Después de las inundaciones: economía, importancia de Pemex en la recuperación

Viernes, 20 de Noviembre de 2020 00:31 Editor
Imprimir

 Escala Crítica/Columna diaria

*Tras el rescate de los afectados y la ayuda urgente, el desarrollo
*Deberá la industria petrolera incrementar el componente local
*Hokchi, puesto como ejemplo de asociación Estado-Inversionistas 
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
HAY PRIORIDADES, es muy cierto. Por el momento para Tabasco lo importante es atender y resolver los daños por las recientes inundaciones. Le comenté en este espacio que junto a la cuestión de carácter humanitario, el territorio tabasqueño resulta estratégico para el actual régimen por ser la plataforma de la recuperación de la extracción de petróleo, así como de la nueva refinería que se construye en sus costas. También por ser puente de los dos macro proyectos de López Obrador en el sureste: el Tren Maya y el Corredor Transístmico.
Le decía en mi anterior colaboración que el Tabasco actual sufre la crisis de las inundaciones y del impacto de los contagios y muertes por COVID-19, pero también padece rezagos de las precedentes crisis económicas y de administración de recursos. Lo que se haga en materia de producción y de inversiones ayudará a mediano y largo plazo para reponerse del desastre.
Aparte de la tragedia por el temporal de intensas lluvias la vida económica sigue. De la marcha de la economía depende la velocidad y solidez de la recuperación. 
 
TABASCO venía cargando cifras negativas en generación de empleos, llegó a estar en primer lugar nacional de desocupación. Todavía no se puede evaluar el impacto de la epidemia en la oferta de la planta laboral y en los ingresos de los asalariados y de los empresarios. Si el COVID-19 golpeó sobre todo ha llamado sector terciario (los servicios) que son fundamentales en el flujo financiero para el estado (representa más de la tercera parte del PIB), las inundaciones han impactado a toda la actividad productiva pero especialmente al sector primario (agropecuario), que contribuye menos al PIB pero es determinante en la subsistencia de la población. 
Para Tabasco, como para ningún otro estado, la acción gubernamental es clave. Los reportes más recientes indican que hay una ligera recuperación. ¿Qué tanto tiene que ver en esto la actividad petrolera?
 
REFINERÍA Y PEMEX
 
DE ACUERDO al secretario de Hacienda, Arturo Herrera, Tabasco se logró colocar en el segundo estado que recuperó los empleos perdidos durante la emergencia sanitaria. Aunque es muy pronto para sonar fanfarrias. Por su parte, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, asegura que hasta el momento se han generado más de 43 mil empleos directos e indirectos por la obra de la refinería en Dos Bocas, Paraíso. Es precisamente la etapa de construcción la que mayor demanda de mano de obra registra. Cuando inicie operaciones obviamente que sólo se requerirá personal especializado; para entonces la oferta laboral tabasqueña deberá estar en los niveles requeridos. 
Otra fuente de empleos es la extracción de hidrocarburos y las actividades que la acompañan. Es cierto que aún no se ha logrado que la mayor riqueza producida por la actividad petrolera sea el motor de otro modelo de desarrollo, pero el gobierno federal sostiene que su política es que los hidrocarburos sea una palanca de progreso.
Una noticia reciente puede abonar la visión optimista, a pesar de que en el pasado los habitantes de Tabasco padecieron y no se beneficiaron de la industria. La noticia que alimenta el optimismo es la afirmación del director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, que las inversiones de Hokchi Energy –que inició ya la explotación en el campo ubicado en Paraíso- han permitido generar ya más de 3 mil empleos directos “en la fase de construcción de la infraestructura terrestre y marina”  y unos 9 mil empleos indirectos en servicios. 
Este grupo privado, que participa con Pemex en la modalidad de “producción compartida”, anunció que invirtió ya 850 millones de dólares de un total de 1,300 millones que tiene previsto. La “producción compartida” en este caso y conforme a los términos de la Reforma Energética, implica que del crudo obtenido en los pozos de extracción el 70 por ciento será para el Estado Mexicano (Pemex) y el restante 30 por ciento para el contratista.
 
SÓLO DOS DE ENTRE CIEN
 
EN TÉRMINOS generales, la llamada Reforma Energética impulsada por Enrique Peña Nieto es hasta ahora un fracaso. Según lo expuesto por Romero Oropeza recientemente de 107 contratos con 70 empresas, tan solo dos de ellas han logrado nueva producción de aceite. Hokchi en Tabasco es una de ellas, la otra es la petrolera italiana ENI.
Un aspecto relevante en la política aplicada por Pemex de acuerdo a sus planes de desarrollo es que exista el mayor contenido nacional en la participación de la iniciativa privada con la empresa estatal. En el caso de Hokchi Energy se asegura que esta inversión tiene un contenido nacional del 40 por ciento en bienes y servicios para apoyar a proveedores locales de bienes y servicios. El objetivo –comentó Romero Oropeza- es incrementar este componente. Es, por ejemplo, lo que se espera también de la refinería.
Otro aspecto, sobre el que es necesario abundar, es el compromiso que se le exige a las empresas ganadoras de las rondas petroleras para invertir socialmente en las comunidades donde operan. Lo mismo que ahora debe realizar Pemex con su Programa de Apoyo a la Comunidad y Medio Ambiente y del que mucho se espera. 
 
AL MARGEN
EN LA CIUDAD de México se encaminan a un retorno a mayores restricciones por el repunte de contagios de COVID-19. Dos estados –Durango y Chihuahua- regresaron al semáforo rojo (riesgo máximo) y 18 estados se encuentran en semáforo naranja; aunque Tabasco está en amarillo, las autoridades locales decidieron mantener las mayores medidas de precaución. Ayer reiteraron el llamado de alerta ante el incremento de casos positivos. Se teme que las condiciones relacionadas con las inundaciones lleven a un mayor riesgo.  ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla