UNA FORMALIDAD DE CAMPAÑA, DEBATES PRESIDENCIALES

Jueves, 05 de Abril de 2012 00:46 Editor
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Escala Crítica/Columna diaria
*El 6 de mayo, primer encuentro; debe cambiar formato
*Necesario mayor análisis de propuestas y compromisos
*Calles: empoderar a los ciudadanos y agenda popular

Víctor M. Sámano Labastida

LOS CUATRO candidatos a la Presidencia de la República afirman estar interesados en debatir con sus adversarios. Lo mismo aseguran los tres candidatos al gobierno de Tabasco y los aspirantes en los otros seis estados donde habrá relevo del Ejecutivo. Los encuentros públicos entre los aspirantes a Los Pinos están regulados por el Instituto Federal Electoral y sólo se prevén dos confrontaciones. En Tabasco, la ley no obliga ni prevé este tipo de encuentros.

Josefina Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri, estarán en un mismo escenario el próximo 6 de mayo en la Ciudad de México. El segundo y último debate será en una ciudad del centro del país, con fecha y sitio aún por definir.

ALTAS Y BAJAS

En el 2006, el primer debate entre los entonces aspirantes a la Presidencia ocurrió sin la participación del “puntero” en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador. A ese encuentro sólo acudieron Felipe Calderón (PAN), Roberto Madrazo (PRI), Patricia Mercado (PASD) y Roberto Campa (Panal). Al segundo y último debate, a sólo un mes de las elecciones, acudió finalmente López Obrador, quien ahora plantea la necesidad de un encuentro semanal de los aspirantes para discutir sus propuestas.
En abril de 2011 fue difundido un cable diplomático filtrado a la organización WikiLeaks, según el cual dos meses antes de las elecciones presidenciales, el dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), Manuel Espino, se reunió con personal de la Embajada de Estados Unidos para anunciarles que “había hablado con Roberto Madrazo, candidato del PRI, y los dos acordaron enfocar sus respectivas energías para erosionar el apoyo a Andrés Manuel López Obrador”.
AMLO era entonces el rival a vencer.
Mucho se ha criticado el formato de los debates, porque impide realmente discutir las propuestas y confrontar la capacidad de los candidatos. Por lo general se limitan a exponer los temas ya conocidos a lo largo de las campañas.
Algunos interesados en los temas han planteado la necesidad de una discusión más pública, más abierta, en la que los ciudadanos puedan plantear sus inquietudes a los candidatos.
Sin embargo, el tiempo de las campañas es muy corto, que ahora prácticamente todo se limita a unos cuantos recorridos en las principales localidades del país y a un intenso bombardeo de anuncios.
Hay quienes ubican el primer debate político-electoral en el país transmitido por televisión aquel que sostuvieron Samuel del Villar (PRD) y Carlos Almada (PRI), en 1994 en el IFE. Aunque entre candidatos a la Presidencia, el primer encuentro público formal fue en mayo de ese mismo año entre los aspirantes Ernesto Zedillo (PRI), Cuauhtémoc Cárdenas (PRD) y Diego Fernández (PAN).

FOROS CIUDADANOS

SEGÚN ESCRIBIÓ Jorge Calles Santillana (Campañas: ¿Qué Podemos Hacer?, PRESENTE 02/IVI2012), a pesar de una serie de vicios que persisten y otras limitaciones recientemente adquiridas en el proselitismo electoral, existe un escenario que hace posible una elección diferente a la de hace seis años y mucho más a la de otras épocas: las condiciones de la contienda y el empoderamiento tecnológico de los ciudadanos. Un mayor acceso a Internet y al uso de las computadoras, aunque disparejo en las regiones.
Sostiene Calles Santillana que la mayoría de los ciudadanos, aún cuando tengan preferencia por algún candidato, están ahora más abiertos “a las propuestas de los otros” de manera que, a diferencia del 2006, “el entorno aparece menos cargado; propicia más la reflexión y, hasta cierto punto, el diálogo”.
En efecto, si bien las leyes electorales resultaron contraproducentes para propiciar el contraste de propuestas entre partidos y candidatos –aunque nos falta ver cómo se las ingeniarán para darle vuelta a las prohibiciones-, nada impide que sea la propia población la que provoque, exija y oriente el debate público. Hay poco tiempo, cierto.
Aboga el autor de la columna Sin Fronteras, catedrático e investigador en temas de comunicación, por la iniciativa de los usuarios de las redes del espacio electrónico para que aprovechen sus “poderes de intervención pública” logrando “cierto control sobre las campañas”.
¿Cómo? Con grupos de observación “encargados de monitorear las propuestas de los cuatro aspirantes”, Vázquez Mota, López Obrador, Quadri y Peña Nieto. Y detalla: “El trabajo podría consistir en llevar un recuento puntual y preciso de los abordajes de los aspirantes sobre los temas prioritarios de la agenda nacional.  Ofrecer información y análisis sobre sus propuestas en materia de seguridad, empleo, educación, monopolios y gobierno.  Pero es posible también concentrar análisis de esas propuestas y artículos de opinión sobre candidatos y proyectos”. 
También podrían y deberían usarse las redes para organizar foros públicos, pues de acuerdo a la ley los candidatos sólo celebrarán dos debates, escasos, acartonados y prácticamente inútiles en su formato actual. Comparto la idea de Calles Santillana sobre la perspectiva ciudadana que deben tener los temas de la agenda común. Seguramente el lector tiene sus preguntas sobre cómo pretenden los candidatos y la candidata a la Presidencia atender asuntos como la seguridad pública, la violencia, el desempleo, los bajos salarios, la impunidad, la corrupción, las inundaciones, la pobreza…y una larga, larga lista.
Los aspirantes a los cargos públicos, y en particular a la Presidencia del país, no deben ser imágenes más o menos vendibles sino personas con ideas, proyectos, conocimiento y compromiso con los mexicanos.
A reserva de abundar en el tema, me parece que se puede ir más allá de las meras campañas electorales y la disputa de los votos: creo que es posible que aprovechando la oportunidad de la efervescencia política los ciudadanos propongan y discutan mecanismos para después de las urnas. Cómo hacer, con qué herramientas, no sólo para vigilar que los eventuales ganadores de las elecciones cumplan con sus ofertas, sino para impedir que instalados en el poder ignoren a la población de la que sólo se acordarán dentro de tres o seis años.

AL MARGEN
UNOS 27 estudiantes fueron detenidos por la policía al desalojar una protesta que los jóvenes mantenían desde el 5 de marzo en el Instituto Tecnológico Superior de Macuspana, quienes exigían la renuncia del director Enrique Bellizia. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )