasta noviembre de 2011; pudo más la presión de los grupos internos y obligó a una sucesión a finales de agosto. Aunque el proyecto del obradorismo era que en lugar de May entrara Rafael Elías Sánchez Cabrales, una serie de cabildeos, ajustes y acuerdos llevaron a Francisco Sánchez Ramos y a Gerardo Gaudiano, cabezas de dos planillas en disputa, a la presidencia perredista y a la secretaría general; Pedro Landero sustituyó a Sánchez Cabrales en el Consejo Político.
Ahora, ninguno de los que pelearon la dirigencia está en el Comité. Renunciaron para buscar nuevos cargos.
A LA MITAD DEL RÍO
EN EL PRI los reacomodos han sido igual de accidentados. En junio de 2009 fue elegido Adrián Hernández Balboa como dirigente estatal del PRI, al termina Georgina Trujillo su periodo estatutario. Tomó posesión el 17 de julio de 2009 y tendría que concluirlo el 16 de julio de 2013. Hernández Balboa era visto como la carta del gobernador Andrés Granier en el tricolor; estaría, se argumentaba, al frente en las elecciones del 2009 y en el complejo proceso del 2012, incluida la selección de candidatos.
No fue así. Aunque estatutariamente el PRI tabasqueño no estaba obligado a cambiar de dirigencia, sorpresivamente en mayo de 2011 renunció Hernández Balboa y  Miguel Romero –consejero jurídico del gobernador-, asumió la presidencia del PRI, tras competir por el cargo con Pedro Gutiérrez y Luis Alberto May López.
Sin embargo, los grupos internos inconformes impugnaron la elección de Romero y el proceso tuvo que reponerse por orden del Trife. Era, en cierto sentido, una advertencia de lo que podría suceder si los asuntos internos no eran atendidos estrictamente apegados a los estatutos. En el Trife el PRI no tenía precisamente amigos. Los priístas salvaron el obstáculo y volvieron a elegir a Miguel Romero en octubre de 2011.
Estaban los priístas en pleno proceso de reacomodo de los grupos que se disputarían la candidatura al gobierno estatal. Cuando por fin se anunció en la Ciudad de México que Jesús Alí de la Torre sería el candidato al gobierno estatal y Luis Felipe Graham iría a disputar la alcaldía de Centro –según decisión anunciada en el CEN del PRI-, también trascendió que otro aspirante al gobierno estatal, el senador Francisco Herrera, sería el nuevo dirigente del tricolor tabasqueño.
El sábado se formalizó la designación del ex alcalde de Centla. Francisco Herrera asumió la dirigencia en sustitución de Romero Pérez; como secretaria general quedó Liliana Madrigal; en Organización, Mario Llergo y en la secretaría de Elecciones a Juan Molina Becerra. También, por supuesto, se confirmó la renuncia de José Antonio González, quien fue sustituido como delegado del CEN priísta por un experimentado operador, el sinaloense Rafael Oceguera.
La llegada de un nuevo equipo al PRI sin duda que tiene como objetivo reforzar las inminentes campañas en Tabasco para la Presidencia, la gubernatura, alcaldías y el legislativo. Aunque antes deberá atender una serie de cuestiones relacionadas con la aplicación de sus estatutos, las negociaciones internas y la asignación de candidaturas, sobre todo para las presidencias municipales que entran en su etapa definitoria esta semana.
Como sea, cambiar de dirigencia en pleno proceso, como lo han hecho el PRI y el PRD, o es una muestra de excesiva confianza en sus estructuras internas o expresión de una necesidad urgente de ajustes. Las campañas nos indicarán quién acertó. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 

Última actualización el Lunes, 12 de Marzo de 2012 10:14