Sector salud: sesgos políticos, entre cobertura y calidad, reestructuración

Viernes, 17 de Enero de 2020 00:39 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria   

* Insabi vs Seguro Popular: menos énfasis político, más especialistas 
*Los recursos perdidos: necesaria una auditoría estado por estado
* Más allá de las camisetas: derecho a la atención médica digna 
 
Víctor Manuel Sámano Labastida
 
UNA LARGA lista de irregularidades pesan sobre el Seguro Popular creado por Vicente Fox y desaparecido por decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador, luego de tres sexenios obscuros. Una barredora a la corrupción. Ayer nos referimos al tema. El factor político pesa en las controversias suscitadas por la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). 
Las camisetas partidistas nublan políticas de salud y  valoraciones en la opinión pública. No es saludable enfocar este problema a partir de la simpatía política. Volveremos a ello. 
De acuerdo a las cifras antes oficiales, el Seguro Popular dio cobertura médica a 50 millones de personas servicios médicos institucionales. Siguió en el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018), cuando se anunció que la cobertura creció 30%. Pero también se vieron obligados a depurar un padrón inflado.
 
SALUD SON VIDAS
 
ESTE AÑO 2020 el Seguro Popular desaparece por ley; el gobierno de AMLO sostiene que la cobertura se mantendrá y ampliará, con mayor calidad en atención médica. Las quejas son por chanchullos y malos manejos del sector, que rondan los 8 mil millones de pesos anuales, según el actual Subsecretario de Promoción para la Salud, Hugo López-Gatell.
En los hospitales reina un compás de espera marcado por la confusión en el procedimiento: se solicitan pólizas del Seguro Popular, mientras que en la nueva Ley de Salud dice que para ser atendido “sólo es necesaria una identificación: CURP, acta de nacimiento o fotocredencial del INE”. Se estableció el plazo del primero de diciembre de 2020 para que haya servicios médicos y medicinas gratuitos.
En esta trama pesa el factor político porque resulta inevitable como parte del duelo que sostienen desde hace 13 años Felipe Calderón y el ahora presidente López Obrador. En menor medida, esto se vio con las guarderías que instrumentó el PAN, cuyo financiamiento sufrió un viraje drástico. 
Los críticos señalan que en el calor de la prisa por cambiar, se hace tabla rasa en varios sectores, para comenzar de cero. Es un peligro recurrente. Pero también no deben echarse en saco roto los señalamientos de la necesaria planeación, porque en materia de salud el costo del tiempo y aprendizaje representa vidas. Hay tratamientos médicos que no pueden interrumpirse.
 
EN BUSCA DEL DINERO PERDIDO 
 
LA AUDITORÍA Superior de la Federación (ASF) ofreció datos preocupantes sobre el sector salud en los estados: no aparecen 71 mil millones de pesos que se entregaron como partidas federales, entre 2005 y 2018. También, en el llamado “Fondo de Aportación para la Salud”, se esfumaron 28 mil millones de pesos. Son aportaciones federales que los estados no invirtieron porque no hay documentos comprobatorios. Se presume, explica la analista Viridiana Ríos, que “este dinero funcionaba como caja chica de los gobiernos estatales”. 
Ahora, camiseta partidista por delante, los gobernadores de Jalisco y Guanajuato anunciaron que no entrarán al acuerdo federal del Insabi. Sería bueno que, mientras tanto, se ubique en dónde quedaron los fondos no comprobados: 528 millones en Jalisco, 958 millones en Guanajuato. Desde luego, hay otros estados que se sirvieron con cucharón. 
Aspecto delicado de esta historia es la compra de medicinas y el contubernio entre directores de hospitales y empresas farmacéuticas. A nivel estatal, se insiste, no aparecen comprobaciones del uso de fondos federales destinados al sector salud. Un indicio del agujero es el precio asignado a medicinas, con sobreprecios detectados al cuádruple. Aunque ni así se ajustan las cuentas, según el reporte de la ASF. Más bien, “habrá que identificar en cada estado las obras que no se realizaron y el equipo que supuestamente se compró, pero no aparece. La supervisión, hospital por hospital, llevará medio año más”. La corrupción es una enfermedad contagiada a lo largo y ancho del país. 
El sesgo político para discutir sobre el sector Salud es un error de fondo que contamina las formas. Lo que importa es la salud de los mexicanos; ignorarlo representa una alta factura social y económica.
 
AL MARGEN
 
SERÁ este fin de mes cuando el presidente López Obrador visite nuevamente Tabasco en plan de trabajo, su primera del año. Arrancará entonces una obra largamente esperada y con alto simbolismo: el dragado del puerto de Frontera. Así lo confirmó el gobernador Adán Augusto López quien además dio detalles sobre una conversación privada que mantuvo con el mandatario federal en el reciente encuentro de gobernadores en la Ciudad de México.
Por otra parte, en materia de salud López Hernández aseguró que en Tabasco está operando con normalidad el Insabi, que sustituye al Seguro Popular. Lógicamente hay que ir corrigiendo detalles y estar atentos al pulso de los pacientes y sus familiares. Mientras, en lo que fue calificado como “un hecho histórico” para el Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET), que dirige Fernando Mayans, supervisó el mandatario la adquisición de equipamientos médicos de alta tecnología para el Centro de Especialidades Médicas  “Dr. Julián A. Manzur Ocaña”.
CORRESPONDIÓ al poeta Francisco Magaña ser el orador oficial del homenaje realizado ayer a Carlos Pellicer, en el aniversario 123 de su natalicio. Encabezó el acto la secretaria de Cultura, Yolanda Osuna Huerta. Habrá otras actividades conmemorativas.
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