La losa de Lozoya, una bomba de tiempo; Presidentes y directivos jugaron lotería con Pemex

Viernes, 21 de Febrero de 2020 00:37 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*Con Fox, Calderón y Peña se gastaron en proyectos irrealizables
*Romper la maraña será una sacudida no sólo para la empresa 
*En Brasil, la investigación Lava Jato llevó a una red internacional
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
A PRINCIPIOS de 2013, el ingeniero Francisco Garaicochea, líder del Grupo de Ingenieros Pemex-Constitución del 17, advirtió que “la probabilidad de recuperar un recurso prospectivo, o sea una reserva por descubrir (…) es menor del 10 por ciento, y puede ser tan baja como la de jugar a la lotería o al Melate”. Se refirió así al proyecto de aguas profundas continuado por Enrique Peña Nieto y Emilio Lozoya. El especialista es ahora consejero de Pemex.
En agosto del 2012, la todavía paraestatal había solicitado que le autorizaran para el año siguiente un presupuesto de 340 mil millones de pesos (mmdp) para proyectos ambiciosos. Visto a la distancia, puede afirmarse que no fue el país sino un grupo privilegiado el que finalmente se sacó la lotería…hasta que detuvieron a Emilio Lozoya en España.
La interrogante es, como le decía ayer, cuánto se jalará este hilo de la maraña de intereses que ya se había venido denunciando en muy arriesgadas investigaciones periodísticas como las realizadas por Anabel Hernández y Ana Lilia Pérez. De esta última, gracias a las gestiones del ya fallecido Alfredo Hernández Peñaloza, se presentó en Villahermosa en marzo de 2012 su libro “El cartel negro”, que documenta el saqueo de Pemex desde los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón.
 
LAVANDERÍA TRANSNACIONAL
PUBLICÓ Anabel Hernández en octubre de 2019: “Oro Negro se llama la empresa mexicana de servicios petroleros, contratista de la paraestatal  Petróleos Mexicanos (PEMEX),  que ha desencadenado en los últimos días un nuevo escándalo de corrupción en México. Por la información que hasta ahora se conoce, puede ser aún de mayor dimensión que el caso de "Lava Jato” en Brasil, que involucró sobornos  de más de 30 millones de dólares pagados por la empresa Odebrecht a ejecutivos de la paraestatal Petrobras. Escándalo que derivó en una investigación que terminó llevando a la cárcel al ex presidente Luis Ignacio Lula da Silva”. (Contracorriente, dw.com)
Le decía ayer que la captura de Lozoya Austin nos remite a la investigación brasileña denominada “Lavado de Autos” (Lava Jato), iniciada en marzo de 2014 y que destapó otro asunto más delicado: el de Odebrecht, una maraña de corrupción multimillonaria que ahora se sigue en más de diez países. Lo que comenzó como un asunto local anti corrupción alcanzó niveles inesperados y fue retomado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, con todo lo que eso implica.
Aunque los reflectores están ahora en Emilio Lozoya, ya el abogado del acusado, Javier Coello Trejo, adelantó su defensa: “No se mandaba solo”. Y agregó en entrevista con Carmen Aristegui (12/02/20): “Situaciones como el caso Agronitrogenados, Fertinal, Odebrecht, ¿el presidente no estaba enterado? ¡Claro!, y además hay acuerdos por escrito. El presidente no firma nada, al presidente le llevan los acuerdos y él palomea, pero los acuerdos están la papelería de la Presidencia de la República”, en referencia a Peña Nieto.
 
FRENAR EL CHANTAJE
 
MEDIOS internacionales refieren que los caminos de la investigación conducen al ex presidente Peña. La duda es dónde cortarán el hilo de esta madeja que –según trabajadores petroleros- no fue posible sin la complicidad de una amplia red interna que venía desde por lo menos dos sexenios anteriores. No falta quien nos recuerde –como lo hizo en su  momento el Comité Nacional de Estudios de la Energía- aquella advertencia, casi amenaza, hecha en enero de 1986 por el entonces líder petrolero José Sosa Martínez a Miguel de la Madrid: “Si se hunde Pemex, se hunde usted, nos hundimos todos, se hunde el país”. Era una desesperada defensa del grupo sindical.
En el ambicioso proyecto de Lozoya y Peña Nieto en 2013 figuraba reducir las importaciones de gasolina a la mitad, llegar a los 2.6 millones de barriles en producción y concluir una nueva refinería (la de Tula, Hidalgo), que finalmente se canceló.
Pero desde mucho tiempo antes el control de la todavía paraestatal fue quedando en manos externas vinculadas a los directivos, como lo señaló Francisco Garaicochea –uno de los críticos más firmes de la reforma energética de Calderón y Peña Nieto. 
Publicó en agosto de 2012 (El Universal): “Los ingenieros petroleros, geólogos y geofísicos, que se prepararon para aplicar sus conocimientos a la explotación racional de hidrocarburos, dedican ahora gran parte de su tiempo a la administración, el seguimiento y evaluación de las actividades relacionadas con los diversos tipos de contratos que administra Pemex Exploración y Producción (PEP)”. Meros supervisores o tramitadores.
Agregó: “Su preparación básica se enfocó a construir pozos, analizar y seleccionar la mejor forma de producir los hidrocarburos y explotar nuestros yacimientos, aprovechando su energía natural o con procedimientos de recuperación mejorada, mediante inyección de agua o gases, para mantener la presión y, simultáneamente, incrementar la recuperación final de su petróleo y evaluar reservas; pero estas actividades se han estado transfiriendo y las realizan las empresas transnacionales como Ryder Scott, Neatherland Sewell & Associates, Inc., DeGolyer and MacNaughton, y Quantum Reservoir Impact”.
AL MARGEN
LA SEGUNDA expropiación que propone el presidente López Obrador, nos dice Ricardo Decle, trabajador petrolero jubilado, pasa por la recuperación del control de las operaciones…y por el desmantelamiento de la red Fox-Calderón-Peña. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )