AMLO, poder político y poder económico: segundo round en Mexicali, cerveza sin florero

Sábado, 04 de Abril de 2020 00:24 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

* Poder, gobierno y empresarios: diferencias de visión, síntoma y causa  
* Democracia participativa y legalidad: jaloneos y verdades a medias
*Sociedad civil: información, decisiones colectivas, recursos naturales
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
EL INTERÉS de los empresarios e inversionistas está puesto en el anuncio que el domingo hará el presidente López Obrador para atender, desde la economía y la política, la parálisis provocada por la pandemia mundial. Ha insistido ese sector en señales que ofrezcan confianza; pero también AMLO ha pedido que el interés sea enfocado en los segmentos más débiles de la población. 
La frase presidencial definitoria: “no seré florero de nadie”. En plena tormenta por el Coronavirus, se produjo el caso jurídico que constituye el segundo round entre poder político y poder económico en México. Ocurre en momentos de tensión y al parecer los operadores del Palacio Nacional lograron encaminar soluciones. El síntoma es la firma estadounidense Constellation Brands, vía planta cervecera cancelada en Mexicali Baja California, con 900 millones de dólares en suspenso. 
 
SÍNTOMAS, CAUSAS Y AZARES 
 
EL SÍNTOMA contiene mucha información: la subsecretaria de Gobernación, Diana Álvarez, anunció (marzo 23) que se detiene la obra por “un ejercicio participativo”  (marzo 21 y 22) que involucró a 36 mil 781 personas que votaron (menos del 3% del padrón de BC). No la llamaron “consulta ciudadana” porque ese mecanismo ya figura en la ley que exige el cumplimiento de ciertos requisitos, entre ellos que el INE organice la captura de votos. 
El ejercicio se realizó a contrapelo de las medidas sanitarias por Covid-19, aunque en las 27 mesas instaladas hubo gel antibacterial, desinfectante y cubrebocas. De cualquier modo, el ejercicio participativo provocó reclamos de la cúpula empresarial. La firma estadounidense guardó silencio, a la espera de diálogo con el gobierno. 
El gobierno anunció que como resultado del “ejercicio participativo”, se negarían los permisos para la planta y se procedería a subsanar daños 
Terreno pantanoso: Constellation Brands tramitó (2016) permisos estatales y necesitaba el visto bueno federal. Con el cambio de poderes (2018) el caso pasó a revisión por litigios sobre daños ambientales. El gobierno habla de corrupción previa, pero ése no fue el motivo del cierre de la planta.       
Lo último: vía comunicado (marzo 27) Constellation Brands informó que respeta la decisión del gobierno y están listos para seguir invirtiendo en México. Se maneja la posibilidad de trasladar la planta a Nayarit. Aunque tampoco se descarta Tabasco donde públicamente el gobernador Adán Augusto López dijo: “En el caso de Constellation Brands, reitero el ofrecimiento para que se establezcan en Tabasco; aquí hay todas las condiciones favorables y las garantías para la inversión, y sobre todo, hay agua suficiente”. Refirió que hace algunos meses se reunió con los representantes de esta empresa para plantear la alternativa tabasqueña.
Recordemos que otra empresa con alto consumo de agua, esta sí mexicana y resultado de una cooperativa de trabajadores, inició en mayo pasado la construcción de una planta en Cunduacán: la Sociedad Cooperativa Pascual.  
    
AGUA VA Y FONDO DE LA OLLA  
 
EN EL CASO de la cervecera un punto clave es la diferencia de versiones en el uso del agua. Coparmex y el Consejo Coordinador Empresarial sostienen que la planta usaría el 0.2 por ciento del agua disponible en el Valle de Mexicali y, de pilón, Constellation Brands se compromete a reciclarla y devolverla para su uso en agricultura. En cambio, grupos ciudadanos y ambientalistas plantean que se usaría la quinta parte del agua disponible en la región del Valle de Mexicali. Diferencia abismal. ¿Quién miente?  
El síntoma refleja la causa de fondo: el pulso de grupos empresariales con el Presidente, y viceversa. Entre protocolos y anuncios de inversión por 30 mil millones de pesos, la inversión privada cayó 7% en 2019. AMLO toma nota. Mantiene relación cercana con Carlos Lomelín Salazar (Consejo Coordinador Empresarial) y tensa relación con Gustavo de Hoyos (Coparmex). Otros empresarios como Carlos Slim (Grupo Carso) y Ricardo Salinas (Grupo Azteca) juegan con diplomacia y astucia.
La élite empresarial exhibe enfoques de derecha neoliberal con rol de privilegios (que consideran bien merecidos), mientras que AMLO argumenta un enfoque de izquierda social que busca disminuir privilegios y fomentar equidad en la distribución de la riqueza.   
La frase clave de esta historia corrió a cargo de AMLO, en tiempos tempranos del sexenio: “Hay que separar el poder político del poder económico”. Lo dijo a propósito de la cancelación de la obra emblemática del Peña Nieto: el Aeropuerto internacional de Texcoco. La obra llevaba 35% de avance y la decisión de cancelarla implicó indemnizaciones por 60 mil millones de pesos. Además, se hicieron malabares con bonos de financiamiento colocados en La Bolsa, por 5 mil millones de dólares. El gobierno federal recompró y evitó demandas internacionales. El Presidente López Obrador anunció así que su rectoría política iba en serio. Adiós al florero. Ahora, con lo ocurrido a Constellation Brands en BC, llegó la segunda definición presidencial. La clase empresarial queda en modo reactivo, a remolque de las medidas presidenciales. Sostienen  que no es lo mismo cancelar una obra privada que una obra pública. El debate seguirá, aunque el presidente López Obrador informó que la firma internacional aceptó la vía de la conciliación y ahora buscarán reubicar la construcción de la cervecera. Interesante juego político, mientras a nadie se le ocurra dar un manotazo en la mesa.
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