Las cuentas incompletas e ineficiencia en México: registro del PIB sin ingresos

Lunes, 20 de Enero de 2020 22:26 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*No podemos discutir el crecimiento sin saber cómo se distribuye
*Tiene el país problemas culturales y estructurales: Firdaus Jhabvala
*Los monopolios generan altos costos; el mercado nos castiga
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
HABLAR del Producto Interno Bruto (PIB) y del crecimiento económico resulta para la mayoría de la población un tema de especialistas, algo que sucede en las alturas de una macroeconomía que no sólo ignora sino que además pareciera no importarle. Para el economista y doctor en Planeación, Firdaus Jhabvala, lo que ocurre es que el tema del crecimiento en México está mal planteado: le falta un elemento central que es la medida del Ingreso Interno Bruto (IIB).
Es precisamente el dato del ingreso real del productor, del trabajador, lo que no sólo nos dará la verdadera medida del crecimiento con desarrollo, sino que además permitirá a la población –y por supuesto a los gobiernos-, saber hacia dónde camina un modelo de economía.
Otro factor que debemos resolver en el país, comentaba en una reciente entrevista, es el de la eficiencia: en los servicios, en la producción, en la administración.
 
DILEMA: CRECER O NO CRECER
  
DESDE el inicio de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador sus críticos han contrapuesto los datos del crecimiento logrado mes con mes a las cifras supuestamente obtenidas en gobiernos anteriores. La economía está muy mal, sostienen. Para el actual gobierno federal el tema no son los porcentajes del crecimiento del PIB sino lo que se ha logrado con la distribución de la riqueza y el desarrollo. Para el empresario Carlos Slim, más que uno o dos puntos en el PIB lo que importa es que existan condiciones para la inversión y unas finanzas sanas.
Las metas del crecimiento económico se lograrán, sostiene AMLO, al insistir en que durante el pero del llamado “desarrollo estabilizador” en México tuvimos porcentajes de crecimiento de hasta 6 y 7piuntos, contra los 2 o 3 del periodo neoliberal. 
Le decía que Firdaus Jhabvala, conocedor de las finanzas nacionales y mundiales,  autor de varios estudios sobre Tabasco, tiene un enfoque complementario: sostiene que resulta ocioso discutir el crecimiento del PIB si no tenemos otro dato fundamental: el ingreso de la población. Y no con las encuestas que hace el INEGI que se basan en los censos y declaraciones de la población, sino con métodos más rigurosos. Incluso, me dice, se tienen que hacer registros del producto y del ingreso a niveles más detallados (estatal, regional, municipal, etcétera).
En los países modernos, apunta, “se toma en cuenta que hay un producto que la economía va produciendo pero simultáneamente a la creación del producto, hay un ingreso correspondiente. Lo correcto es que cuando se presentan las cuentas económicas para medir el crecimiento se debe medir también quiénes están recibiendo los beneficios, y no sólo cuánto se produce. En México no ocurre”.
Pero nuestro país no sólo tiene un inadecuado registro del crecimiento y la distribución de su riqueza, sino que padece un grave problema de ineficiencia.
 
COSTOSA INEFICIENCIA
 
EN OTRA conversación que sostuve con este estudioso originario de India y nacionalizado mexicano me expuso su preocupación por los lastres no sólo culturales –“la excesiva superstición y la resistencia al pensamiento científico”-, sino también estructurales que impiden el mejoramiento de nuestra economía y por lo tanto la calidad de vida de la mayoría. Existe, comentó, una gran ineficiencia. Pero no sólo sucede con la administración pública, también con la privada. 
Cita ejemplos: “El banco al que uno acude en 2019, después de haber sido privatizado con la promesa de una gran calidad, te hace esperar para un simple trámite que finalmente no realizas. Acudes a los cajeros y no tienen dinero; vas con los ejecutivos, no te atienden, etcétera…”   Agreguemos a esto que de acuerdo a la Condusef, las sucursales bancarias en México cobran comisiones más altas que en sus países de origen; del 10 hasta el 18 por ciento más, y un mal servicio de acuerdo al registro de quejas.
También, comenta Jhabvala, “otro ejemplo de la ineficiencia de un sector público pero ya privatizado que son las líneas aéreas. Hace diez años  un boleto de Houston para Villahermosa costaba unos 250 dólares, el mes pasado se pagaba poco más de mil dólares para el mismo vuelo”. Pero además con pérdida de tiempo porque se debe pasar por la Ciudad de México. Interroga: ¿Cómo llegas a esa situación? Responde: “Sólo a través del abuso y eso es posible porque no hay competencia”. Adelanta que Emiratos Árabes cubrirá la ruta México-Barcelona y ofrece de ida y vuelta 60 por ciento más barato que Aeroméxico.
Agregó mi entrevista: Si como gobierno no puedes asegurar eficiencia el mercado te va a castigar. Si uno vive en Estados Unidos o Canadá y está pensando hacer turismo en Tabasco, en la decisión pesarán los costos del vuelo. Es muchísimo más barato, unos 200 dólares, viajar a Las Bahamas. Nunca vas a poder un sector turístico pujante contra esas tarifas monopólicas”.  
Así pues “la eficiencia va a determinar tu crecimiento económico. Los ingresos gubernamentales están dentro de este marco”. Esto mismo se aplica a los objetivos de mejorar el desempeño social de la economía.
 
AL MARGEN
 
LA NUEVA ola migratoria procedente de Centroamérica obliga a un plan regional del sur sureste ante la política de que la zona sea una cortina de contención: salud, empleo, seguridad, son los temas prioritarios.