Austeridad contra el derroche; una medicina amarga pero necesaria, ¿puede ser excesiva?

Miércoles, 03 de Julio de 2019 00:49 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Se han ahorrado 113 mil millones de pesos, calcula AMLO
*Prevé otro “ajuste de tuercas”; economía y programas sociales
*Avanza la Ley de Austeridad Republicana, pese a resistencias
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
EXISTE un acuerdo generalizado –aunque no unánime- que el derroche y la corrupción fueron conductas que caracterizaron al viejo régimen. Una encuesta realizada por la Cámara de Diputados a principios de 2018 reveló que siete de cada diez personas consideraron que la corrupción aumentó en el 2017, lo que se aplica a todo el sexenio de Enrique Peña Nieto; el 78 por ciento se declaró a favor de que se quitara el fuero constitucional para poder juzgar a los transgresores. (CESOP, 2018).
El desvío y robo de recursos públicos forma parte del derroche. Están vinculados a la falta de transparencia y controles reales. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reportó el año pasado que al menos el 17 por ciento de las compras públicas terminaba en desvío de fondos. Ahí se extraviaba algo así como el 1.4 por ciento del Producto Interno Bruto. En el derroche habría que considerar las compras a costos inflados, el tráfico de influencias y la simulación de servicios, contratos amañados, el excesivo salario de algunos empleados públicos y los subsidios sin control ni resultados. Entre muchos otros factores.
 
LA RIQUEZA DE LA AUSTERIDAD
 
ANDRÉS Manuel López Obrador calculó en su campaña para la Presidencia que con una firme política de austeridad y contra la corrupción se lograría ahorrar unos 500 mil millones de pesos para destinarlos a programas sociales. No podemos tener un gobierno rico y un pueblo pobre, insistió desde sus primeros recorridos proselitistas.
En la celebración del primer aniversario de la victoria electoral de Morena, el mandatario federal sostuvo que hasta la fecha ha logrado ahorros de unos 113 mil millones de pesos. Para sus simpatizantes, la acción del AMLO va en sentido correcto e inclusive apoyan su intención de “dar otra vuelta de tuerca”, un apretón más, al uso de los recursos públicos. Para sus críticos existen excesos riesgosos en la medicina de la austeridad.
En una entrevista con el diario La Jornada, AMLO advirtió que “hay todavía mucha resistencia al interior del mismo Gobierno y hay simulación” para frenar los despilfarros; pero al mismo tiempo reconoció que hace falta afinar el criterio y el sentido común al aplicar los ajustes. Comentó: “a los de abajo, a los que están trabajando, se les debe de respetar. El ajuste es arriba. Cuando se habla de austeridad, de inmediato se vincula con recorte de personal”. 
De acuerdo a medios periodísticos, en lo que va de la administración morenista se ha despedido a unos 21 mil burócratas federales (no sólo en altos mandos, sino inclusive técnicos de ingresos medios y bajos); en la entrevista mencionada, el Presidente consideró que en la realidad han sido pocas las rescisiones de contratos y para nada comparables –dijo- a los 40 mil empleados de la empresa Luz y Fuerza de Centro que corrió Felipe Calderón.
 
CAMINO A OTRO RECORTE
 
EL NUEVO “apretón de tuercas” puede implicar un ajuste mayor al aparato de gobierno. Un reporte del diario El Heraldo de México (26 de junio), estimó en unas 5 mil más las plazas recortar. El 30 de junio concluyó el programa R-066 “de Separación Laboral” aprobado en el presupuesto federal.
El periódico El País, de Madrid (España) le dedicó un extenso artículo a las medidas de contracción del gasto (“La descontrolada austeridad de México marca la gestión de López Obrador”), en donde destaca que “nadie ha podido explicar de momento las consecuencias de una política tan contractiva en el gasto. No existen datos detallados de cuántos despidos pueden vincularse a las medidas de austeridad impuestas…” (3 de julio de 2019).
Colaboradores cercanos AMLO han dicho a este columnista que “cerrar la llave” presupuestal era indispensable para poder eliminar las fugas y poner orden. En el segundo semestre, señalan, comenzará a fluir la inversión. De manera figurativa un empresario me comentó: “hay que cuidar que el frenón no sea tan drástico que dañe la caja de velocidades de la economía”. 
El Presidente confía en sus medidas. “Este proceso no tiene retorno. Ni un paso atrás. Nada de titubeos o medias tintas. (…) Nuestro querido México se convertirá en una potencia económica con dimensión social y con la grandeza moral y cultural que siempre han estado presentes en su esencia profunda”, sostuvo el pasado primero de julio.
 
AHORA, LA LEY
MIENTRAS, el pleno del Senado aprobó ayer la Ley Federal de Austeridad Republicana para “hacer eficiente el gasto público y eliminar privilegios” de servidores públicos e instituciones. El presidente de la Cámara Alta, Martí Batres, informó que fueron 74 votos a favor, cero votos en contra y 29 abstenciones, estas últimas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de Acción Nacional (PAN). Junto a esta nueva Ley se reformaron diversas disposiciones de la Ley General de Responsabilidades Administrativas, así como de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.
Otra vez, en el debate se acudió al argumento de que se requiere un bisturí y no un machete para realizar los recortes. Los defensores de la nueva Ley sostienen que no sólo es necesario sino urgente darle sustento legal a la propuesta contra el derroche.
La iniciativa de Morena fue presentada desde el 11 de septiembre por el diputado federal tabasqueño Manuel Rodríguez con 13 puntos para obtener ahorros, reducir los salarios y las prestaciones de los altos funcionarios públicos, así como cumplir los principios de economía, eficacia, eficiencia y transparencia en la administración de los recursos del erario. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )