Urgente retomar y reforzar la bioseguridad; acciones cruciales en el reinicio de actividades

Martes, 19 de Mayo de 2020 00:46 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*A principios de febrero, la OMS todavía no creía en la pandemia
*El “hubiera” nos puede servir para no repetir errores de previsión
*Aplicar las medidas de seguridad sanitaria en todos los niveles
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
EL OPTIMISMO es a veces mortal. Le cuento: “el coronavirus no es una pandemia y todavía puede evitarse”. Leo esto en un despacho informativo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 4 de febrero. Para entonces había 20 mil 630 confirmados con la enfermedad, de los cuales 20 mil 471 se ubicaban en China. Se calculaba en 425 el número de muertos. La OMS estimaba que aunque existe un gran movimiento de población y el virus era altamente contagioso, todavía podía evitarse su propagación. ¿Qué sucedió?
Veamos. En aquel  momento, el 99% de los casos de COVID-19 estaban en China y el 97% de las muertes en la provincia de Hubei. 
Dicen que el “hubiera” no existe, pero la experiencia nos indica que si tenemos la curiosidad de asomarnos a los “hubiera” podemos evitar daños futuros.
 
LO QUE FALLÓ, NO DEBE SUCEDER 
 
EN EL CASO de la expansión planetaria del coronavirus me han comentado especialistas que he consultado, como el médico Miguel Garibay Solorio, lo que ocurrió –entre otras razones- es que fallaron o no se aplicaron los protocolos básicos de bioseguridad.
Y esto, amable lector, cobra actualidad ahora que la mayoría de la población está ansiosa o necesitada para retornar a sus actividades. También ahora que se autorizó para que algunos municipios retomen su normalidad y ciertos sectores de la industria se preparen para una nueva etapa que comenzará el uno de junio.
La bioseguridad es el “conjunto de normas, medidas y protocolos que son aplicados en múltiples procedimientos (…) con el objetivo de contribuir a la prevención de riesgos o infecciones derivadas de la exposición a agentes potencialmente infecciosos…” (UDD/Clínica Alemana Universidad del Desarrollo). 
Del tema ya no referimos en una entrevista y en otro comentario. Se pueden encontrar varias definiciones de bioseguridad, pero podemos también observar sus aplicaciones prácticas. Como por ejemplo el establecimiento de casetas de control para evitar la introducción de animales o plantas de un lugar a otro sin las autorizaciones sanitarias correspondientes. Ahora, ante la presencia del coronavirus, algunas comunidades mexicanas –sobre todo rurales- aplicaron ciertas medidas con sus modestos recursos para tratar de impedir la entrada de individuos contaminados. 
Hay estudiosos que criticaron estas acciones porque aseguraron que en pandemias o epidemias anteriores se había mostrado que no eran acciones eficaces. Más de mil municipios en el país no tienen hasta la fecha un solo caso; los restantes mil 500 sí tienen. Es cierto que en no pocas demarcaciones la ausencia de contagios se explica por su aislamiento y escasa población, pero también suelen ser las más vulnerables por la inexistencia de servicios médicos básicos. Por ese motivo tomaron medidas con sus escasos recursos, pero muchas veces guiados por el sentido común.
Así, por ejemplo, hay poblados que de inmediato establecieron “comités” para la vigilancia y para el abasto, entre otras acciones fundamentales.
 
IMPEDIR, MITIGAR, RETARDAR
 
EN TABASCO, Jonuta logró mantenerse a salvo durante unos 45 días después del primer caso en Villahermosa, que fue donde inició la introducción del patógeno. Aún ahora, mientras en la entidad ya tenemos más de 2 mil 400 infectados, aquel municipio registra sólo 6 casos.
Hay, entonces, medidas que pueden impedir, mitigar o por lo menos retardar la introducción del patógeno por alguien o algo contaminado. Ganar tiempo es muchas veces determinante para salvar vidas y no colapsar hospitales.
Si México a nivel nacional, o varias entidades a nivel estatal, “hubieran” reforzado sus medidas de bioseguridad, seguramente estaríamos en otras condiciones. Hay éxitos, sin duda, pero pudo ser mejor o menos peor. Lo pasado debe servir -en ese “hubiera” tan criticado- para lo que viene ahora porque ni el virus ha desaparecido, ni tampoco será el último que enfrentemos.
La bioseguridad, explica el especialista en combate de epidemias Garibay Solorio, puede aplicarse en diversos niveles: mundial, nacional, estatal, municipal. “Lo que estamos haciendo con la acción de ´quédate en tu casa´ es una medida de bioseguridad doméstica; lo que están haciendo varios pueblos es una bioseguridad comunitaria o municipal. Es más fácil en grupos pequeños establecer medidas de control sanitario. Está probado que cuando no se tienen claras las acciones y además no se respetan, todo el conglomerado queda expuesto al contagio, al riesgo”.
Esto también es aplicable a las empresas, rubros o sectores que han sido autorizados para reiniciar actividades: deben contar con mecanismos, sistemas, protocolos que eviten la dispersión del virus. No resulta extraño que varios de los municipios en los que ya se permite la actividad “normal” a partir del lunes, hayan decidido mantener sus medidas de restricción.
Se tiene que actuar con el máximo cuidado. Al virus no se le engaña; por el contrario, en el caso del coronavirus, científicos de la Universidad de Southampton (Inglaterra) detectaron que éste tiene una especie de “disfraz” para engañar al sistema inmunológico y atacar los órganos vitales. Es, como me dijo otro estudioso, una guerra a muerte o por la vida. 
AL MARGEN
LAMENTABLEMENTE es cumplen los pronósticos: Tabasco superará hoy los 2 mil 500 casos positivos reportados oficialmente. México rebasa los 50 mil registros. Nuestro vecino, Estados Unidos, tiene ya más de un millón y medio de contagios. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )