Pemex y la promesa de un nuevo trato; promover la inversión socialmente útil

Viernes, 26 de Abril de 2019 00:41 Editor
Imprimir

 Escala Crítica/Columna diaria

*Una oportunidad histórica para que el petróleo sirva a Tabasco
*Romero Oropeza y Adán Augusto : revertir la petrolización
 *Fomento a las microindustrias detonador del empleo familiar
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
UNA NUEVA relación de Pemex con las autoridades locales y las comunidades. Es lo que han ofrecido el gobierno federal y los directivos de la empresa petrolera; es también un reclamo histórico. Muchas veces se ha quedado en el discurso, esta vez debe ser distinto porque hay condiciones para un cambio de fondo. Aunque existen infinidad de obstáculos. El compromiso fue planteado nuevamente durante el encuentro de Octavio Romero Oropeza y el mandatario estatal Adán Augusto López Hernández; ocurrió en la entrega de apoyos en materia de salud, seguridad y protección civil.
Se trata, le decía ayer, de la aplicación de un programa cuyo objetivo es –afirmó Romero Oropeza- desarrollar una relación armónica con los ciudadanos y gobiernos municipales y estatal, al tiempo que actuar con mayor sensibilidad social, más consciente de las necesidades de las comunidades donde (Pemex) tiene presencia.
Tradicionalmente se han aplicado los planes del gobierno federal y Pemex como opuestos a los intereses del verdadero desarrollo local y regional en Tabasco y el sureste, me comentó José Luis Lezama investigador de El Colegio de México. O por lo menos casi siempre se le dio prioridad a una mecánica de extracción de la riqueza petrolera, sin pensar en la inversión socialmente productiva. Ahora será distinto, según se comprometió el presidente López Obrador –activista a finales de los ochenta y principios de los noventa contra daño que la petrolización le imponía a Tabasco. 
 
DESTRUCCIÓN Y RECLAMO
 
DE MANERA despectiva en aquellos años duros fue acuñado el término de “industria de la reclamación” para descalificar por parejo los reclamos, sin considerar que la demanda fue precedida de una “industria de la contaminación”, del abuso en todos los sentidos. Sin duda que en esas condiciones de arbitrariedad surgieron negocios ilícitos de la más diversa índole, pero se puede asegurar que en nada se compara lo que pudieron haber obtenido los líderes venales con las ganancias de la casta dorada que dominó la petrolera durante décadas. No pocas veces desde la misma Presidencia.
En ocasión del aniversario de la expropiación petrolera el reciente 18 de marzo, López Obrador reiteró en Tula, Hidalgo, que tanto en esa industria como en todos los sectores “nos volvimos dependientes por la política económica neoliberal o política de pillaje”. Ahora, aseguró, “México se va a convertir en una gran potencia, va a ser ejemplo mundial, porque vamos a lograr la prosperidad con dimensión social”. 
Es precisamente esto último que requiere Tabasco y todos los estados de donde se extrae el petróleo: que la prosperidad tenga dimensión social. ¿Cómo hacerlo entre tantos intereses creados?
 
NO SÓLO EXTRAER, SEMBRAR
 
VOLVAMOS un poco a la denominada Licencia Social para Operar que ya existía en Pemex pero era aplicada discrecionalmente, por lo general en perjuicio de las comunidades. Era una especie de licencia para abusar. Oficialmente fue definida como “una actividad de vital importancia para PEMEX, a fin de atender solicitudes, inconformidades o demandas de grupos sociales que eventualmente pudieran poner en riesgo la operación y la seguridad de los centros de trabajo, así como la viabilidad de la ejecución puntual de los nuevos proyectos a desarrollarse en las áreas de interés” de la petrolera. Los documentos internos de la ahora Empresa Productiva del Estado referían que se trataba de evitar el conflicto social; pero se fue dejando crecer esa deuda.
Romero Oropeza sabe, y lo expuso ayer, que para lograr los objetivos de la producción de hidrocarburos fijados en el plan nacional requiere de una ambiente de colaboración y confianza. Donde los intereses de Pemex y de las comunidades sean complementarias, no excluyentes. Parte de eso lo pretende lograr con una “inversión social” este año superior a los 911 millones de pesos, el triple de lo ejercido por Pemex en Tabasco durante 2018, cuando en este rubro apenas se destinaron 359 millones de pesos. 
Obviamente la acción de la empresa nacional más importante –todavía- abarca mucho más. Sigue siendo la palanca más importante de nuestra economía. Es ya casi un lugar común pero no está por demás recordarlo: un presidente tabasqueño, un director de Pemex tabasqueño y un gobernador del mismo partido que el del poder federal, son circunstancias que difícilmente volverán a repetirse. Una oportunidad histórica.
 
APOYO A MICROINDUSTRIAS
MÉXICO, y por supuesto Tabasco, necesitan proyectos para reactivar la actividad económica. Esas propuestas pueden surgir del propio gobierno o de particulares. Hace unos días el gobernador Adán Augusto López recibió un estudio de factibilidad financiera para una microindustria que emplearía a artesanos de Nacajuca y Macuspana, asociados a la empresa Procesadora de Huaraches Pachukos que ha logrado exportar calzado a varios países.
Fuentes consultadas por este columnista indican que la citada empresa con sede en Sahuayo, Michoacán, ha dejado de vender al extranjero más del 75 por ciento de lo habitual debido a la falta de capital de trabajo (obreros) y de liquidez para atender sus compromisos comerciales y de exportación.
Según se sabe la propuesta de los empresarios michoacanos se encuentra en manos de la titular de Economía, Mayra Jacobo Priego. De acuerdo a los promotores de esta microindustria la elaboración de calzado de alta calidad –huaraches- permite impulsar el empleo familiar, ya que en muchas casos los tejedores se llevan su trabajo a casa multiplicando los beneficios.  ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )