Los pactos regionales: Sur-Sureste y Centro-Bajío, ¿un compromiso real?

Viernes, 16 de Agosto de 2019 00:23 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Tabasco en el denominado Pacto Oaxaca, con ocho entidades
*AMLO compromete recursos para “inversión sin precedente”
*Combatir el rezago histórico: más producción, menos extracción
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
EL SUR-SURESTE de México tendrá que actuar con políticas regionales de integración. El tema no es nuevo para los pacientes lectores de esta columna porque lo hemos abordado desde diversas perspectivas. También lo ha propuesto el presidente López Obrador. El área abarca los estados del área Mesoamericana. No es sólo del sur-sureste mexicano sino también de Centroamérica; con una visión ampliada que abarca el Caribe.
Así lo referimos en nuestra Escala Crítica “AMLO: hacia la integración de la región Mesoamericana y los planes interrumpidos” (20 de junio 2019). En aquellos días, el gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, había acudido a un encuentro en la Ciudad de México invitado por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), para la presentación del Plan de Trabajo de la Comisión de Energía de los inversionistas nacionales.
También le he comentado sobre la lógica de un “corredor de Morena” a partir del sureste entre los estados gobernados por políticos surgidos del partido en el poder federal: López Hernández (Tabasco), Rutilio Escandón (Chiapas) y Cuitláhuac García (Veracruz), a los que se sumarían  Miguel Barbosa (Puebla) y Claudia Sheinbaum (Ciudad de México).
Por lo que se observa, el proyecto puede ir más allá de las banderías partidistas.
 
COPARMEX-CONCAMIN, DISTANCIAS
EN LA TIERRA de Benito Juárez, el presidente López Obrador encabezó la firma del llamado “Pacto Oaxaca”, con el que nueve gobernadores y varios líderes empresariales se comprometieron con una agenda estratégica para “impulsar el desarrollo del sur-sureste” y romper la brecha de la desigualdad, según dijeron. Acudieron los mandatarios de Tabasco, Guerrero, Campeche, Chiapas, Puebla, Quintana Roo, Veracruz, Yucatán, y el anfitrión Oaxaca. El acto fue organizado por la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), cuyo líder Francisco Cervantes repite en el cargo. 
Por cierto que, a diferencia de la Coparmex que tiene preparado un “plan alternativo” al de AMLO, la Concamin –que agrupa a 46 ca?maras nacionales, 14 ca?maras regionales, tres ca?maras gene?ricas y 46 asociaciones de diversos sectores productivos- se ha sumado a varias acciones del nuevo régimen.
Como usted sabe, López Obrador se comprometió con una política de “crecimiento con bienestar” –como define también el desarrollo-, en el que se buscaría disminuir la desigualdad del sur-sureste con respecto al centro y norte del país.
Para la región habló en Oaxaca de “cuatro eslabones” de la cadena del desarrollo: impulsar la economía popular, proyectos estratégicos, apoyar a la iniciativa privada y fomentar la inversión extranjera y el comercio exterior.  Comprometió “una inversión pública sin precedentes” que generará empleos en Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas y Tabasco. Esto con el Tren Maya. El otro ambicioso proyecto es el Plan para el Istmo de Tehuantepec-Golfo, con impacto directo en Oaxaca y Veracruz.
Entre algunos de los datos que destacaron los asistentes a la forma del Pacto Oaxaca es la gran diferencia entre el crecimiento del PIB en el norte y centro –que se mantiene en un promedio del 4 por ciento-, y lo que sucede en el sur-sureste donde sólo Yucatán y Quintana Roo logran acumulados del más del 3 por ciento. Entre los más golpeados por la crisis se cuentan Tabasco y Campeche, con registros negativos en 2016, 2017 y 2018.  Los datos oficiales indican que esta región tiene el 28 por ciento de la población total del país pero sólo aporta 18 por ciento del PIB. Claro que en las cuentas nacionales restan la aportación de los hidrocarburos y la generación de energía eléctrica, recursos sin los que el centro-norte no podría crecer.
Eduardo Sojo, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), apuntó que la región del sur-sureste se caracteriza por la informalidad en la que labora el 70 por ciento de su población, a lo que se suma una caída de más del 50 por ciento en gasto público en infraestructura.
Como parte de la estrategia de AMLO –aparte de los grandes proyectos que incluyen la refinería en Dos Bocas y una extraordinaria inversión para aumentar la extracción de petróleo-, resulta prioritario el rescate al campo donde aplica sus programas Sembrando Vida y Crédito a la Palabra; así como el apoyo a las micro empresas, talleres y pequeños comercios.
Para la región se anunció además en mayo pasado una propuesta de Plan de Desarrollo Integral elaborado por la Cepal  y que incluye a los estados del sur sureste junto a los países centroamericanos Guatemala, Honduras y El Salvador. Importa la integración de los diversos planes.
 
AL MARGEN
NO SÓLO hay un pacto para el sur sureste. En mayo de este año los gobernadores de la región Centro-Bajío firmaron el denominado “Pacto de San Miguel de Allende”, porque fue convocado en esa localidad. Lo acordaron los mandatarios Marti?n Orozco Sandoval (Aguascalientes), Diego Sinhue? Rodri?guez Vallejo (Guanajuato), Francisco Domi?nguez Servie?n (Querétaro) y Juan Manuel Carreras Lo?pez (San Luis Potosí). Como testigo de honor acudió Enrique Alfaro Rami?rez (Jalisco).
Conforme a la declaración oficial, el “Pacto de San Miguel” establece mecanismos de intercambio de informacio?n, asistencia te?cnica y colaboración en diversas áreas. 
Lo determinante es que estos acuerdos inter-regionales no queden sólo en el papel. De alguna manera deberá enfrentarse lo que ya advierte la Cepal: una contracción en la inversión extranjera. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )