Petróleo: más que un “boom” se requiere desarrollo sostenido para la economía

Miércoles, 15 de Enero de 2020 00:22 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Ya salvamos a Pemex, dice AMLO; vienen dos años cruciales
*Propiciar la industrialización y la apropiación de la tecnología
*PRI, PAN y PRD, las prisas por liderazgos y reestructuración
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
CONFORME los datos oficiales con la Reforma Energética de Enrique Peña Nieto se entregaron 110 contratos a particulares para explotación de petróleo en tierra, aguas someras y aguas profundas. Transcurridos cuatro años, las empresas privadas apenas están aportando 10 mil barriles diarios del total de un millón 735 mil que se obtienen en total en el país. Pemex consigue la mayor parte.
Por mucho tiempo, y  al menos durante este sexenio, el papel de Petróleos Mexicanos será fundamental. De los resultados de sus planes y acciones depende el futuro del país y del proyecto gubernamental de transformación. Por supuesto que en mayor medida también depende el futuro  de entidades petroleras como Tabasco y Campeche.
Tanto el presidente López Obrador como el director de la petrolera, Octavio Romero Oropeza, refieren que se frenó la caída en los volúmenes de extracción; una inercia que tenía más de 14 años y que se agudizó en el sexenio pasado. La meta más ambiciosa es lograr en el 2024 un promedio de 2 millones 480 mil barriles diarios.
Pero junto a esto hay otro objetivos tanto o más ambicioso: que en la segunda mitad del sexenio Pemex se convierta en palanca del desarrollo y del cambio social, que aporte recursos para la nueva “economía del bienestar”, en oposición al modelo neoliberal que se propone dejar atrás.
Dijo recientemente el presidente López Obrador: “Uno de los logros del gobierno en este año y un mes que llevamos es que salvamos ya a Pemex y se recuperó la producción petrolera”. Por supuesto que la crítica no opina lo mismo, pero más nos vale que estemos en el camino correcto.
Para estados como Tabasco no se trata sólo de hablar de un nuevo auge petrolero –los auges o “boom” representan una riqueza efímera y concentrada-, sino del ingreso a un verdadero y duradero proceso de desarrollo, con una economía sustentable.
 
INDUSTRIALIZACIÓN Y TECNOLOGÍA
EN SEPTIEMBRE de 2013, cuando estaba en pleno debate la Reforma Energética impulsada por Peña Nieto, el economista Alejandro Nadal publicó en el diario La Jornada una reflexión esclarecedora contra el propósito de la destrucción de Pemex mediante la acción privatizadora. Lo cito ahora porque me parece que sus argumentos son actuales, en el sentido de cómo se debe aprovechar la recuperación del sector.
Apuntó Nadal: “Hay dos lecciones importantes que se desprenden de las experiencias exitosas de industrialización tardía, en especial del caso de Corea del Sur. Las dos lecciones son relevantes para analizar el caso de la destrucción de Pemex y las implicaciones de la privatización de los hidrocarburos. La primera es que el desarrollo industrial se construye fortaleciendo los eslabonamientos inter-industriales, es decir las relaciones que conectan ramas medulares de la actividad manufacturera con actividades auxiliares o periféricas. (…) Sin estos eslabonamientos no hay multiplicador de empleo, ni efecto de arrastre para el resto de la economía”.
La segunda lección, añadió, “es que la adquisición de una capacidad tecnológica propia, endógena, requiere de inversiones y de una política tecnológica. El sendero para adquirir capacidades tecnológicas es distinto en cada caso, en cada proceso y en cada producto. Pero siempre hay un denominador común: adquirir capacidad tecnológica es el resultado de un esfuerzo deliberado y continuado”.
El desafío del gobierno de la 4T es precisamente adquirir y desarrollar de manera planificada la capacidad tecnológica, aprovechando sobre todo la ya existente en el país. Aquí volvemos a lo señalado en una anterior colaboración respecto a la importancia de la educación técnica y profesional.
Hemos comentado cómo en Pemex, desde el inicio de periodo neoliberal (principios de los ochenta), se desmanteló el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) y los ingenieros de la entonces paraestatal fueron relegados al papel de supervisores. También las poblaciones quedaron reducidas a reservas de mano de obra barata y no especializada, con los costos del deterioro ambiental y social. Algo que no debe volver a suceder.
 
AL MARGEN
 
CON EL AÑO arrancó el reacomodo interno en los partidos con miras a la crucial elección del 2021. Para Tabasco estarán en disputa las 17 alcaldías y las diputaciones locales; a nivel nacional se competirá por la estratégica mayoría en las diputaciones locales. En el país se decidirán en total 4 mil 500 cargos, incluidas 13 gubernaturas.
El PRI tabasqueño formalizó ya la designación de Dagoberto Lara Sedas y Katia Ornelas Gil, como Presidente y Secretaria General, por el periodo del 2020-2024; en tanto, el dirigente del PAN Pedro Hidalgo anunció la instalación de su Consejo Electoral.
En el PRD, el ex alcalde Javier Cabrera Sandoval se presentó como aspirante a dirigir el partido que aún comanda Darvin González; el ex edil de Jalpa de Méndez representa al grupo de Juan Manuel Fócil. Aunque parezca broma también anunció sus intenciones de encabezar a los solaztequistas el actual diputado Agustín Silva. Trascendió que el grupo identificado con Gerardo Gaudiano podría apostar por el ex alcalde Héctor Peralta Grappin; en tanto que la corriente de González Ballina estaría impulsando a José Trinidad Noriega. 
A la cabeza del gobierno estatal entre 2013 y 2018, el PRD tabasqueño debe resolver sus conflictos internos, las dificultades financieras y la dispersión provocada por la derrota electoral en su alianza con el PAN. Mientras, Morena sigue en suspenso. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )