México después de Washington: el juego de la política: cada quien sus elecciones

Viernes, 31 de Julio de 2020 00:42 Editor
Imprimir

 Escala Crítica/Columna diaria      

* Lincoln, Juárez, T-MEC y Trump: diplomacia, diplomacia
* Agenda nacional: salud, seguridad, opinión pública y elecciones
* Realidad y credibilidad: que hablen las trayectorias y los hechos
   
Víctor M. Sámano Labastida                  
 
CUESTA arriba en las encuestas, Donald Trump busca sacar beneficios de su “buen trato”  al presidente López Obrador. El llamado “voto latino” se compone de 23 millones de electores potenciales; aunque los cortejos de última hora no hacen olvidar a esa población el carácter racista del mandatario estadunidense. Me parece que es tiempo de ver en perspectiva el primer viaje de AMLO al extranjero como Presidente.
Salvada la trampa de la jaula geopolítica (Alfredo Jalife), las fichas del tablero nacional se movieron con definiciones, debates, carpetas y desplegados en busca de credibilidad. AMLO sube la velocidad de la 4T, mientras la oposición dirige un barco averiado que no recibe el viento del norte. 
 
CUANDO EL ÁGUILA VUELVE        
 
ESTE primer viaje al extranjero del presidente López Obrador se antojaba, por el encuentro con el belicoso Donald Trump, menú suculento para la oposición política y mediática. Sin embargo, el vaticinado conflicto de la visita de Estado a Washington (en año electoral allá) se convirtió en consenso bilateral que arrojó dividendos en las formas (respeto diplomático) y logros estratégicos en el fondo (económico) de la cuestión. La cena entre comitivas, con 10 empresarios invitados por nación, certificó la prioridad comercial que López Obrador asignó al viaje, mientras sus adversarios resucitaban el nacionalismo coyuntural: ¿Presidente, qué se le perdió en Washington? Como si el primer socio comercial de México fuese asunto secundario, vistos los tiempos de estancamiento. La racionalidad no estaba del lado opositor. 
La visita de AMLO a Trump no pudo evitar las aristas políticas y culturales que gravitan entre ambas naciones. “Hay agravios que no se olvidan”, la frase más arriesgada del mexicano. Por su parte, Trump anestesió el modo político rinoceronte y ubicó la visita de AMLO en clave electoral, por la razón de que se encuentra 10 puntos abajo en las encuestas frente al demócrata Joe Biden. Esto se decide en noviembre, aunque Trump ya está en labor de remontar, como lo hizo de manera sorpresiva ante Hillary Clinton en 2015. 
Luego de la visita de Estado, el staff de Trump utilizó frases del discurso de AMLO para responder a un twitt de Biden donde el demócrata recordaba que Trump calificó de “violadores y criminales” a los migrantes mexicanos. Eso y más veremos en el escenario electoral estadounidense, aunque no preocupa en primera instancia a López Obrador porque no es batalla suya, gane quien gane. En lo que sí controla, AMLO plantó sendos símbolos con ofrendas florales a los monumentos de Lincoln y Juárez, únicos actos públicos por fuera del encuentro con Trump. Fue meditada lección histórica de identidad ideológica.            
 
HABERES, RÁPIDO Y FURIOSO                      
 
MIENTRAS enfrenta la tormenta COVID-19 y el granizo de inseguridad, el presidente López Obrador suma cartas para la batalla electoral del 2021 y la revocación (o ratificación) de mandato 2022. 
Veamos expedientes jurídicos de alto calibre que esperan turno: caso Lozoya/Pemex/Sobornos/Reforma energética, con grabaciones que auguran juicio explosivo y peces mayores; caso García Luna (seguridad y corrupción transexenal) a desarrollarse en EEUU; caso Rosario Robles/Estafa Maestra/Universidades/Sedesol, a paso lento desde 2019; caso César Duarte/Chihuahua/corrupción SCHP/campañas políticas y propiedades ocultas, con detención anunciada en EEUU el día de AMLO y Trump. El tema ‘combate a la corrupción’ viene cargado para 2021.    
AMLO, con reflejos geopolíticos que no se le conocían, trazó la colaboración estratégica con Trump a contrapelo de su discurso nacionalista: “la mejor política exterior es la política interior”, su lema. Tomó, para la agenda bilateral, decisiones en temas centrales de justicia, comercio y planta productiva. Los opositores querían cristalería rota en la Casa Blanca. Sucedió lo contrario. Véase la respuesta del gobierno estadounidense a la petición mexicana sobre el operativo “Rápido y Furioso” de tiempos de Obama y Calderón (2009): armas introducidas a México con planeación gubernamental, con el argumento de atrapar criminales vía monitoreo de esas armas. Existe ahí una historia que tendrá ventaja política para Trump en su campaña contra Joe Biden, vicepresidente en tiempos de Obama. Acá, Felipe Calderón guardó silencio luego del anuncio estadounidense sobre Rápido y Furioso. Antes, Calderón aseguró que no estuvo enterado de ese operativo. La vulneración de la soberanía nacional requiere explicación detallada.
              
ESPEJO DE CREDIBILIDAD
LA OPOSICIÓN, después de Washington, no encuentra el centro. Por lo que se observa en medios impresos y electrónicos, articuló acciones en cascada para que la 4T no se escape en 2021, aunque ni las marchas convocadas (de autos) ni los espacios mediáticos (crítica curiosa, con la ‘realidad’ como lideresa opositora), ni coreografías en redes virtuales (campaña contra el vocero 4T/pandemia, Hugo López Gatell), ni desplegados de queja por la representación popular desequilibrada (30 notables que se asumen neutrales en contra de AMLO y la 4T), logran efectos visibles, para el cambio de percepciones en la opinión pública.
En el fondo del litigio nacional existe una cuestión de credibilidad. Y las trayectorias cuentan. Por ello, visto el presente desde el pasado, la oposición no tiene cómo empatar la credibilidad forjada a golpe de terracería, austeridad y combate a la corrupción. Mucho tendrá que hacer si quiere convencer. (vmsamano.hotmail.com)