El coronavirus y su aparente irremediable expansión; toca turno al continente americano

Jueves, 16 de Abril de 2020 00:23 Editor
Imprimir

 Escala Crítica/Columna diaria

*De las medidas drásticas a la administración de los contagios
*Determinante comprender la dinámica de la pandemia y su control
*Hoteles y centros educativos como centros de aislamiento
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
UNA EPIDEMIA como la que ahora afecta a México –pandemia por su expansión mundial- no se puede parar como por arte de magia o buenos deseos, sino que seguirán los contagios y sólo se puede buscar una transmisión más lenta para no saturar el sistema médico-hospitalario. Es lo que ha explicado hasta el cansancio el doctor Hugo López Gatell y es la experiencia en otros países.
Únicamente Nueva Zelanda aplicó un método distinto. En lugar de “aplanar la curva” decidió simplemente tratar de eliminarla, esto es frenar al máximo los contagios. Su sistema ha logrado mantener cierto control, pero no ha impedido que registraran hasta el martes 1,386 casos positivos y 9 muertes desde que el 25 de marzo fue decretado el “Estado de Emergencia”, con las medidas más restrictivas aplicadas en el mundo. La circunstancia de este país es especial ya que sólo cuenta con poco más de 4 millones de habitantes y está formado por dos grandes islas.
 
EL TSUNAMI VIRULENTO
 
DESDE que en diciembre del año pasado se reportó el primer caso de coronavirus, el contagio se fue extendiendo como algo inexorable; para los habitantes del planeta era cuestión de tiempo que este padecimiento les llegara. Hubo quienes aplicaron políticas restrictivas muy drásticas, y otros que mantuvieron cierto relajamiento. Hay casos conocidos como verdaderamente dramáticos (Italia y España), mientras que otros se ofrecen como modelo de respuesta más o menos organizada (Corea del Sur, Alemania, la propia China).
Cuando aún no se apaga la llama en Europa, Asia y parte de África, la prueba mayor viene para el continente americano. En la mayoría de nuestros países, cuya historia estuvo marcada por la construcción de sistemas públicos de salud administrados por el Estado (modelo europeo), se aplicó un esquema de privatización y desmantelamiento por lo menos desde los años setenta en Sudamérica con la irrupción de los gobiernos militares, y posteriormente a partir de los ochenta en países como México durante la llamada ola neoliberal o tecnocrática (modelo estadounidense). 
Precisamente uno de los temas polémico en la agenda de López Obrador al asumir la Presidencia fue la reorganización de todo el sistema de salud pública en México. Comenzó con una propuesta de volver a federalizar los servicios –reconcentrarlos-, establecer la atención universal e integrar el Instituto de Salud para el Bienestar, entre muchas otras medidas.
 
MÉXICOP RESISTE
 
EN NACIONES como Brasil, la mayor poblada de América Latina (212 millones de habitantes), esta pandemia llega cuando su actual gobierno aplicaba el más drástico recorte en los sistemas públicos de salud.
Hasta ahora, el país más golpeado en el continente es Estados Unidos que ya superó los 600 mil casos y reporta 30 mil muertos (diez veces más fallecimientos que los admitidos en China).
Brasil tiene más de 25 mil infectados y mil 500 muertos, Perú 10 mil positivos y 230 fallecidos, Chile 8 mil infectados y 92 muertos, seguidos de Ecuador con más de 7 mil 600 y 369 fallecidos. Este último país, de 17 millones de habitantes ha sido la trágica sorpresa; las imágenes y relatos que llegan de su drama son verdaderamente elocuentes.
En el contexto mundial, a pesar de su cercanía con Estados Unidos –el país con más infectados-, México se ubica en el lugar 36 de la pandemia por número de contagios oficialmente registrados. Ya se ha dicho que siempre existe una “cifra negra”, la de aquellos que no figuran en los documentos públicos; sucede en todo. Las autoridades han advertido que viene la fase crítica, en la que pasaríamos de los poco más de 5 mil infectados a una masificación riesgosa.
Hasta el 14 de abril una docena de estados habían superado los cien infectados por entidad: la Ciudad de México reportaba 1,556 en tanto que el Estado de México 602, son las más pobladas del país y con un intenso intercambio de personas, mercancías y servicios. En el orden les seguía Baja California, con 412 cuyo estatus se explica por la cercanía con Estados Unidos; en tanto que Puebla –estrechamente vinculado a la capital del país- estaba con 276; Sinaloa con 271, Quintana Roo –una entidad alta presencia de turismo- con 245 y Tabasco con 195, ocupando esta localidad el séptimo lugar. El caso tabasqueño ha llamado la atención por su lejanía del centro del país y por su característica rural, así como por lo reducido de su población.
Comprender la dinámica del contagio será útil no sólo frete a la circunstancia actual sino también futura.
 
MEJOR PREVENIR
 
HACE unas semanas comentamos con el investigador Javier Herrera una importante iniciativa y que ahora ha sido aplicada por el gobierno de Nuevo León: el uso de hoteles para hospedar al personal médico que atiende a pacientes de coronavirus y de esta manera evitar que los familiares de quienes están en la primera línea del combate a la epidemia sean contagiados. Algo similar se puede hacer en Tabasco y en otros estados.
De la misma forma,  el gobierno neoleonés dispuso de la ocupación de la Universidad de Ciencias de la Seguridad –fundada para la formación policial- como un centro provisional de aislamiento para pacientes que no requieran hospitalización y que no tengan las condiciones de separación en sus hogares. 
En cada entidad se siguen las medidas básicas dictadas por el gobierno federal, pero en varias de ellas han tomado acciones adicionales. Hay que replicar las mejores prácticas. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
Última actualización el Miércoles, 15 de Abril de 2020 21:29