Los pronósticos optimistas de AMLO; un segundo semestre de recuperación, dice

Jueves, 06 de Agosto de 2020 00:38 Editor
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 Escala Crítica/Columna diaria

*México ante dos epidemias: la de la corrupción y la del COVID-19
*La administración de la esperanza, una forma de hacer política
*El consumo y no la concentración de la riqueza, medida del progreso
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
“LO PEOR YA PASÓ”, dice el presidente López Obrador. Este ha sido y seguirá siendo su estilo, desde que en la oposición acuñó el lema de la esperanza, de que lo mejor está por venir. Desde la perspectiva del iniciador de un movimiento de regeneración nacional, la mayoría de los mexicanos hemos sido víctimas de una epidemia que dañó sensiblemente el tejido social: la corrupción. Ahora debemos enfrentar otra epidemia temporal: el COVID-19.
Proponer un cambio radical de modelo económico (y político) en un mundo sometido a la dependencia de las grandes corporaciones y del capital monopólico no es cualquier cosa; hacerlo en situación de crisis histórica por la pandemia y su impacto en la economía y en la sociedad mundial podría no ser imposible lograrlo, pero…puede ser algo extraordinario, o derivar en una catástrofe.
Decían los chinos que la crisis es oportunidad. Así lo ha visto AMLO; sus críticos se han centrado en la discusión del “estilo personal de gobernar”, de manera que no logran construir una alternativa de modelo distinto al que nos condujo a la situación del 2018. Contra lo transcurrido en estos 20 meses –desde el inicio del nuevo régimen- se han concretado a mirar el presente con las anteojeras del pasado. ¿Qué ofrecen como distinto y más justo? 
Parecería más bien que insisten en que todo tiempo pasado fue mejor. Podría utilizarse aquí la metáfora del coronavirus: esta emergencia sólo vino a poner en relieve las carencias históricas en la salud de los mexicanos. Lo mismo sucede en la economía: los males no son de hoy, sino una comorbilidad asociada a la crisis.
Los principales partidos de oposición carecen de liderazgos que generen confianza, también carecen de fuerza organizada. Buscan unir retazos para hacer un entero. Rompecabezas cuyas piezas no embonan.
Por eso el Presidente está optimista en medio de la crisis. Vamos a salir fortalecidos; ya tocamos fondo y vamos hacia arriba, dice.
 
LA DEPRESIÓN DEL 29 Y LA ACTUAL
 
¿OPTIMISMO de la voluntad? Sostiene AMLO que la recuperación económica del país será rápida. Gráficamente señala que así como la caída por la epidemia fue una baja inclinada, habiendo tocado fondo la salida será en “V” y no en “L”, esto último significaría un desplome y un largo periodo en el piso. Otros modelos hablan de una posible “U”, esto es un periodo de estancamiento abajo antes de remontar.  El Presidente tiene otros cálculos.
En su más reciente balance económico, AMLO subrayó que el mundo no había tenido una crisis en la economía como la actual desde los años 30. Y por lo tanto lo mismo le sucede a México. Se refiere a la llamada Gran Depresión que siguió al “crack de 1929” en Estados Unidos y que se convirtió en un desastre financiero mundial prolongado durante casi toda la década de 1930, poco antes de la Segunda Guerra Mundial. 
En México, la salida de aquella crisis de los años 30 coincidió con el impulso de un modelo distinto encabezado por el general Lázaro Cárdenas, con su oleada nacionalista y de corte socialista, junto a la consolidación de una burguesía y una industria mexicana. Es la base del nuevo modelo de “economía moral” de López Obrador: una gestión del Estado comprometida con los más débiles, los más vulnerables, que son la mayoría.
Es por eso que le apuesta, para desprecio de sus adversarios, a medir el progreso no en términos de crecimiento del Producto Interno Bruto sino en los niveles de bienestar. Es lo que en otra escuela de la economía conciben como Distribución Nacional del Ingreso. 
CONSUMO PARA EL BIENESTAR
 
AUNQUE es muy pronto para mostrar la eficiencia de este nuevo modelo, el Presidente esgrimió los indicadores de un rubro que no han sido desmentidos: las ventas de las tiendas departamentales y de autoservicio pasaron de 596,000 millones de pesos en el periodo enero-julio del 2019 a 670,000 en el mismo periodo de este año, un aumento de 9% real.
Para mostrar que es una tendencia positiva destacó que en julio del año pasado las ventas se ubicaron en 84,000 millones de pesos y en el mismo mes de este 2020 se ubicaron en 94,000 millones de pesos, un aumento de 8% real.
Insistió López Obrador: “La gente está consumiendo, hay circulante y todo esto está reforzando la ayuda para el bienestar”.
Explicó esta recuperación del consumo en dos factores: los recursos que distribuyen los programas sociales del gobierno (adultos mayores, jóvenes, becas para niños, sembrando vida), y el incremento de las remesas que envían los mexicanos en el extranjero.
Como reacción, sus adversarios sostienen que se trata de “una burbuja”; que lo verdaderamente sostenible es la inversión productiva. Otra oposición de perspectivas: la visión hegemónica durante las últimas tres décadas que ve la mejoría de un país en el incremento de la concentración de la riqueza, frente a otra que considera a partir de los niveles de consumo de la población. Ahora, con la crisis sanitaria del COVID-19 se agrega otro factor al consumo: la calidad. El consumo basura produce una sociedad propensa a la enfermedad.
 
AL MARGEN
COMO sucedió en el PRI a finales de los años ochenta, ahora en Morena se anuncia la integración de una “Corriente Democrática”…encabezada por Porfirio Muñoz Ledo, como hace poco más de tres décadas. Acompaña al polémico legislador una ex perredista no menos polémica: Lorena Villavicencio. Hay otras corrientes y tribus en el morenismo que aún no se atreven a destaparse; lo harán conforme se acerque la selección de candidatos. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )