Pemex: ampliar la capacidad de refinación; comienza Dos Bocas carrera contra tiempo

Viernes, 02 de Agosto de 2019 00:45 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Debe estar en operación en tres años; antes reconfiguran seis
*Gobiernos anteriores abandonaron producción de gasolinas
* No se repetirá la historia de Tula, compromiso de la Sener
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
EN DOS BOCAS las empresas que ganaron la licitación para construir la refinería comenzarán a trabajar el uno de agosto, dijo recientemente Rocío Nahle, secretaria de Energía. Aunque aclaró que lo que arranca es “la ingeniería de detalle, ingeniería de construcción, es trabajo de escritorio, es trabajo de planeación, no es un trabajo que van a ir al predio a donde se está acondicionando actualmente”. En efecto, quienes acudieron ayer al sitio observaron que sigue la adecuación del predio, con un reforzamiento de actividades.
Todavía se recuerda cuando el 18 de marzo de 2008 el entonces presidente Felipe Calderón anunció que había dado instrucciones a Pemex y a la Secretaría de Energía para que se determinara “la factibilidad técnica, financiera y logística para la construcción de una nueva refinería en el país”. 
Sabemos que al final el proyecto calderonista fue un fracaso, con un alto costo en recursos y tiempo. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador no sólo está decidido a poner en marcha una nueva refinería, sino hacerlo en tiempo récord: un máximo de tres años y con un presupuesto de 8 mil millones de dólares.
El modelo a seguir es el de India, que logró hacerla en ese tiempo récord, por contraposición está Brasil que tardó casi 15 años; el promedio, sostienen los escépticos, es de 8 a 10 años. Pero el proyecto va y a AMLO los colaboradores de Rocío Nahle han dicho que es posible tal hazaña.
 
LA PESADILLA DE CALDERÓN
CUANDO Calderón lanzó aquel plan fallido en 2008, el gobierno de Tabasco, que en ese tiempo encabezaba Andrés Granier, se entusiasmó tanto con la idea que mandó a realizar estudios y organizó una caravana de empresarios y funcionarios a la capital del país para abogar por su propuesta. Lo mismo sucedió con un total de nueve gobiernos. 
Pasados un año y 27 días del anuncio de la construcción de aquella nueva refinería, en conferencia de prensa Jesús Reyes Heroles González, a nombre de Petróleos Mexicanos (Pemex) dio a conocer sus conclusiones: el sitio seleccionado sería Tula, Hidalgo, donde ya existe otra refinería.
En un “Estudio de viabilidad para construir una nueva refinería en México”, señalaba que las ubicaciones potenciales eran Dos Bocas, Tabasco; Cadereyta, Nuevo León; Campeche, Campeche; La Cangrejera/Minatitlán, Veracruz; Lázaro Cárdenas, Michoacán; Manzanillo, Colima; Salina Cruz, Oaxaca; Tuxpan, Veracruz y Tula, Hidalgo. Fue descartada Salamanca, Guanajuato, por restricciones de espacio y baja capacidad de dispersión de contaminantes.
Como ya se sabe, la “nueva refinería” en Tula, quedó sólo en un terreno bardeado y una deuda de un mil 500 millones de pesos para los hidalguenses, ya que fue el monto que se pagaron por 700 hectáreas de la fallida planta industrial. De acuerdo a la periodista Ana Lilia Pérez fueron en total se “invirtieron” 9 mil 612 millones de pesos, por lo menos es lo que consta en facturas. ¿Otra historia de corrupción y derroche?
Contra este tipo de aventuras debe blindarse el proyecto de Dos Bocas, que sin duda resulta histórico pues desde hace 40 años que en México no se construye una refinería. La más reciente que tenemos es la de Cadereyta, Nuevo León, que en 1979 comenzó operaciones. Se sumó a las de Salamanca, Ciudad Madero, Tula, Minatitlán y Salina Cruz. La más antigua tiene casi 70 años en servicio.
Históricamente, el sistema nacional de refinación inició en 1946 cuando en el Distrito Federal se inauguró la refinería “18 de Marzo”, en instalaciones que originalmente pertenecían a la compañía “El Águila” (misma que ya no funciona y fue definitivamente desmantelada en 2009) y cuatro años más tarde, en 1950, se pone en operación la de Salamanca, Guanajuato, actualmente la más antigua en uso. En 1956, se inaugura la refinería “Gral. Lázaro Cárdenas del Río”, en Minatitlán, Veracruz.
Tuvieron que pasar diez años para que, en 1976, abriera sus válvulas la refinería “Miguel Hidalgo” en Tula, Hidalgo. Eran tiempos en los que la esperanza del país estaba colocada en una prometedora industria petrolera, de forma que en 1979 se abrieron dos nuevas procesadoras de combustible: las plantas “Héctor R. Lara Sosa”, en Cadereyta y la “Antonio Dovalí Jaime”, en Salina Cruz.
 
CAPACIDAD A LA MITAD
 
TODAVÍA en 1987 se amplió considerablemente la capacidad de la refinería de Tula, al pasar de 165 mil barriles diarios de capacidad instalada a 320 mil barriles diarios. En el transcurso de los años se anunciaron otras “reconfiguraciones” que, a decir de los actuales directivos, fueron sólo pantalla para el desvío de recursos de tal manera que aun cuando México tiene una capacidad de refinación “instalada” para procesar un millón 615 mil barriles diarios de crudo, en 2018 apenas se ocuparon 612 mil barriles diarios en promedio. Esto es menos del 40% de lo que supuestamente se podría hacer.
Nahle García sostiene que en el proyecto integral de la Sener está la rehabilitación de Salamanca a iniciarse este mes y que espera que el año próximo opera a toda su capacidad; las otras seguirán un “proceso paulatino”, señala. El objetivo es tener a las seis refinerías actuales ya listas en 2020; el Plan de Negocios de Pemex prevé que a finales del 2022 entre en funciones la de Dos Bocas con una capacidad de refinación de 340 mil barriles diarios, aunque se prevé que sea por etapas y no en su totalidad.
La clave estará, por un lado, en que se cumplan los tiempos de construcción y, por otro, las metas en Pemex de extracción de crudo. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )