Percepción, violencia y seguridad pública; quitar el piso social y glamour al crimen

Jueves, 09 de Enero de 2020 00:57 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Piden AMLO y Adán Augusto no hacer “apología del delito”
*Combatir la subcultura del miedo; construir la tranquilidad
*Renuncia Narváez Osorio; listo el relevo en Educación
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
PARA cambiar la percepción hay que cambiar las realidades, sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador en relación al concepto que en el mundo se tenía y tiene de México por la violencia. Estamos avanzando, hemos ido ganando terreno, expresó en septiembre de 2019 ante los presidentes del Poder Judicial de todo el país; pero reconoció que es una tarea en la que todavía hay mucho por hacer. Al inicio de este año calificó como principal reto “serenar al país”.
Meses antes, en julio pasado, AMLO se había referido a un tema que ahora ha cobrado actualidad en Tabasco a raíz de un exhorto que hizo el gobernador Adán Augusto López Hernández para evitar la “apología del delito”.
En aquella ocasión, el Presidente se refirió a las llamadas “narcoseries” como parte de una sub cultura que promovía un tipo de vida ficticio basado en un supuesto éxito asociado a la delincuencia organizada (y a todo tipo de ilícitos); en el caso local, el gobernador comentó que personas malintencionadas se dedican a fomentar rumores contra la seguridad y la tranquilidad de la población. Esto último en específico por las amenazas que circularon tras la captura de un presunto delincuente. 
Tanto el mandatario federal como el estatal en su momento llamaron a un ejercicio responsable de la libertad de expresión. 
 
LO QUE SE DICE, LO QUE ES
EL TEMA de los hechos y la percepción, de la interpretación de las causas y efectos violencia, así como su difusión por diversos medios, es motivo de polémica. Ha sido objeto de estudios desde la antropología, la sociología, la criminalística, etcétera.
En este espacio comentamos ya situaciones contradictorias, como el hecho de que durante varios años recientes Villahermosa, la capital tabasqueña, aparecía en los reportes periodísticos como “la ciudad más violenta” e insegura. Aunque en realidad los textos estaban basados en datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI sobre percepción de inseguridad.
Resulta que en el Sistema Nacional de Seguridad Pública ciudades como Chilpancingo, Acapulco, Ciudad Juárez, Tijuana, entre otras, aparecían en sus listados con más homicidios, agresiones y delitos, pero en las encuestas “la percepción” colocaba a la capital tabasqueña por encima de todas. Una hipótesis: es cierto que para modificar la percepción hay que actuar sobre los hechos, pero también que un elemento determinante es la difusión de los sucesos. Aquí la forma es fondo. Hay, por supuesto, elementos que tienen que ver con la confianza hacia las autoridades, la eficacia en la respuesta a la denuncia, el propio entorno en el que convive la población.
Es una batalla de percepciones, interpretaciones e intereses. 
 
ROMPER UN CÍRCULO VICIOSO
 
SIN ignorar que México entró en una espiral de violencia desde finales del 2006, le refiero brevemente una polémica originada en 2017 por el reporte del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) que colocó a nuestro país como uno de los más violentos del mundo. De inmediato, las secretarías de Relaciones Exteriores y de Gobernación  respondieron entonces que las conclusiones de IISS eran erróneas.
En defensa de la imagen nacional, las autoridades acudieron a un informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de 2014, en la que países como Honduras, Venezuela, Belice, Colombia o Brasil, registraron tasas de homicidio superiores a las de México.
El deterioro de la imagen de nuestro país viene de mucho tiempo atrás y se agudizó con la declaratoria de Felipe Calderón a la “guerra contra el narco”. Pero el modelo del mexicano violento fue construido en parte por la industria cultural, especialmente en la televisión. Se requiere una intensa labor para revertir este concepto ampliamente difundido fuera de nuestras fronteras. 
En relación a las “narcoseries” que promueven un estilo de vida idealizado y ficticio, López Obrador señaló que no se pretende “prohibir (la difusión de) ese mundo ideal, de fantasía” sino de “dar a conocer otro”; realizar una campaña contra las adicciones con programas de integración social “para darle más opciones a los jóvenes”.
Lo mismo sería frente a los hechos delictivos y de violencia. Evitar la apología del delito al tiempo que combatir las condiciones en las que se generan y desarrollan los ilícitos. Quitarle el piso social a la delincuencia; romper el ciclo vicioso del glamour asociado al delito y poder colocar como en las películas del cine negro de antaño: “el crimen no paga”.
 
AL MARGEN
 
COMO era previsible, una vez que se confirmó su integración en la terna de donde la Junta de Gobierno de la UJAT designará al nuevo rector, Guillermo Narváez Osorio renunció a la titularidad de la Secretaría de Educación de Tabasco, cargo que asumió en enero de 2019 junto al equipo del gobernador Adán Augusto López Hernández. Fue el propio mandatario quien informó de esta decisión y señaló que estaba ya analizando perfiles para encabezar a la Setab. Trascendió que esa resolución fue tomada hace varias semanas y sólo falta formalizarla. Como encargado despachó desde ayer el subsecretario Fernando Calzada.
La terna que ahora está en manos de la Junta de Gobierno de la UJAT la completan Dora María Frías Márquez y Arturo Garrido Mora. Se da por hecho que Narváez Osorio asumirá el relevo de José Manuel Piña Gutiérrez; la doctora Carolina Martínez, participante en la primera etapa de la contienda se inconformó –“la terna se conocía antes de la votación”, dijo-, y señaló que hacen falta cambios profundos en las normas y prácticas universitarias. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )