Sector salud: un enfermo en terapia intensiva; rezagos y creciente demanda

Martes, 06 de Agosto de 2019 00:30 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*En México, un déficit de por lo menos 200 mil médicos
*La transformación debe también llegar a la cultura del autocuidado
*Un año más del fallecimiento de J. Avilés, cronista del cambio
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
LAS ÚLTIMAS semanas de los dos anteriores sexenios en Tabasco fueron sumamente críticas para el sector salud. Tanto Andrés Granier Melo como Arturo Núñez Jiménez enfrentaron reclamos por falta de médicos y medicamentos, retraso en los pagos de los trabajadores y elevados riesgos para los pacientes, entre mucho otros. Lo sucedido entonces, grave en la entidad, no fue sino apenas una manifestación de la bomba de tiempo en todo el país: urge reorganizar la salud pública.
Recientemente, durante una gira por Michoacán, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que en México existe un déficit de 123 mil médicos generales y 72 mil especialistas. El columnista agrega este dato: se calcula que nos hacen falta unas 260 mil enfermeras y enfermeros, para cubrir el promedio requerido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que es de 6 por cada un mil habitantes y apenas contamos con 3.9 (Ximena Mejía, Excelsior, 12/08/18).
Dijo AMLO que el déficit de médicos se debe al rechazo de las universidades públicas a los jóvenes que quieren estudiar esas especialidades, con el argumento de que no existe cupo. Hay muchos más factores como ejemplo -y contradictoriamente-, el peso de una sobreoferta: a principios de 2018 se reportó que en México se graduaban unos 16 mil 500 especialistas de cirujanos parteros al año pero sólo se ofertaban unas 8 mil plazas para las residencias médicas. Registros del INEGI indican que 60 de cada 100 egresados en esta rama no encuentran trabajo o se tienen que dedicar a otras actividades. No es, por cierto, sólo en la medicina; tenemos un gran porcentaje de profesionistas subempleados.
 
QUE NO HABLE LA AUTOPSIA
 
PADECEMOS una sociedad enferma, pero también un sistema de salud que está en terapia intensiva. No resulta casual que una de las transformaciones más radicales anunciadas por el actual gobierno sea en este sector. Existe el diagnóstico, la discusión está en que si el tratamiento es correcto. La autopsia no sería la evaluación deseable.
El mandatario federal, quien anunció en abril pasado la federalización del sistema de salud, afirmó hace unos días que se abrirá una convocatoria para aquellos médicos jubilados y desempleados que deseen cubrir las nuevas plazas. El objetivo ambicioso es incorporar a los servicios de salud a 60 millones de mexicanos sin seguridad social, de acuerdo a lo expresado oficialmente; pero también basificar a 80 mil trabajadores de la salud, tarea que encomendó al tabasqueño Victor Lamoyi.
Podría decirse que hay dos grandes retos de seguridad en este régimen, por el deterioro con el que le fueron entregados al gobierno: la seguridad pública y la seguridad social, sin ignorar otros aspectos como las seguridades alimentaria y la económica.
De acuerdo a la información estadística, el 88,6% de las muertes ocurridas en México durante 2017 (un total de 703 mil 047), fueron por enfermedades y problemas relacionados con la salud, en tanto que el 11.4% por causas externas, principalmente accidentes, suicidios y homicidios. Aunque estos últimos tienen más reflectores. 
Los registros de mortalidad y morbilidad nos permiten tener una radiografía del país. Y también de los enormes desafíos que se deben enfrentar en materia de hábitos y conductas. Observemos que las tres principales causas de muerte en México han sido enfermedades del corazón (141 mil 619 decesos, el 20.1%), diabetes mellitus (106 mil 525, el 15.2%) y tumores malignos (84 mil 142, el 12.0%). Datos del 2017, pero que poco han variado en estos últimos años.
Destaca la grave incidencia de enfermedades no transmisibles, principales causas de muerte, no es sólo el caso mexicano, pero es el que nos importa porque hacia allá se dirigen los esfuerzos. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el aumento de estos padecimientos se deben a cinco factores de riesgo principales: las dietas poco saludables, la contaminación ambiental, la inactividad física, el tabaquismo, el consumo nocivo de alcohol. 
Una sociedad sana no es la que tiene exceso de médicos y medicinas, sino aquella que no los necesita porque no se enferma.
 
AL MARGEN
FUE UN 8 de agosto, de 2017; pero fue martes, que ahora cae 6 de agosto. Así recordamos brevemente pero con gran afecto, Luis Guillermo Pérez y este columnista un aniversario más del fallecimiento del gran periodista Jaime Avilés, activista, promotor cultural y muchas cosas más, pero sobre todo hombre solidario. 
Su nombre figura en la gesta contemporánea por transformar este país. Su aportación fue fundamental. Así lo ha reconocido Andrés Manuel López Obrador. Pero su nombre también figura junto a las mejores crónicas periodísticas y en la Enciclopedia de la Literatura en México donde es descrito como “dramaturgo, periodista, narrador y cronista, marinero, actor de carpa, activista político y criador de conejos”.
Publicó infinidad de trabajos reporteriles y en 1990 “La rebelión de los maniquíes”, una compilación de crónicas de guerra y de política. Ese título parecería premonitorio para lo que sucedió en 2018: una verdadera rebelión  de quienes dejaron de ser maniquíes. 
Cuando AMLO recibió la constancia de mayoría que le reconocía haber ganado las elecciones del 2018 dijo de Jaime Avilés: “un amigo entrañable, un compañero (...) que ayudó a hacer realidad el sueño de cambiar este país”.  ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )