La oposición y el lastre de las etiquetas; PRI, PAN y PRD en carrera contra el tiempo

Sábado, 27 de Abril de 2019 00:38 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Primero, recuperar la credibilidad para tener críticas válidas
*Contrapesos no son estorbos; un necesaria juego republicano
*Sociedad civil, entre la simulación y la realidad; distingos útiles
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
LE COMENTÉ recientemente que está próxima la primera confrontación electoral en los tiempos de AMLO; ciudadanos de seis estados de la República están llamados a las urnas. Morena deberá resolver sus pugnas internas, aunque no podrá hacerlo antes de su congreso nacional de noviembre. Pero confían en que el liderazgo de López Obrador mantenga todavía a raya los intereses de grupos e individuos; aunque el Presidente ya se dijo cansado de tanta grilla, de la politiquería.
Por lo que hace a la oposición partidista esta es víctima de su propia indolencia y burocratización cuando fue gobierno. El poder entendido como privilegio indisputable, hizo mella en el PRI y el PAN. Al cumplirse los 100 días de gobierno de AMLO, los dirigentes de ambos partidos que ya despacharon en Los Pinos, Claudia Ruiz Massieu y Marko Cortés, practicaron la negación de cualquier logro, aunque compartieron el diagnóstico de combate a la corrupción y la desigualdad, lo mismo que el perfil de austeridad en los recursos, justo lo que no atendieron gobiernos federales anteriores. Resalta la contradicción. 
 
EL ESLABÓN PERDIDO
LA OPOSICIÓN política formal tiene un dilema formidable: las siglas de sus partidos como etiquetas/lastre. No hay credibilidad en los logotipos actuales de oposición. Toda acción que lleve etiqueta partidista opositora, incluyendo PRD, PVEM, MC y los que se asuman como partidos sin serlo, debe remar contra la ciudadanía harta de sus simulaciones. Esto ocurrió en la elección presidencial de 2018 y pulverizó el voto por los contendientes de AMLO.        
Hay una oposición civil negativa y resentida. Negativa ante planteamientos de AMLO y Morena, por el cierre de recursos gubernamentales que fluían para su esquina. Fue boletinada también la sociedad civil como membrete para succionar recursos. Queda la otra (verdadera) sociedad civil que participa y propone, aunque se encuentra resentida y sorprendida por el distanciamiento operado en AMLO/Presidente. Confunden la reasignación de recursos con animadversión, esperemos que no sea el caso. Ojalá se trate sólo de nuevos escenarios que requieren un ajuste de las propias organizaciones no gubernamentales que piden la ayuda oficial. Deben revisarse proyectos y valorarse el trabajo real, para que sea factible la colaboración. Lo que no podía hacer el gobierno federal es mantener el flujo de recursos (15 mil millones de pesos, en diversos apoyos) sin revisión integral.
De cualquier manera, existe una idea fundamental que debe construir la oposición: un proyecto de nación que resulte alternativo o complementario al propuesto por AMLO y Morena. Actualmente, esa idea (y el trabajo que sustente la idea) se encuentra ausente del debate público. Quizá sea la inercia de mirar hacia el gobierno o contra el gobierno.       
 
VIDA DURA DEL CONTRAPESO SUAVE  
 
OPOSICIÓN no es lo mismo que contrapeso. Teórica e históricamente el Poder Judicial resulta contrapeso del Poder Ejecutivo. En el caso mexicano, podría decirse que trata de mantener independencia con el ministro presidente, Arturo Saldívar, electo el 21 de enero de 2019. Me comenta una fuente cercana a la Judicatura que no pocos analistas políticos (la opinocracia, dicen algunos, aunque es un exceso conceptual) trataron de amarrar navajas entre la Suprema Corte y AMLO, pero Saldívar no mordió el anzuelo del escándalo mediático. Sin embargo, enfatizó un punto técnico clave: la independencia del Poder Judicial se hace notar en sus sentencias, no en las opiniones que lanza a la arena pública.
El Poder Legislativo es contrapeso que se hizo notar con los cambios al proyecto sobre la Guardia Nacional Militar, que devino Civil. El senado fue clave, pero también las voces de la (verdadera) sociedad civil organizada. La colaboración política es vital cuando es notorio que en la República urge la reingeniería constitucional. AMLO sostiene que la reingeniería del Estado se define como prioridad estratégica, y la complementariedad de poderes paso indispensable. No se quiere la batalla entre poderes que aterrice en nada (proyectos varados) o en crisis de interlocución. Sus críticos –“los conservadores”, como los cataloga- ven por el contrario afanes autoritarios. Hernán Gómez Bruera es contundente: “No hay hasta ahora ninguna evidencia contundente que López Obrador nos lleve al autoritarismo” (El Universal, 23/04/19); Enrique Krauze sostiene lo contrario.  
Los votos futuros se definen con el trabajo presente y la construcción de un proyecto (opositor). AMLO trabaja a ritmo frenético: materializa el proyecto diseñado en 18 años. Es su ventaja, en 100 días que han cambiado el rostro de la República; por lo menos es difícil negar un estilo personal que incomoda a un sector, pero que es aplaudido por su mayoría que busca acrecentar. 
 
AL MARGEN
DIJO Octavio Romero, director de Pemex durante su visita a Tabasco: “En esta nueva etapa que vivimos, es de recalcar la voluntad firme y decidida del licenciado Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, para regresar a Tabasco parte de lo mucho que ha entregado a la federación. Lo que este día (el jueves) vamos a dar a conocer, no hubiera sido posible sin su oportuna y clara intervención”. Y anunció una serie de apoyos en materia de salud, seguridad y protección civil, a gobierno y municipios petroleros.
Un dato relevante: en relación con los últimos cuatro an?os, Pemex incremento? los recursos de inversio?n pu?blica: el presupuesto aprobado para 2019 es de 273 mil millones de pesos, 68 mil millones más respecto al 2018.
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